3.10.06

LA HUMANIDAD

EN ESTOS DÍAS, UN GOBERNADOR DE ESTADO, con la ignorancia que aconseja la soberbia, ensayó algunas filosofías que tienen la virtud de poner en el debate, ideas y estructuras psíquicas propias de la dominación que hemos padecido por milenios.
Dice el gobernador de marras: “no estudiemos a Marx, en Venezuela a quien hay que estudiar es a Bolívar”. Concepto a primera vista irrefutable, pero que encierra una de las tretas reaccionarias que han hecho más daño a la liberación de los pueblos. Veamos.
La humanidad, el pensamiento humano, es uno sólo. Es imposible fragmentarlo. No hay una sola idea que no sea hija, que no esté influenciada por el pensamiento de toda la humanidad. No hay un hombre de valor que no sea compendio del tránsito humano en el planeta. Bolívar es Bolívar, pero es también Rousseau, Sócrates, Robinson, es los enciclopedistas, es el África que lo amamantó, y es también Napoleón, la Revolución Francesa, es Cristo, y es el mendigo que encontró en su viaje al Monte Sacro. Bolívar, sin esos conocimientos, sin esas vivencias, sin la humanidad tras de sí, no sería un hombre de valor, mucho menos un Libertador. ¡Postrémonos humildes ante la humanidad que nos habita!
El pretender aislamiento del pensamiento universal nos debilita, reduce la vista al horizonte mezquino, trunca al hombre de su madre, la humanidad, y hace vulnerable su obra y rastrero su vuelo.
Hoy no es pensable una Revolución sin el marxismo, como no lo es sin Cristo, o sin Mahoma, o el Che, o Buda, sin Lenín, o sin Fidel, y sin el Comandante Chávez. Cómo desligar una vela que hoy encendemos, con las velas que alumbraron las noches y los pensamientos de Platón. Cómo desvincular el diario Despertar Universitario, del Iskra de Lenín, o del Correo del Orinoco. Cómo no relacionar el fuego que calienta a un paramero, con el fuego que cobijó a los pintores de las Cuevas de Altamira. Cómo desligar el pan de la última cena, del trigo que ondea en las montañas andinas.
La humanidad es una sola. Pretender desechar el marxismo, en aras de un nacionalismo castrador y reaccionario, es condenarnos a reducir todo el avance del pensamiento revolucionario universal, a la ignorancia del egoísmo, es creer que el Sol sólo ilumina a la aldea. Pero, sobre todo, es condenarnos a ser inofensivos ciegos en manos de los reyes tuertos. Bolívar sabía que “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”, y la ignorancia es carencia de pensamiento universal.
El revolucionario debe buscar en el pensamiento universal el hilo conductor de las ideas liberadoras. Cristo nos dio el “amaos los unos a los otros”. Fidel nos dice que “el deber de todo revolucionario es hacer la Revolución”. Marx nos aporta que la existencia y la conciencia se entrelazan. Chávez nos alerta que “el Capitalismo es el camino al infierno”.
¡Sigamos el ejemplo de Bolívar: combatamos la ignorancia con el pensamiento universal!
¡Chávez es Chávez!

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