1.5.10

TRABAJO VOLUNTARIO Y REVOLUCIÓN

Una Revolución es en esencia un enfrentamiento entre la cultura del capitalismo: egoísta, individualista, depredadora, con el lucro como valor supremo… y la cultura de la Revolución : fraterna, amorosa, con sentido de sociedad. Esta cultura tiene su núcleo en la Clase Obrera fusionada con su ideología.
La Revolución en países con poco desarrollo del capitalismo confronta problemas inéditos.
El problema principal de una Revolución es: ¿Cómo impregnar a la sociedad con la ideología proletaria? Esa es la esencia de la lucha de clases, así la Clase Obrera dirige a la Revolución. Veamos.
La Clase Obrera, fusionada con su ideología, supera la etapa economicista, rompe con la lógica del capital, que propone soluciones parciales sin romper con el sistema capitalista, y entiende que sólo se podrá liberar de la explotación liberando a toda la sociedad. Por eso propone soluciones sociales al problema de la explotación del hombre y de la depredación de la naturaleza. De esta manera se eleva hasta constituirse en clase rectora de la sociedad.
La Clase Obrera revolucionaria es la única clase que tiene una propuesta de sociedad frente al capitalismo, y es la que puede conducir la construcción de esa propuesta: El Socialismo.
Su comportamiento y su prédica sirven de ejemplo al resto de la sociedad y promueve el llamado bloque histórico revolucionario, donde ella es el eje fundamental. En otras palabras, la Clase Obrera se hace política, se importa con la dirección de la nación.
El vínculo espiritual entre la Clase Obrera y el resto de la sociedad, la manera como ella refleja la esencia de su cultura sobre el resto de la sociedad, es el Trabajo Colectivo Voluntario. Así se labra la nueva cultura del trabajo socialista.
El Trabajo Colectivo Voluntario reproduce la esencia del trabajo en la fábrica, reproduce la existencia obrera, y de esa manera se crean en toda la sociedad las condiciones que soportan la espiritualidad, la cultura proletaria, revolucionaria.
Este trabajo debe ser colectivo, organizado, evaluado, y cargado de la prédica revolucionaria.
Es el Trabajo Colectivo Voluntario el que inculca en la masa revolucionaria el sentido de pertenencia a la sociedad, del trabajo para la sociedad, de esa manera la identifica con el fruto de su trabajo, lo cura del extrañamiento, de la enajenación propia del capitalismo.
Este Trabajo sólo es posible, tiene asidero, rinde los frutos integradores, sólo si tiene como soporte a la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado Nacional.
Si se realiza en otros tipos de propiedades parciales, el resultado es el incentivo de egoísmos individuales o grupales. Se fragmenta la percepción de la sociedad, así se contribuye con la conciencia capitalista y se mina la Conciencia del Deber Social. Se crean, independientes de la voluntad, corrientes antisocialistas.
La Revolución debe encarar con mucha seriedad el Trabajo Colectivo Voluntario. No es pensable la construcción socialista sin este instrumento. Este trabajo debe comenzar por los dirigentes, su ejercicio los forjará, su ejemplo será cátedra para el pueblo.
¡Chávez es Socialismo!

30.4.10

LA TRIVIALIZACIÓN DEL DESASTRE

El imperio capitalista es una nefasta red con ramificaciones en todos los rincones del planeta, se defiende con astucia, se reproduce, se disfraza. No es tarea fácil combatirlo, es una batalla complicada, su sustitución exige la mayor inteligencia de los revolucionarios.
Muchas son las argucias de la red imperial en el enfrentamiento con la intención revolucionaria:
Una importantísima es sembrar dudas en el campo liberador. Así como usaron la caída del campo socialista para difundir el fin de la historia, hablar del fin de la Revolución, enterrar al marxismo, ahora, usando pequeños burgueses internos, bombardean la esencia de la propuesta revolucionaria con el calificativo de dinosaurio, copia del pasado, imitación del fracaso soviético, antidemocrático, obsecados, etc.
De esta manera privan al movimiento transformador de su continuidad histórica, lo castran, lo dejan turulato, dando círculos, inventando el agua tibia, o descubriendo la redondez de la tierra. Mucho daño hacen al intento revolucionario, muchas revoluciones se han estrellado en este extravío ideológico.
Siempre la red imperial, que actúa con la misma eficacia, tanto en Washington como en Caracas, ha montado perfectas operaciones de manipulación psicológica: un buen ejemplo es la deformación de los términos comunismo, Socialismo, Trotskismo, hasta llevarlos a niveles satánicos. O la elevación a cumbres celestiales de la forma de vida gringa, que impusieron como paradigma de felicidad mundial.
La fuerza de la manipulación imperial la apreciamos en el hecho paradójico de que consiguieron constituirse ejemplo mundial, a pesar de ser el único que ha usado bombas atómicas, y además sobre objetivos civiles, de mantener en su territorio a reputados terroristas, de tener el record mundial de consumo de drogas “lícitas” e ilícitas, de amenazar al mundo con sus bases militares y sus flotas navales intervencionistas.
Pero la mayor operación de manipulación ideológica de esta época la realizan para enmascarar su culpabilidad en el desastre ecológico, y para obstaculizar las medidas para protegernos del desastre. Veamos.
Al Gore el vicepresidente gringo lo denunció: las compañías transnacionales pagan a científicos para que falsifiquen resultados que oculten el impacto ambiental del capitalismo. Al mismo tiempo, la política de los gringos sabotea cualquier intento de buscar soluciones, así lo hicieron con Kyoto y con Copenhague.
Ahora la operación, con la entrada de Hollywood y todo su arsenal audiovisual, adquiere inmensas proporciones: se produce una gran cantidad de películas, documentales, micros de televisión, que tienen la intención de trivializar el desastre ecológico. Lo hacen por la vía de convertirlo en ficción. Abundan los filmes de desastres mundiales, los documentales de supuestas amenazas a la vida, todos terroríficos, pero ninguno señala al imperio como culpable, al contrario, los culpables son desde monstruos llegados de otras galaxias, hasta el núcleo terráqueo que puede explotar, o el Sol que nos mande una llamarada. Raro que no acusan a Chávez.
Así, trivializan el peligro, evitan la acusación, siguen imperturbables su camino al infierno. Nosotros, la Revolución que los desafía debe tomar nota de su poderío, y enfrentarlos con decisión y con inteligencia.
¡Chávez es Socialismo!
¡El Socialismo es la Esperanza !

29.4.10

ARENGA

"¡Soldados! Vais a completar la obra más grande que el cielo ha encargado a los hombres: la de salvar a un mundo entero de la esclavitud.”
Así El Libertador encendía los corazones de la tropa patriótica, instantes antes de la Batalla de Junín, importante suceso en la liberación del Perú. La batalla fue feroz, no se oyó ni un tiro, sólo el ruido de los sables y las lanzas, el campo quedó sembrado del heroísmo de los patriotas, las lanzas de los llaneros venezolanos brillaron en las montañas peruanas.
La Arenga del Libertador no hablaba de nada material, no existe recompensa material capaz de encender el heroísmo, que la pasión y la entrega a una causa noble y grande forja.
La Revolución Bolivariana libra batallas que exigen la misma entrega y la misma pasión de las batallas libertadoras. Se debe siempre arengar con la grandeza de Junín: Nosotros también somos convocados a obra grande encargada por el cielo: somos convocados a acabar con la esclavitud del capitalismo y a salvar a la Humanidad de la extinción. Esta debe ser la arenga movilizadora del pueblo heredero del Libertador.
No podemos caer en la tentación de intentar fundamentar ánimos, adhesiones, con recompensas materiales. Debemos guiarnos por la experiencia revolucionaria mundial, y por la sabiduría encerrada en nuestra historia. Sólo la conciencia, el espíritu, puede darnos la grandeza necesaria para construir grandes obras, para ganar grandes batallas.
Un pueblo con elevada conciencia revolucionaria, identificado con la obra que realiza, es capaz de superar las adversidades que ese camino le impone. Por el contrario, un pueblo sin conciencia, pasto del egoísmo capitalista, sucumbe frente al primer tropiezo, es incapaz de liberarse, de dirigir su destino. Cuando lo material comienza a importar, es señal de que el espíritu se resquebrajó. En esas circunstancias no se debe buscar en lo material lo que se perdió en lo espiritual.
En septiembre vamos a una batalla decisiva, es imprescindible ganar, ya el enemigo oligarca ha declarado exterminio contra la Revolución y el Comandante Chávez.
Declaran abiertamente y sin tapujos que van a la Asamblea a debilitarnos para dar el zarpazo. Al mismo tiempo, dan pasos desestabilizadores: falcón, el general rastrero, los susurros a los militares, cada vez más descarados, las declaraciones explícitamente golpistas de algunos obispos.
No hay dudas, alrededor de septiembre se libra una batalla decisiva, a ella debemos ir con el espíritu de los que van a lo trascendente: alegres, decididos, con el ánimo de los que saben que hacen historia, de los que se sienten hijos de Junín, de Carabobo, del 4 de febrero.
Todos debemos participar en esa batalla, después podremos contar a los hijos y los nietos que estuvimos allí cuando se decidía el destino de este pueblo y de la Humanidad, que no fallamos, que acudimos al llamado que desde las sabanas de Junín nos hizo El Libertador en 1824: “Liberar a un mundo entero de la esclavitud.”
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

28.4.10

LAS MISIONES VANGUARDIA DEL SENTIMIENTO

A la hora de evaluar y promover a las Misiones debemos poner énfasis en el sentimiento, en el espíritu, es allí donde está su fuerza, son la muestra del Hombre Nuevo, de la nueva relación humana, del mundo nuevo que queremos construir.
Cuando los cubanos y venezolanos van a Bolivia a erradicar la enfermedad del analfabetismo, o marchan a Haití a aliviar a las víctimas del terremoto, o se ofrecen para socorrer en cualquier parte del mundo, están dando una muestra de amor, están calificando al Socialismo.
El hecho de ir a la búsqueda del que sufre, sin pedir nada a cambio, es un acto revolucionario, de rescate del humanismo perdido en las miasmas del capitalismo. Cuando un país sale de sus fronteras a llevar salud, conocimiento, felicidad, y no a invadir, es una demostración de una sociedad movida por espíritu amoroso.
Ese sentimiento que guía a la Misiones merece el apoyo de la población, es necesario salvarlo, no es el fin, es sólo el inicio del rescate de la integración social, es la señal clara de que la Humanidad es posible, no está condenada a la extinción, de que en Venezuela estamos construyendo una armonía que sustituye al desarrollo depredador, donde las necesidades van tomando su cauce natural, en resumen, estamos construyendo una sociedad que sirva de ejemplo, de alternativa al desarrollismo y consumismo suicida que nos plantea el capitalismo.
Una Revolución es movida ante todo por un profundo sentimiento de amor, eso son las Misiones, el reservorio amoroso de nuestro proceso, el pilar fundamental de nuestra Revolución.
Entonces, si este pueblo pierde las Misiones, si las entrega a los enemigos de la Humanidad, no sólo estará perdiendo el módulo de Barrio Adentro, o la asistencia deportiva, o la asistencia a los que nunca tuvieron, que les brinda, por ejemplo, la Misión José Gregorio a los discapacitados, estará enterrando la posibilidad de su redención.
Ya la oposición oligarca ha decretado el fin de las Misiones, dictaron que los misioneros cubanos son una “fuerza de ocupación”, cada hora arrecia la campaña contra Cuba. Preparan el terreno para agresiones de envergadura.
Por eso es importante, decisivo, que Chávez, que la Revolución, salgan bien en las elecciones de septiembre. La época postelectoral será de profundización de la confrontación con la oligarquía y el reformismo internacional y nacional. Es necesario que la Revolución entre en esa etapa con la mayor fuerza posible.
Si de las elecciones salimos débiles, sin dudas, la oligarquía envalentonada intentará zarpazo.
Lo que se decide en las elecciones de septiembre no es simplemente la diputación de un circuito, es el destino de la sociedad, del Comandante, del camino del amor.
No podemos entregar ni un milímetro de lo ganado al enemigo oligarca, tenemos que recuperar el terreno cedido en momentos de incomprensión. Es necesario ganar. Demostrar a los oligarcas que estamos decididos a defender nuestro derecho a construir un mundo diferente al desastre en que ellos han convertido a la humanidad.
¡Chávez es Socialismo!

27.4.10

EL ASESINATO DE LAS MISIONES

La historia cuenta de pueblos que han asesinado a sus redentores o no los han apoyado, los dejaron en las garras de los verdugos. Los casos son tan excesivos como incomprensibles.
Recordemos a Cristo, que perdió unas “primarias” frente a Barrabás. O a Bolívar saliendo a los gritos de ¡longaniza! de Bogotá, camino a su muerte. Recordemos a Marx, el teórico del Socialismo, que murió en la miseria, en medio de la humanidad a la que señaló el camino. Al Che, asesinado entre la indolencia de los pobres a los que unió su suerte.
Asimismo se han perdido esfuerzos colectivos de redención: recordemos a Miranda cuando invadió la patria y encontró pueblos vacíos de personas y de amor.
Difícil comprender estos comportamientos sin entender los fuertes mecanismos de manipulación de la clase dominante: son capaces de hacer de los pueblos, como decía el Libertador, “instrumentos ciegos de su propia destrucción”.
En septiembre vamos a una elección en la que se decide la suerte de este pueblo, de la Revolución Bolivariana y del Comandante Chávez.
Esta sociedad vive la hora en que los pueblos deciden entre la esclavitud milenaria, o erguirse para concretar los sueños. Deciden si guillotinan sus esperanzas, o pelean con fuerza por hacerlas realidad. Si será verdugo de sí mismo, o viento que rompa las cadenas que lo convierten en vileza.
En septiembre demostraremos como pueblo de qué estamos hecho: si del barro de lo intrascendente, o de la sangre de los Libertadores.
En Septiembre aflorará el sentimiento, se pondrá a prueba el amor y la gratitud. Se evidenciará si entendimos el mensaje central de la Revolución, o sólo fue una brisa fresca que nos alegró una tarde.
La Revolución es ante todo un profundo acto de amor. Es aprender a amarnos a nosotros mismos, a nuestros semejantes, a la naturaleza.
Esta Revolución, si alguna característica tiene es la de haber sido siempre “guiada por profundos sentimientos de amor”. Impregna hasta sus errores, y tiene que ser así. Una Revolución si se equivoca debe ser para el lado del amor, de esa manera la posibilidad revolucionaria se mantiene, al contrario, el camino del odio la condena.
Esta Revolución está bañada de amor, la principal muestra la ofrece cuando funda las Misiones Sociales.
No hablemos de números que sabemos extraordinarios, fijémonos en la intención amorosa: pensemos en la voluntad redentora de enseñar a leer, de sacar al pueblo de la prehistoria, sintamos la intención de llevar salud y sobre todo amor a lugares donde nunca pisó el oligarca.
Imaginemos que las Misiones mueran… De qué tamaño será el vacío en el alma del pueblo que participó en el asesinato del amor. Cómo nos explicamos a nosotros mismos que pusimos en manos de la oligarquía el patíbulo donde las sacrificaron. Sería catastrófico, sería el preámbulo de una infinita noche de aterradora miseria espiritual y material.
En septiembre el amor no morirá. San Pedro Alejandrino no se repetirá.
¡Chávez es Socialismo!

26.4.10

EL TRIBUNAL DE LA NATURALEZA, JUZGA A UN ASESINO EN SERIE

Si existiera un tribunal de la naturaleza, la primera convocada al banquillo de los acusados sería La Humanidad. Las acusaciones serían terribles, los acusadores serían el resto de la vida en el planeta. Estaríamos en un verdadero problema.
Es posible que ese tribunal exista, la vida a sus diferentes niveles tiene mecanismos de seguridad: el cuerpo de un animal tiene mecanismos para rechazar una espina en un pie, o para combatir los virus de la gripe. Entonces, qué de raro tendría que la naturaleza, la vida planetaria en general tenga sus mecanismos para salir de especies asesinas.
Nosotros creemos que ese tribunal existe y ya nos está juzgando, quizá ya nos juzgó, y dictó la pena, quizá el desequilibrio climático que nos acosa es ya ese veredicto.
¿Qué puede decir la especie en su descargo, cómo puede defenderse, quién está llamado a ser su abogado defensor?
La especie, La Humanidad tiene que defenderse a sí misma. Y rápido, la condena está corriendo, ya no queda tiempo.
¿Quién puede ocupar el estrado de defensa de La Humanidad, quien tiene las credenciales para abogar por ella?
Debe ser alguien que tenga una propuesta de readaptación a la armonía con el ambiente, que detenga el asesinato de la naturaleza. La sentencia sólo se puede detener en la práctica, resarciendo el daño. ¿Quién está libre de pecados?
Sólo se encuentran esperanzas y promesas, todos nos comportamos como si la vida transcurriese de manera plácida, como si aún habitáramos el Edén.
Lo más lejos que llegan los mejores, los más sensatos, es a denunciar el crimen, a darse golpes de pecho, las medidas son nulas. Seguimos contaminando, desapareciendo bosques, contaminando mares, desapareciendo glaciares, y extinguiendo especies animales y vegetales.
El clima desbocado produce sequías y simultáneamente inundaciones, nieva en verano. Terremotos, huracanes. La sentencia de la naturaleza continúa, espera una señal de la Humanidad.
Nosotros podemos, estamos llamados a ser esa respuesta, debemos demostrar, en la práctica, que formamos parte del lado sano de la Humanidad, que tenemos condiciones para cambiar, para ser ejemplo.
Es importante que salgamos del pantano inmediatista, que no nos perdamos en la lógica que hunde a la especie. Si no cambiamos nuestra manera de vivir, de consumir, de relacionarnos entre nosotros, y con la naturaleza, entonces, la sentencia se hará irrevocable, y ya nada importará.
Ese es el reto, todos debemos tomarlo en cuenta, y es triste pero debemos decirlo, reconocerlo, hasta ahora estamos lejos de la altura requerida por las circunstancias mundiales. Como sociedad somos incapaces del menor sacrificio, no hemos conseguido ni siquiera racionalizar el consumo de nada, ni de gasolina, ni de electricidad.
La lógica perversa de elecciones que exigen contentamientos inmediatos, nos atrapa, nos impide exigir a la sociedad, ésta se comporta como un niño malcriado que si no se complace en todo, al menor disgusto se tira al suelo a patalear.
Romper esa lógica es el reto. En eso nos va la vida.
¡Chávez es Socialismo!

25.4.10

MATAR A UN ELEFANTE

Es el título de un cuento de Orwell que narra el trance de un agente inglés en la India colonizada que se enfrenta a un elefante loco.
Los elefantes enloquecen, y arremeten contra todo lo que consiguen a su paso… El del cuento, en su desquiciamiento, destruía plantaciones. Los pobladores dan aviso a la autoridad, al agente del Imperio Británico, y éste toma las providencias.
Se acerca a la zona de conflicto, habla, se informa con los nativos, y decide mandar a buscar el rifle mata elefantes. Desde ese momento creó la expectativa del gran acontecimiento que significaba para esa aldea india la muerte de un elefante loco.
Después de perseguirlo, lo encuentra en una plantación de arroz, donde el “prófugo” pastaba tranquilo. Un campesino le informa que el ataque de locura le está pasando, y que si lo dejaban en sana paz, la calma tomaría las riendas de la conducta del paquidermo.
El flamante agente, del flamante Imperio Británico, en ese momento se percata de la presencia de medio poblado que lo sigue, esperanzado en presenciar un espectáculo que seguramente recordarían para contar a sus nietos.
El agente duda, considera varias acciones, retirarse, esperar, y al final sucumbe. Piensa que un hombre blanco no debe tener miedo frente a los nativos, porque corre el riesgo de que se rían de él, y eso deja muy mal parado al Imperio.
…Al final, de varios tiros (muchos), mata al elefante.
Todos opinaron del hecho, algunos estaban de acuerdo con el elefanticidio, otros lo rechazaban, pero nadie dijo nunca que el agente imperial lo mató para no quedar como un idiota.
Es así, los imperios, sus agentes tienen una reputación que cuidar, y ese cuidado muchas veces está por sobre cualquier otra consideración.
La Revolución Bolivariana es percibida por el imperio como un elefante que se salió del control de la autoridad, del sometimiento oligarca.
El imperio ha hecho alharaca sobre nuestra inconveniencia. Nos amenaza y nos acusa de cuanta barbaridad le es útil para construirnos una imagen que justifique guillotina.
El imperio, al igual que el agente británico en la India, ha creado expectativas acerca de la necesidad de eliminarnos, blande el rifle de matar elefantes.
Los imperios tienen una reputación que cuidar, por lo tanto, es pensable que usará el rifle contra nosotros, a menos que mostremos una disposición para la defensa ¡que haga que sus pérdidas sean tan grandes que la aventura no les sea rentable!
Frente a la amenaza del imperio que no quiere parecer idiota, no hay otra posibilidad que fortalecer la opción socialista en la economía y en el espíritu de la sociedad. Sólo de esa manera fortaleceremos la convicción en el pueblo de que este es el camino cierto de su redención.
El imperio sólo retrocede frente a la determinación de pueblos dispuestos a defender el derecho a decidir su destino. El imperio frente a la conciliación y la debilidad, avanza, subyuga.
¡Chávez es Socialismo!

24.4.10

EL OPIO

Las elecciones oligarcas son el moderno opio de los pueblos. Si Emparan hubiese planteado unas elecciones, el imperio español aún campearía por estas tierras.
Es difícil una Revolución en un país embobado por las elecciones oligarcas, pero es posible: Chávez es una prueba del rompimiento del espejismo. Lo que sí es imposible, es una revolución sin sustituir el sistema electoral oligarca. Esta Revolución nuestra debe parir otro sistema de elección.
Si observamos lo que se comenta en la esfera política, leemos los periódicos y vemos la televisión, nos daremos cuenta que dos discursos principales cruzan el ambiente.
Uno, el electoral. Se habla de mesas, de primarias. Algunos se retiran, otros denuncian zancadillas, ventajismo, se hace propaganda. Este discurso adormece, narcotiza, crea un ambiente desmovilizador, da la sensación de que es suficiente esperar septiembre para votar, y ese día se saldarán las cuentas entre los bandos sociales en pugna… Todos nos quedaremos tranquilos, cada uno para su casa a esperar las próximas elecciones. Ese opio nos envuelve a todos.
Otro, es el discurso de impulso al proyecto estratégico capitalista. Éste lo maneja con habilidad la oligarquía. Sus agentes ideológicos, como la iglesia, atacan el fondo del proyecto socialista, dirigen sus proyectiles contra los fundamentos ideológicos de la Revolución.
Los obispos no cesan en sus ataques, meten miedo, desempolvan viejos prejuicios: aún hablan contra la Unión Soviética, aún persiguen al viejo Marx (para su honra), y brincan cuando les nombran al Che, que fue sin duda un Santo, pero de esos de verdad: humilde, de los que dan la vida por sus creencias y su creencia es el bien de los desposeídos. Su sólo nombre los horripila, su ejemplo los atemoriza.
El discurso de la oligarquía a primera vista parece inocuo, pero es sumamente dañino, es uno de los pilares en la derrota de la Reforma.
Este discurso ideológico, que mina las bases de la Revolución de mil maneras, los oligarcas no lo abandonan. Nosotros si: con demasiada frecuencia nos conformamos con repetir clichés, frases hechas, abandonamos la reflexión.
Los oligarcas no pierden ocasión para desvirtuar la idea revolucionaria: trivializan las ideas nuestras, así hicieron con el discurso de Evo, así hacen todos los días con el discurso de Chávez. Difunden lo superficial, la anécdota, pero el fondo lo deforman o lo ocultan.
Una revolución es un cambio en la manera de percibir al mundo, es un cambio profundo en la ideología, en el alma, en las relaciones entre los humanos. Ese cambio no se consigue sin una profunda reflexión social, sin una sociedad que piense, analice, esté informada, que deseche las frases huecas, sin sentido, la mera consigna electoral.
La Revolución debe estar alerta frente al opio moderno de los pueblos, debe ir a las elecciones oligarcas, ya llegará el momento de cambiarlas, pero no debe abandonar la formación, el discurso, el combate ideológico. La Revolución debe dejar claras siempre las diferencias con el discurso oligarca, dejar claro que nosotros proponemos un nuevo mundo, el único que es posible.
¡Chávez es Socialismo!

23.4.10

EL DESFILE Y LA TRIVIALIZACIÓN DEL DISCURSO

El desfile en conmemoración del 19 de Abril produjo una cantidad de arrebatos por parte de la oposición, opiniones cretinas abundaron. El hecho llama a reflexión.
Lo primero es la evidencia de una oposición enceguecida por el odio, y por lo tanto, imposibilitada para pensar con claridad, con brillantez, incapacitada para establecer la mínima convivencia, sólo está apta para la crueldad… Es preludio claro de épocas fascistas.
Ya nadie tiene esperanzas en el “espíritu democrático” de esa gente, cada día nos convencen más de las tropelías que preparan. Con cualquier excusa atacan a Chávez y a la Revolución , en ese desespero recorren los caminos de la estupidez.
Ahora bien, la trivialización del discurso no es algo casual, es un requisito para las acciones que ellos desarrollarán. Veamos.
Acostumbrando a su base a razonamientos cretinizantes, como ese de que Chávez es culpable de la sequía, o que los bombillos tienen cámaras de televisión, conseguirán que esa masa acepte cualquier disparate, cualquier crueldad, cualquier justificación por inverosímil que sea. Los medios reafirman la maniobra, sembrando miedo, pánico, para terminar de aplastar la capacidad de razonamiento.
Está comprobado: a la oligarquía le interesa trivializar el discurso y así aplastar la capacidad de razonamiento, esa es su fuerza. Ya lo decía El Libertador: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”. La historia está llena de estas manipulaciones, los nazis sentaron precedentes macabros.
A las Revoluciones, al contrario, les interesa la cultura, el cultivo del intelecto, la información, elevar la capacidad de razonamiento y de análisis. “Moral y Luces”, formación. Su fuerza reside en la participación conciente de la masa actuante.
La Revolución debe tener mucho cuidado, estar alerta con el peligro de la trivialización del discurso: cada palabra debe tener respaldo, cada argumento debe tener rigor. Todo concepto debe ser sólido.
La muela, la pirotecnia verbal, la estampida lingual, la palabra suelta desligada del cerebro, el hablar por hablar, las justificaciones incongruentes, todos son vicios que hacen mucho daño y deben ser combatidos con fuerza.
Es imprescindible que la Revolución se eduque, se prepare, escoja los temas que discute, y profundice la manera de abordarlos. Es necesaria una guerra contra la trivialización del discurso. Se puede decir que una Revolución tendrá la grandeza de sus discusiones, de los temas que la ocupan.
La educación del pueblo, del partido, debe ser principal preocupación de todos. Estudiar para resolver los problemas estratégicos de la Revolución , aprender a ubicarlos en su movimiento histórico, conocer sus orígenes, relacionarlos con los demás aspectos de la vida.
Fuerte es la tentación de movernos en la lógica oligarca, de caer en la banalización de la vida, propia del capitalismo, en conformarnos con pequeños triunfos que no rompen el cerco capitalista. Es cómodo pelear en terreno conocido, pero allí no conseguiremos el avance de la Revolución. Contra esa posibilidad debemos luchar, y no hay otra manera que fortaleciendo la educación revolucionaria, dándole contenido al discurso.
¡Chávez es Socialismo!

22.4.10

LA CARRERA DE LOS LÍMITES

En 1972 fue publicado el Informe Meadows, un estudio sobre los “límites del crecimiento mundial” que el Club de Roma había solicitado al famoso Tecnológico de Massachusetts. Estas fueron las palabras de conclusión de Meadows en el acto de presentación del informe:
“Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación ambiental, producción de alimentos y agotamiento de los recursos, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e incontrolable descenso tanto de la población como de la capacidad industrial”.
Hace ya medio siglo los científicos pronosticaban el fin de las posibilidades de crecimiento del capitalismo. Sus observaciones apuntaban principalmente al agotamiento de los recursos naturales, tocaban ligeramente la contaminación ambiental y preveían consecuencias económicas, predicciones leves si se comparan con los augurios científicos actuales.
Ignoraban las desastrosas consecuencias ecológicas del crecimiento capitalista.
El crecimiento desmedido del capitalismo ha establecido una competencia entre el agotamiento de los recursos naturales y el desastre ambiental. Cualquiera de los dos factores que triunfe en esta carrera macabra traerá consecuencias inimaginables para la humanidad, que enfrenta, en cualquiera de los dos casos, el peligro cierto de extinción.
Hay recursos ya desaparecidos y otros en fase de agotamiento, y el desequilibrio ecológico amenaza con acabar con la vida en un plazo perentorio. Las señales son claras, el tiempo se agota, la decisión es única y dramática: o superamos al capitalismo o la vida se extingue.
La humanidad necesita un cambio cultural de grandes proporciones. Se requiere otra manera de consumir y de producir, otras necesidades, y modificar la manera de satisfacer esas necesidades. Las medidas tienen que ser medidas sociales, comprendidas e implementadas por las grandes mayorías.
Sólo el Socialismo es capaz de conseguir el ambiente necesario para el gran cambio cultural, o mejor, él es ese cambio cultural. Sólo él puede sanar al hombre enfermo de capitalismo y crear al Hombre Nuevo.
El Socialismo es la salvación de la humanidad. Ya no se trata sólo de acabar con la explotación del hombre por el hombre, lo que lo justificaría, no se trata de rescatar a millones de excluidos de la miseria espiritual y material, lo que bastaría para hacer justa la lucha por el Socialismo, ahora se trata de la sobrevivencia de la vida planetaria, de la humanidad. Esa causa engloba y precede todas las luchas posibles.
Nosotros en Venezuela estamos llamados a dar el ejemplo, demostrar que una nueva manera de vivir es posible. La medida de nuestro éxito deben ser las acciones sociales que funden una nueva relación de los humanos entre sí y con la naturaleza. Debemos evitar los parámetros del éxito capitalista, la satisfacción espiritual basada en el consumo.
Esa es la tarea principal de la Revolución, sólo ella da razones sagradas para luchar, por esa causa vale la pena vivir y vale la pena morir. Lo demás es ficción macabra, opio.
¡Chávez es Socialismo!

21.4.10

CUBA: LA VERDADERA POTENCIA MUNDIAL

Los científicos mundiales, conocedores de la tragedia definitiva que amenaza al planeta, desilusionados con la poca atención que los gobernantes prestan al peligro, se han dedicado con vigor a estudiar las vías de salvación para la humanidad. La pregunta que motiva sus investigaciones es sencilla ¿Qué se debe hacer para superar la tragedia que ya es inevitable?
En esta búsqueda encontraron un laboratorio excepcional e inesperado: Cuba Socialista. Esa sociedad había superado con éxito una situación igual a la tragedia que vaticinan todos los cálculos científicos. Veamos.
Durante el llamado “período especial”, después del derrumbe de la Unión Soviética, la economía de Cuba cayó casi noventa por ciento: el aporte de petróleo bajó a cero, los fertilizantes para la agricultura a cero, medicamentos casi a cero, alimentos más de ochenta por ciento. Además, el sometimiento a un bloqueo económico profundizó la tragedia, la privó de lo más necesario, padeció una situación similar a la que se espera cuando la humanidad llegue a los límites de desarrollo del sistema capitalista, lo que se prevé para dentro de muy pocos años.
Cuba no sucumbió a las condiciones perversas ¿Cómo hizo? ¿cómo se mantuvo en pie? ¿cómo superó una situación que a cualquier sociedad capitalista la hubiera sumergido en la más espantosa de las zozobras, en el naufragio?
Cuba reacomodó su economía: desempolvó métodos ya casi olvidados de cultivo, volvieron los bueyes, el ritmo de la vida cambió, las necesidades tomaron otras dimensiones, se ajustaron las prioridades. La resistencia de aquel pueblo a las penurias es ejemplo para el resto del planeta. El heroísmo fue común.
Los análisis científicos señalan que dos puntos principales soportan el milagro: en Cuba se rescató la armonía del hombre con la naturaleza. El hombre volvió a mirar el cielo, la luna y las estrellas hablaron con el agricultor, le enseñaron lo olvidado. Se volvió a una agricultura orgánica, con multicultivos, siguiendo las enseñanzas de los bosques. Se rescataron los abonos orgánicos. El tiempo del hombre se adaptó a los tiempos de la vida. La naturaleza arropó con su manto de sabiduría a aquella sociedad que se resistía a perecer, que se aferraba a la humanidad perdida.
Todo eso fue posible porque el hombre se fundió con sus hermanos, y juntos rescataron la fuerza del amor. Vivieron como mandan las religiones, demostraron que hay esperanzas para la Humanidad , que unidos en un mismo empeño somos invencibles, que juntos podemos detener la barbarie capitalista.
Cuba es sin duda la única potencia mundial, el modelo de sociedad humana viable, la que marca el camino de la sobrevivencia. Las demás son potencias suicidas. Demuestra que sólo el rescate del amor en las relaciones entre los hombres, y de estos con la naturaleza, puede salvarnos… eso es el Socialismo. El dilema de la humanidad es, hoy más que nunca, Socialismo o extinción. Allí está el camino, transitémoslo…
¡Chávez es Socialismo!

20.4.10

EL ERROR QUE LA HISTORIA NO PERDONA

Las revoluciones, siempre, se resumen en una persona, en un individuo. Muchas veces esa potencialidad revolucionaria, por variadas razones, es abortada, entonces, la historia no registra el hecho en toda su magnitud, a lo sumo habla de una esperanza difusa sólo recordada con pasión por quienes estuvieron cerca de la trayectoria que amenazaba con partir las aguas. Tal es el caso de Fabricio, del catire Rincón. Así nacen los mártires.
Otras veces, pocas, la Revolución cuaja en la personalidad, en el líder, y el proceso toma cuerpo, se expande, se mueve, comienza a producir su propia dinámica, crea su fisiología particular, siempre manteniendo como centro al líder, que es, como diría Martí, el decoro de un pueblo condensado en un hombre, o el decoro de un hombre condensado en un pueblo.
En esas circunstancias el paisaje humano cambia, surgen fuegos, se extinguen esclavitudes, se conmueven continentes, la humanidad convulsionada salta a los abismos y vuela, los remonta. Ese torbellino es la Revolución.
Uno de esos hombres fue Simón Bolívar, él que ha podido ser un feliz alcalde de San Mateo, fue poseído, tocado por la historia, y resume la independencia.
Otro de estos hombres fue Lenin, frenético de justicia, derrumbó zares y sembró esperanza, recordó a la humanidad la fuerza constructora de las masas.
Otro es Fidel, el rompedor de dogmas.
Si es difícil, escaso el líder que resume a una Revolución, más difícil aún es la permanencia de la obra revolucionaria inicial: contra ella se confabula la condición humana tallada en el pasado, que habita a enemigos y a revolucionarios.
Las revoluciones cometen muchísimos errores, pero hay uno que la historia no perdona: atentar contra su líder. Cuando esto sucede la Revolución queda sin centro, pierde su fuerza, su capacidad de rectificación y de encontrar el rumbo: se convierte en una hoja que cae de un árbol girando sobre sí misma, bamboleándose sin control, inexorable en su desplome. Muere el sueño.
En San Pedro Alejandrino, cuando asesinaron a Bolívar murió la Independencia y murió la Gran Colombia. El sueño del Monte Sacro quedó por hacer.
Con Lenin murió también la Unión Soviética, Gorbachov y Yeltsin, son hijos directos de aquella desaparición.
Cuando desaparece Allende, solo quedó la oscuridad.
A medida que avanza la Revolución Bolivariana, se definen los campos, se perfila con fuerza la resolución de ir al Socialismo, entonces, las tentaciones para el disparate, para el error, son muchas: se despiertan iniciativas, apetencias, vocaciones para el desaguisado, inventos, atajos que solo conducen a la restauración capitalista.
Hay un error imperdonable que está Revolución no puede cometer ni puede tolerar: es el error de lesionar al líder, en nombre de la Revolución, de unas consignas bonitas, “productivas”, sentar tienda aparte, caminar aislados.
Son tiempos de jugar cuadro cerrado con Chávez, defender la Revolución, la esperanza. Ninguna cabriola teórica o política, por bonita que suene, podrá lesionar al centro de esta Revolución. Los derrotaremos!.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

19.4.10

¿CONSTRUIR EL SOCIALISMO SIN DESPRECIAR AL CAPITALISMO?

Una respuesta afirmativa a la interrogante del título, calmaría el desasosiego de muchos que no duermen tratando de pasar el camello por el ojo de la aguja. Los que así piensan seguirán con insomnio y le harán un gran daño al camino revolucionario, los que intenten esta mezcla pueden terminar en dos laberintos patéticos:
Uno, falsificar al Socialismo, despojarlo de su fuerza liberadora y constructora, convertirlo en un adjetivo que lleva por dentro al capitalismo salvaje, infaliblemente lo llevará a estallar en un mar de contradicciones sociales que la farsa no podrá resolver.
El otro, construir a duras penas un híbrido, una mezcla de dos sistemas antagónicos, inexorablemente terminará por ser devorado por el sistema más antiguo, el más arraigado en el inconciente colectivo, el capitalismo.
¿Por qué no es posible construir el Socialismo en convivencia con el capitalismo?
Un sistema social es en esencia una conciencia sustentada en una relación económica. De aquí se desprende que la lucha política, la lucha revolucionaria, es una lucha por la conciencia de las mayorías, el territorio de la confrontación es la conciencia, lo demás está subordinado a este objetivo.
Ahora bien, la conciencia y las relaciones de propiedad están entrelazadas, se existen mutuamente, lo que significa, por ejemplo, que no podía existir conciencia esclavista sin relación de propiedad esclavista.
Así mismo pasa con el capitalismo, genera una conciencia del egoísmo, del consumismo que lo sustenta, una conciencia instalada, arraigada con una fuerza única en la historia de la humanidad.
Por lo tanto, pensar en la convivencia del Socialismo con el capitalismo, en un híbrido como un sistema social viable, es un disparate, una trampa reformista y el suicidio de la Revolución.
No se puede pretender superar un sistema sin atacarlo, sin descalificarlo, por dañino, material y moralmente, sin evidenciarlo como inaceptable. Esto nos lo enseña El Libertador en la presentación de la Constitución de Bolivia, cuando al calificar la esclavitud, dice:
“La infracción de todas las leyes es la esclavitud. La ley que la conservara sería la más sacrílega. ¿Qué derecho se alegaría para su conservación? Mírese este delito por todos los aspectos, y no me persuado que haya un solo boliviano tan depravado que pretenda legitimar la más insigne violación de la dignidad humana. ¡Un hombre poseído por otro! ¡Un hombre propiedad! ¡Una imagen de Dios puesta al yugo como el bruto!”.
Podríamos, sin pecar, sustituir en las palabras de Bolívar, esclavitud por capitalismo, porque qué es el capitalismo si no la más insigne violación de la dignidad humana, donde unos hombres, los capitalistas, son propietarios del tiempo, de la vida de otros hombres, los trabajadores. ¡El capitalismo es una esclavitud más refinada!
Fácilmente se comprende que no se puede construir el Socialismo sin atacar, sin despreciar al capitalismo, pretender ese absurdo es truncar a la Revolución , porque una Revolución frente al monstruo capitalista si se detiene inexorablemente fracasa.
¡Chávez es Socialismo!
¡San Pedro Alejandrino no se repetirá!

18.4.10

LA GUERRILLA

Existen actividades que prefiguran al Socialismo, o mejor, lo anuncian, indican su posibilidad, son prueba de la condición humana para vivir en Socialismo, renuevan la fe en la humanidad.
Una de esas actividades, por ejemplo, es la faena en un barco pequeño: la suerte del barco, esa pequeña sociedad, depende de la suerte de cada miembro, de cada tripulante. Todos se importan de la suerte de cada uno, y cada individuo trabaja para el éxito del todo, del barco. Todos son importantes, todas las actividades son vitales.
La vida del obrero en la fábrica también es imagen y escuela de Socialismo, allí el trabajo en equipo, en conjunto, abre el camino de la existencia en cooperación, crea las condiciones psíquicas para el Socialismo.
Existen muchas actividades que prefiguran al Socialismo, ahora bien, una de las más importantes actividades humanas anunciadoras del Socialismo, o mejor, germen del Socialismo, es sin duda la Guerrilla, así lo dice la historia. Veamos.
Cuba, el único país que permanece en el Socialismo a pesar de todos los asedios, privaciones materiales y penurias, vive en la alegría de la relación fraterna. No es casual que ese Socialismo haya surgido de las entrañas de la vida en Guerrilla, que su núcleo dirigente se haya labrado en la convivencia guerrillera. La Sierra Maestra es la Escuela.
Vale la pena estudiar las condiciones de vida de la guerrilla, allí hay una enseñanza para las revoluciones.
Al igual que en el barco, las condiciones obligan a la solución de la existencia en conjunto, en sociedad. En aquellas condiciones la vida de uno depende de la vida del todo, y el todo debe importarse de la suerte de cada uno. Comparten la existencia en los límites entre la vida y la muerte.
Además, es un trabajo voluntario, es la entrega a una causa social y política de manera espontánea y desinteresada. Las condiciones difíciles exigen el máximo de inteligencia, de altruismo para la vida en común, tallan el carácter en la convivencia, la vida cotidiana enseña la importancia de todos los oficios.
En aquellas condiciones, el sentido de sociedad, la Conciencia del Deber Social, se eleva a los niveles más altos alcanzados por la humanidad. No hay dudas, el Socialismo que permanece tiene una relación directa con el núcleo guerrillero, núcleo que repica el espíritu del Granma y del Cuartel Moncada.
Nosotros, que somos una revolución pacífica, que venimos de tomar el poder mediante elecciones oligarcas, debemos buscar nuestros orígenes socialistas en la Guerra de Independencia, en el desprendimiento de Bolívar, pero también en la gesta heroica de la guerrilla del sesenta, borrada de la historia por oligarcas y reformistas.
Y sobre todo en el 4 de febrero. Esa épica y la lealtad con los sentimientos que la guiaron, son soporte fundamental de nuestra vía al Socialismo, en ese altruismo está el germen Socialista.
La Revolución debe crear situaciones, réplicas de las condiciones de existencias precursoras del Socialismo ¡Cuánto aprenderíamos todos, cuántas miserias no se corregirían!
¡Chávez es Socialismo!

17.4.10

PROBLEMAS Y SOLUCIONES

Las revoluciones en sociedades inmaduras, confrontan innumerables problemas, quizá su mayor reto es la creación de conciencia en condiciones de existencia adversas.
Los clásicos previeron la Revolución en sociedades de alto desarrollo capitalista, donde se suponían las condiciones materiales y espirituales para dar el salto. Pero la historia, como dijo un filósofo, comenzó a desenrollar su madeja por la punta contraria.
Es así que la Revolución se ha dado en países de poco desarrollo del capitalismo. Esa realidad implica la necesidad de crear las condiciones de existencia que soporten la espiritualidad revolucionaria.
Los reformistas frente al reto reculan, y proponen que sea el capitalismo el que cree las condiciones para el Socialismo. Con esa justificación y por diversas vías lo impulsan.
La experiencia revolucionaria mundial, nos dice que es la Revolución la que debe crear sus propias condiciones. En ese empeño se forman la economía socialista y, simultáneamente, el hombre socialista. Ya se han descubierto los instrumentos para avanzar, establecer las relaciones humanas socialistas, siendo la Revolución la que dirija el proceso.
El principal de estos instrumentos es el Trabajo Colectivo Voluntario, y de él se desprende el Partido. No es pensable una Revolución, un revolucionario sin Trabajo Colectivo Voluntario. Así como no es pensable una Revolución sin un Partido Revolucionario.
El Trabajo Colectivo Voluntario resume las condiciones de existencia necesarias para soportar la Conciencia del Deber Social. Es decir, reproduce la esencia del Socialismo, es reflejo de la voluntad socialista, y al mismo tiempo es su construcción.
Esta Revolución que entra en etapas de definición necesita encarar el trabajo voluntario como una acción principal. Es necesario que se haga una costumbre y una necesidad existencial. La calidad de una Revolución, de una organización revolucionaria, será en gran medida la calidad de su trabajo voluntario.
Son la Clase Obrera y la esfera dirigente de la Revolución los principales llamados a impulsar el trabajo voluntario.
La Clase Obrera tiene allí un instrumento para encontrarse con su ideología, para entenderse como clase llamada a liberar a toda la sociedad del trabajo enajenado, única manera de liberarse ella misma de la esclavitud capitalista.
El Trabajo voluntario, el que se hace en bien de la sociedad sin pedir nada a cambio, sólo la satisfacción del deber cumplido, le devolverá a la Clase Obrera y a toda la sociedad su dimensión social. El hombre del trabajo voluntario dejará de ser un náufrago, para encontrarse con sus semejantes en la alegría de trabajar y entrelazarse con el fruto de su trabajo, reconocerse en él.
En esa comunión en el trabajo, o mejor, sólo en esa comunión en el trabajo el hombre recuperará su condición social, la entenderá.
La dirección de la Revolución, paradigma para toda la sociedad, debe ser impulsora del trabajo voluntario. Allí, compartiendo, construyendo en comunidad, seguro mejorará su comprensión del proceso.
No es fortuito que el Che, haciendo Trabajo Colectivo Voluntario, o Fidel cortando caña, sean emblemas de la única Revolución Socialista que permanece.
¡Chávez es Socialismo!

16.4.10

EL PLAN DEL ENEMIGO

A medida que la Revolución avanza, el plan enemigo va apareciendo con nitidez. Todos lo desarrollan de idéntica manera, desde los oligarcas europeos, los funcionarios de la casa blanca y el pentágono, hasta el último partido en saltar la talanquera. Veamos.
El plan tiene dos componentes. El primero, bombardear las bases económicas del Socialismo, crear confusión, desprestigiarlo. Y el segundo, el deterioro de la conexión Chávez-Pueblo.
En lo económico, unos hablan de un tal “socialismo productivo”, postulan que hay que crear riqueza para poder distribuir, y que los capitalistas son los que saben producir. En ese camino coinciden desde primero justicia hasta el ppt, pasando por los llamados “empresarios socialistas”. El “socialismo productivo” es una manera avergonzada de situarse al lado del capitalismo.
La Productividad Socialista es opuesta a la productividad capitalista. En el Socialismo se produce para satisfacer necesidades de la sociedad. En el capitalismo se produce para que los capitalistas se apropien del trabajo ajeno y acumulen riquezas. Es una barbaridad pretender edificar Socialismo sobre el sudor y la sangre de la masa esclava del capitalismo.
Entonces, la productividad no es un valor en sí mismo, la riqueza producida por el capitalista no se podrá repartir equitativamente porque no pertenece a la sociedad, pertenece al capitalista que la usa para su beneficio.
Otros, más directos, proclaman la incapacidad del gobierno. Todos los días sale un vocero gringo pronosticando la quiebra de la economía, los periódicos y la televisión enemiga son invocación a la desgracia.
Otros, más prácticos, construyen desabastecimientos y todo tipo de saboteos.
La conexión Comandante-Pueblo es quizá el objetivo más importante, saben que ese es el soporte principal de la Revolución. De Chávez se ha dicho de todo, y el Amor sigue allí, imperturbable.
Ahora desde el ppt, nueva adquisición oligarca, siguen el lineamiento de los tanques pensantes gringos y españoles: construyen la tesis de que la “lealtad es aberrante”, que están “contra el mesianismo”. Arremeten contra el liderazgo de Chávez, ese es el requisito para ganar la certificación del imperio.
El plan del enemigo está claro, en él invierten todos sus recursos. Estamos en la fase de debilitamiento del gobierno, debe llegar hasta septiembre. Después pasarán a la fase de desenlace, entonces entrarán en escena las bases gringas, las logias militares intentarán crueldad.
Los revolucionarios debemos tener fe en la capacidad del Socialismo de resolver los problemas materiales del hombre, prepararnos afinando la Economía Socialista , su productividad, su eficacia, desechar las ilusiones de capitalistas ayudando a construir socialismo, y simultáneamente impulsar el rescate del sentido de pertenencia a la sociedad, la Conciencia del Deber Social, el sentido del momento histórico, instalar en la población humilde una nueva ética, dotarla de razones sagradas por las cuales luchar, demostrar que sólo el Socialismo rescata la dignidad del humano.
Y, sobre todo, fortaleciendo el liderazgo de Chávez, combatiendo ataques disfrazados y directos que pretenden romper la conexión Chávez – Pueblo.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

15.4.10

SE BUSCAN PARA RASCARSE

Los capitalistas cuando sus intereses están en juego son capaces de cualquier barrabasada, de ir al infierno si eso se traduce en ganancia. Es así, capitalista sólo mira con los ojos de la ambición, lo demás no importa nada.
De allí que convocar a los capitalistas para construir Socialismo es una candidez, se comprenden que nunca atropellarán sus intereses. Ninguna clase social se suicida.
Ahora bien, si además de convocar a los capitalistas, los estimulamos, financiamos su nacimiento y crecimiento, entonces es el colmo de la candidez, es un suicidio en primavera. Inaudito pero no inédito, ese es el comportamiento histórico de la pequeña burguesía: siempre propone entregar los procesos a la burguesía. Así lo hizo el 23 de Enero: caído Pérez Jiménez, se alió con la burguesía y pujó por entrar al pacto de punto fijo.
La Revolución Bolivariana avanza con su propio guión, hemos dado saltos importantes en el discurso político, en las discusiones teóricas. Aquí se habla, se polemiza de asuntos impensables años atrás.
El Socialismo es palabra común, el antiimperialismo es sentimiento generalizado, y el capitalismo se vale de sus mejores trucos para permanecer.
Ahora las contradicciones y tensiones que se manifestaban sólo en lo político buscan su raíz y empieza a aparecer lo económico. Se evidencia cada vez más a la economía capitalista como obstáculo para el avance del Socialismo, y se asoma su conexión con la política.
Un buen ejemplo es la expropiación, la socialización de los galpones de la Polar en el Estado Lara. El hecho económico se trocó inmediatamente en político: saltó el gobernador, un partido aliado se soltó el moño y anda sumando traiciones, la oposición oligarca pegó el grito al cielo defendiendo sus intereses.
Los líderes sindicales (que vergüenza) se ponen de lado de la rancia oligarquía, se evidencia falta de conciencia y exceso de mafia. La alcaldesa de Barquisimeto se coloca al lado de la Revolución , pero da cinco años de plazo para aplicar la medida, vacila. El partido, unánime, apoya la acción, se restea. Los campos se delimitaron nítidamente.
Fue suficiente el intento de socializar esos piches galpones para que Alberto Cudemus, empresario emblemático de los que dicen estar con el proceso Socialista, se definiera por el capitalismo. Declara:
“Eso debe citarse y es muy importante recalcarlo, no respaldo ningún tipo de actividad que conlleve la expropiación de empresas productivas. Debemos ser sinceros con el Señor Presidente y con los que dirigen el país: actividades productivas no deben expropiarse porque no sólo se detiene la producción, sino que se genera una situación de desconfianza que no es recomendable para la inversión, y se pone en riesgo el empleo.
…hay empresas que creo que han hecho un trabajo espectacular en el país en el sentido de la producción, entre ellas Polar, es una empresa seria y yo creo que debe sentarse con el Gobierno y encontrar algunos acuerdos.”
Desechemos ilusiones, a la hora de las definiciones los capitalistas se buscan para rascarse. Traicionarán.
¡Chávez es Socialismo!

14.4.10

NUESTRA MENTE CAPITALISTA

El camino hacia el Socialismo es ante todo una liberación de la mente, del alma. El hombre que estaba prisionero en las necesidades del capitalismo, en la imposibilidad de alcanzar su plenitud, debe romper las cadenas y entrar en el mundo de la libertad, en el rescate de su humanidad, dejar de ser una mercancía.
Es difícil, la liberación es dolorosa como un parto, es una aventura, es volar sobre acantilados sin redes de seguridad, da vértigo. Es una proeza romper la seguridad de la costumbre cuando todo está previsto, cuando se conoce el camino iluminado con mortecinas luces del pasado.
La tentación de cambiar para que nada cambie, de no ir al fondo, a la raíz, y la tranquilidad de pensar que los cambios en la superficie son suficientes, es una compulsión que marca muchas propuestas en épocas de Revolución.
Las revoluciones, como una ley, llevan en su seno la mayor defensa del sistema que pretenden superar. Una Revolución es en gran medida una lucha feroz contra sí misma.
Siempre es así, a Bolívar quisieron coronarlo monarca, sin embargo no abolieron la esclavitud sino años después de su asesinato. Les era más fácil regresar al pasado que ir con decisión al futuro.
Cuando cae Pérez Jiménez, bien lo dice Fabricio: "El 23 de Enero de 1958, lo confieso a manera autocrítica y creadora, nada ocurrió en Venezuela, a no ser el simple cambio de unos hombres por otros, el 23 de Enero, hubo sólo eso: un cambio de nombres.”
Es conocido el hecho que después de sesenta años de socialismo soviético, aparecieron súbditos de los zares que los reverenciaban, exhibieron sus cuadros que escondían en los subterráneos. El pasado volvía con aliento asombroso: Kérensky regresaba para vencer a Lenin y a Trotsky, la democracia burguesa se imponía al Socialismo.
La Revolución Cubana enfrentó, y aún después de más de medio siglo, enfrenta una feroz lucha interna. Fidel lo alerta con claridad: a la Revolución la pueden destruir desde adentro.
Aquí en Venezuela, en la Revolución Bolivariana ocurre una fortísima lucha interna que se manifiesta en todos los rincones del proceso. La disputa aflora en la teoría y en la práctica.
Los restauradores tratan de morigerar los cambios, de no ir a las profundidades donde las acciones son definitivas. Proponen miles de fórmulas donde el capitalismo no es superado, al contrario, pretenden incorporarlo a la construcción socialista. Algunos importantes hasta plantean el absurdo de ¡formar empresas capitalistas promotoras del Socialismo!
La propuesta tiene el mismo origen psíquico de los cuadros escondidos de los Zares, de la resistencia a la abolición de la esclavitud, es atadura al pasado.
El Socialismo sólo es posible con Socialismo. Es necesario “descapitalizar” la mente de los revolucionarios. ¡No hay atajos hacia el Socialismo! El camino es uno sólo: acabar con la hegemonía nosocial de los medios de producción, rescatar la conciencia de sociedad, superar al capitalismo.
¡Chávez es Socialismo!
¡Sólo los Socialistas construyen al Socialismo!

13.4.10

LA FUERZA DEL ESPÍRITU

¿Cuál es la fuerza que mueve a los pueblos? La discusión es vieja y parece infinita. Unos postulan a lo material como el motor de la historia. Otros responden que es el espíritu el móvil de todos los móviles.
Nosotros pensamos que la fuerza que mueve a los pueblos depende del objetivo de la acción, de su calidad. Explicamos:
Si se trata de un reacomodo dentro del capitalismo, sin duda la fuerza será material. Si por el contrario se trata de una Revolución, de la superación del capitalismo, la fuerza tiene que ser el espíritu. Sólo el espíritu es capaz de conducir a los pueblos a las grandes hazañas.
Bolívar, cuando se refiere al Ejército Libertador, nos dice: “Se cubría con sus armas, porque no tenía uniformes; pereciendo de miseria, se alimentaba de los despojos del enemigo, y sin ambición no respiraba más que el amor a la patria”.
El espíritu, el amor a la patria era el volcán que habitaba el alma de esa tropa, el fuego sagrado que movía al Ejército Libertador de un Continente. No existe fuerza material capaz de impulsar esa hazaña. Las grandes obras de la humanidad no están permitidas a los mercenarios.
Ese espíritu encendió la llamarada que gritó en Alegría de Pío: “¡Aquí no se rinde nadie!”, cuando los rebeldes comandados por Fidel fueron sometidos a un bombardeo brutal que amenazaba extinción.
Es el mismo sentimiento altruista que llevó a Fabricio, a Argimiro, al Pica, a Saturno y a tantos jóvenes anónimos, a las montañas para constituirse en reserva moral de la patria.
Es el mismo amor de las jornadas de Abril, cuando el pueblo humilde, entre sollozos, proclamaba: “Con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”.
Hoy en la Revolución Bolivariana se enfrenta el gran reto de construir el Socialismo, se discute cuál debe ser la palanca principal de la faena. La tentación de usar las armas melladas del capitalismo es inmensa.
Tenemos mucho tiempo sumergidos en la lógica capitalista, el estímulo material nos tienta. La política de la cuarta de repartir migajas y promesas en época de elecciones, ilusiona eficacia. Son métodos propios del capitalismo.
Es así que se asocia el resultado electoral con la bonanza. Si el Gobierno Revolucionario tiene problemas materiales, la oposición se alegra, piensan que el pueblo nos dará la espalda. ¡Qué poco conocen al pueblo heredero de los Libertadores!
Nosotros debemos afincar nuestra política en el espíritu, convocar al pueblo para lo grande, para la hazaña histórica. El apoyo a la Revolución y al Comandante debe nacer del corazón, y no del bolsillo.
Es necesario explicar la trascendencia de la batalla que libramos, situarla en el paisaje mundial, relacionarla con el destino de la humanidad, con el futuro de La ALBA, con la suerte de los humildes.
Simultáneamente debemos solucionar los problemas materiales, dar prueba de eficacia revolucionaria. Pero siempre atrevernos a convocar al pueblo para lo grande, para el Amor. El espíritu es la fuerza de la Revolución.
¡Chávez es Socialismo!

12.4.10

ABRIL ES UNA LÁGRIMA

Los acontecimientos históricos pueden estudiarse desde diferentes ángulos, todos válidos, pero siempre parciales, unilaterales. Asimismo, cada suceso tiene un punto de vista que lo marca, que lo define, que lo distingue. En consecuencia, podemos decir que la elección de Chávez en 1998 fue un acto principalmente político, las Misiones son actos esencialmente sociales, la recuperación de los campos petroleros por PDVSA, es un acto marcado por lo económico, y que al 12 de Abril lo caracteriza un sentimiento.
Fue un honor histórico participar en aquellas jornadas. Pocas veces un pueblo nos muestra su lado humano con la luz de aquel abril: todos hermanados, todos unidos, fundidos en el sentimiento altruista de no dejarse arrebatar la esperanza. El llanto, era el llanto de la dignidad, las lágrimas mostraban la voluntad de un pueblo por recuperar su historia, salir del letargo puntofijista, y mostrarse hijos de Bolívar, Fabricio Ojeda, y del Che.
El 12 de abril lo recordará la historia como el inició de la Revolución Socialista en Venezuela. El espíritu de la Comuna de París envolvió el país, la brisa de la Sierra Maestra, y la grandeza del Palacio de Invierno, pero sobre todo la fuerza cívico militar del Ejército de Bolívar renacieron en las calles de esta patria. Esos días construimos dos pilares de la Revolución: el sentimiento y el líder. Supimos de la fuerza creadora de un pueblo en la calle.
Regresó el Comandante, y nosotros nos sumergimos en la fiesta.
Después, entendimos que la alegría no es triunfo, para construir el sueño necesario es sacar a los mercaderes del templo. La lucha no había terminado, la tarea apenas comenzaba. El objetivo es el sistema que origina miseria.
Nos dijo Chávez: Cristo es Socialista, Judas es capitalista. He allí la estrategia, hacernos cada vez más Cristo y menos Judas. Construir una economía de todos y no una donde los propietarios sean Iscariotes que ponen la ganancia por encima de la vida.
Bolívar sentenció: “por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza”. Y recordamos a Martí: “más pueden trincheras de ideas que trincheras de piedra”. Comprendimos que salir a la calle no es suficiente, hay que salir para defender y también para construir. Y entendimos que para edificar un mundo mejor, son imprescindibles la organización y la conciencia. Ahora nos preparamos, organizados y con conciencia, para futuros combates. En la próxima batalla iremos a construir nuevos pilares revolucionarios, y no la abandonaremos hasta ver los rayos del sol bolivariano.
¡Chávez es Patria!
¡Patria es Socialismo!