10.8.06

LA ECONOMÍA DE EQUIVALENCIAS QUE PROPONE HEINZ DIETERICH ES LO MÁS REACCIONARIO QUE SE LE PUEDE OCURRIR A UN INTELECTUAL CAPITALISTA

Es sorprendente que unas ideas contrarrevolucionarias, como las del libro “Hugo Chávez y el Socialismo del siglo XXI” de Heinz Dieterich, hayan conseguido tanta difusión en el campo de la Revolución Bolivariana. Revolucionarios difundiendo ideas restauradoras… son cosas del trópico.
En este trabajo sólo atenderemos la teoría de las equivalencias y su profunda carga reaccionaria. Dejaremos para otra oportunidad la consideración de los ataques que en el libro se le hacen al Che, o el absurdo de decir que no es posible el Socialismo, sino el Capitalismo tipo inglés.
Para entender lo súper reaccionario de la propuesta de “Economía de Equivalencia”, debemos revisar la esencia de la lucha que hoy se libra en el mundo y principalmente en la Revolución Bolivariana. Nosotros intentamos superar el Capitalismo y sustituirlo por lo único que lo puede sustituir, el Socialismo. Esto significa superar la sociedad fragmentada en egoísmos particulares, propia del Capitalismo, y sustituirla por la sociedad integrada, solidaria, amorosa, donde se entiende que la realización de las potencialidades individuales sólo es posible en una sociedad que reciba el esfuerzo de sus miembros y se importe por la suerte de cada uno de sus componentes, una sociedad donde la conciencia social determine la tendencia de que cada uno dé según su capacidad y reciba según su necesidad, una sociedad en la que sea posible el surgimiento del hombre nuevo con el que soñaba el Che (pretensión que Dieterich califica de fanatismo desastroso, véase la edición de la CVG, página 130).
En la economía de equivalencia, según Dieterich, el salario equivale directa y absolutamente al tiempo laborado. De esta manera, el individuo capta toda la riqueza por él producida, quedando la sociedad desintegrada en individuos, ya no hay sociedad receptora de riqueza. Esta propuesta sustituye la apropiación de riqueza por parte de los capitalistas, por la captación de la riqueza por cada uno de los individuos. Las dos formas omiten a la sociedad.
El Socialismo, en contraste, propone la captación de la riqueza por quién la trabaja, previa deducción de las necesidades sociales. “Así, lo que aporte en calidad de individuo, vuelve a él directa o indirectamente, en calidad de miembro de la sociedad”, de esta manera se va hacia la conciencia social. Por el contrario, en la economía de equivalencia se va al extremo de la conciencia individual egoísta, es hacer de la sociedad una suma de náufragos, prisioneros de su propia individualidad. No queremos imaginar como será la moral, la conducta de estos seres de la economía de equivalencias.
Nos queda una reflexión, lo que pasa con Dieterich debe ser tomado como una alerta para que la Revolución Bolivariana clarifique su teoría. No olvidemos que una Revolución no puede ir más allá de la teoría que la sustenta.
¡Sólo el Socialismo salva al pueblo!
¡La economía de equivalencias no es Socialismo!
¡Chávez y Fidel son Socialismo!

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