13.11.06

PUNTUALIDAD Y SOCIALISMO

EN LA PRÁCTICA REVOLUCIONARIA, hay elementos grandes y factores pequeños. Todos son importantes, a veces lo que nos parece pequeño, intrascendente, tiene la importancia de ser indicador de rumbos.
Tal es el caso de la puntualidad, que definimos, junto al diccionario, como el “cuidado y diligencia en llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida. O el cuidado y diligencia en hacer las cosas a su debido tiempo”.
Digámoslo de una vez, este es un país de impuntuales, la Revolución, los revolucionarios, no escapan a esta conducta. Ahora bien, este comportamiento afinca sus raíces o, mejor dicho, es reflejo de la ideología de la pequeña burguesía y de los llamados marginales. Veamos.
El pequeño burgués tiene como uno de sus rasgos existenciales fundamentales, el individualismo. Esto es, sus problemas y la solución que da a esos problemas, son individuales, aislados, egoístas. El pequeño burgués se hunde o se salva solo. Este comportamiento produce una ética, una conducta del egoísmo. Así lo vemos en las autopistas soportando la cola solo, miles de carros conducidos por ilusos egoístas que piensan resolver su traslado individualmente, y lo que consiguen es empantanarse todas las mañanas y todas las tardes.
Este comportamiento egoísta, desprecia a sus semejantes, no los toma en cuenta, los ignora, hasta el punto que un vecino ignora los sufrimientos y las felicidades del prójimo de la puerta de enfrente.
Cuando esa conducta se hace política, cuando se involucra en una Revolución, ya deja de ser un problema individual y se hace un obstáculo para el avance, para la construcción de la nueva sociedad y la nueva ética. Y cuando esta conducta alcanza a los sectores dirigentes, la cuestión adquiere características de emergencia revolucionaria. Expliquemos.
La impuntualidad no es sólo un problema de horarios, “de cuidado y diligencia en llegar a un lugar o partir de él a la hora convenida”, es algo más importante, es un medidor de nuestro avance en el espíritu revolucionario, en la Ética Socialista. El comportamiento egoísta tiene una de sus más conspicuas manifestaciones en la impuntualidad. El avance de la conciencia del deber social, el avance en la conciencia revolucionaria, se manifiesta en la puntualidad: a más puntualidad, más conciencia revolucionaria, a más impuntualidad, más desprecio por el prójimo, más egoísmo. Es decir, somos impuntuales porque somos egoístas, y si somos egoístas, no hemos incorporado la ética del Socialismo, que es la ética de la consideración del humano, del semejante, del Pueblo.
Si somos puntuales, demostramos que avanzamos en el espíritu revolucionario, y este avance es de vital importancia porque sólo un espíritu solidario, revolucionario, puede establecer una situación de respeto con el Pueblo. Y solo respetando al Pueblo podemos dejarlo expresar, darle poder de análisis y de decisión. Por el contrario, un espíritu egoísta sustituye al Pueblo, lo suplanta, no lo deja expresar.
¡Un revolucionario impuntual es un revolucionario incompleto!
¡RODILLA EN TIERRA CON CHÁVEZ Y EL SOCIALISMO!

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