4.2.07

¿PODER POPULAR O PARLAMENTARISMO DE CALLE?

En estos tiempos de fundación de sociedad, debemos estar atentos a nuestra esencia, reconocer nuestras carencias y nuestras ventajas. De esta manera, situados en la realidad, podemos afinar el rumbo y superar obstáculos en el difícil camino hacia el Socialismo.

En Venezuela la tradición organizativa se perdió con la derrota la Revolución en la década del sesenta, a partir de allí las tendencias anarcoides tomaron cuenta del paisaje político.

Con la falacia de “dar poder al Pueblo”, se le privó de sus organizaciones de vanguardia, y los intentos revolucionarios se sumieron en un periodo de inoperancia que tuvo su culminación el 27 de febrero de 1989 con el caracazo, demostración palmaria de que Pueblo sin organización, actuando de manera inorgánica, no es capaz de obtener éxitos, a lo sumo crea turbulencias sociales, motines que no ponen en peligro al sistema.

Tuvo que llegar el 4 de febrero para que el país, dotado por una organización de vanguardia, que era el MBR-200, retomara el control de su rumbo. A partir de allí, el Pueblo construyó una vanguardia para las tareas electorales, que era el MVR, y pudo dar batallas exitosas que nos condujeron hasta aquí.

Hoy, cuando existen posibilidades ciertas de avanzar en la construcción del Socialismo, vemos resurgir a la ideología anarcoide, manifestándose con fuerza en el tratamiento del Poder Popular.

Esta corriente anarcoide, intenta conferirle al Poder Popular un matiz contra la organización política de vanguardia, contra el Estado, confinarlo sólo a lo local. Esta intensión se expresa en el llamado “parlamentarismo de calle”.

El parlamentarismo de calle, es el reconocimiento explicito de que estamos en una etapa de transición en cuanto a la organización política de la sociedad: el viejo parlamento, tallado para las necesidades de la república oligarca, no cubre las necesidades de la sociedad que está naciendo, y el parlamentarismo de calle es un opaco sustituto de lo que debe ser el parlamento socialista, la Representación Popular Socialista.

Reunir al parlamento en la plaza con un grupo de ciudadanos inorgánicos, no puede ser la forma socialista de representación popular.

En contraste con esta manera de aferrarse a la vieja estructura, es necesario con valentía construir el nuevo tejido del poder popular.

Una muchedumbre en una plaza no es poder popular, debemos construir los concejos comunales electos en asambleas populares, y a partir de allí elegir delegados para organismos municipales, estadales, hasta llegar a delegados a la Asamblea Nacional, que debe estar compuesta además por delegados de trabajadores, intelectuales, jóvenes, campesinos, indígenas, etc.

Una Asamblea así constituida será representante orgánica, real, de la sociedad, y no habrá necesidad de ir a la plaza a buscar formas de representación que nunca podrán sustituir a la fuerza del Pueblo organizado.

¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo Auténtico!

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