2.10.06

AMIGOS, ENEMIGOS, ALIADOS

EN POLÍTICA ES VITAL ACERTAR EN LA VALORACIÓN de los individuos y factores que se mueven en el escenario. La política podría definirse como el arte de acumular fuerza, y este proceso depende de la correcta calificación del entorno.
Calificar de enemigo a un amigo, es perder fuerza. Considerar amigo a un enemigo, es creer que se acumula fuerza para desengañarse en la primera necesidad. Desechar a un potencial aliado, es privarse de fuerza. Un error en esta evaluación puede ser fatal para una política. Siendo así, intentemos valorar el escenario político venezolano en este final de año.
Ya sabemos que la solución de fondo a los problemas que padecemos, es la sustitución del capitalismo que los creó, por el Socialismo que los resuelve. También sabemos que el único que puede guiar al país por el camino de la construcción del Socialismo, por el camino de la redención, es el Comandante Chávez. La primera certeza es que sólo el Socialismo nos salva, y que Chávez es el Socialismo.
Ahora bien, quiénes son nuestros enemigos. Aquí tampoco cabe duda, nuestros enemigos son los capitalistas que se oponen a la construcción del Socialismo y por tanto al Comandante Chávez. Los hay dentro y fuera del gobierno: los de afuera amenazan con conflictos en diciembre, los de adentro proponen pactos y blanduras. Los de afuera tienen intereses comunes con los de adentro. A los dos les atrae volver a una pseudodemocracia engañadora. A los de adentro les molesta el discurso de Chávez, les preocupa su independencia frente a los del norte, les desagradan sus compromisos con Cuba y con Irán. Buscan la estabilidad del acomodado.
Qué necesitan estos capitalistas, los de adentro y los de afuera, sin duda, un nuevo pacto político que sea reflejo de sus afinidades económicas. Pero para eso es necesario que la opción socialista se debilite, que el Comandante se debilite, se pierda la gobernabilidad, al punto de hacer imprescindible el nuevo pacto, que será antisocialista y antichavista. Ellos perciben, con razón, que Chávez sin Socialismo no es Chávez, y que Socialismo sin Chávez no es Socialismo.
Ya sabemos quien es amigo y quien es enemigo, ahora veamos la manera de ganar la batalla contra nuestros enemigos.
No hay nada que frene más sus planes, que un Chávez fuerte. Un Chávez fuerte en el 2007 profundizará la marcha hacia el Socialismo, arreciará la lucha contra la corrupción, enfrentará el burocratismo y la ineficacia. Por el contrario, un Chávez débil sería vulnerable frente al pacto capitalista.
Es por eso que la tarea más importante del pueblo en esta etapa, es que Chávez salga fortalecido de las elecciones. Nada es más importante que votar por el Comandante.
Votar por Chávez
es fortalecer la oportunidad de seguir avanzando, de seguir venciendo a los enemigos de la redención de los humildes, estén donde estén.
No votar es condenar al país a los abismos sin esperanzas del pasado.
¡Sólo el Socialismo salva al Pueblo!
¡Chávez, Fidel, el ALBA, son Socialismo!

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