21.8.10

EL ÚLTIMO HUMANO

Cómo será el mundo dentro de treinta años? Dejemos de lado la teoría, imaginemos la vida de un humano en la Caracas del futuro. Narremos.
Nuestro personaje subió de La Guaira huyendo de las aguas del Caribe que desaparecieron su ciudad. Ahora junto a su familia vive a la buena de Dios en los túneles del Metro, abandonado por falta de energía, las refinerías a la orilla del mar fueron también arrasadas por la elevación de las aguas. Los polos se derritieron cambiando la geografía y la vida.
La Humanidad sufre la tragedia doble que ya habían vaticinado los cerebros más brillantes de la época, entre ellos Fidel. Pocos hicieron caso. Una guerra nuclear que duró minutos arrasó la civilización y una serie de desastres naturales amenaza con extinguir la vida. El cielo está encapotado por cenizas, pasaron años sin ver el sol, el frío hiere.
Cuando una tragedia produce una situación de penuria extrema, los humanos tienen varias reacciones posibles. Las condiciona la existencia, la clase social a la que pertenecen.
El comportamiento en esta tragedia fue similar al de los campos de concentración nazis. Allá los que tenían gran reserva espiritual, los Evangélicos y los Revolucionarios, soportaron la penuria con dignidad humana. Los que afianzaban su existencia en las bases materiales, se derrumbaron al desamparo del dinero inútil.
Lo mismo sucede en esta Caracas del futuro que se resiste a perecer. La unión de los mejores recompuso una organización civil y militar, un incipiente tejido social que permite la esperanza.
Robinson, que así se llama nuestro humano, acompaña las salidas periódicas a la superficie de la ciudad… deben tener cuidado, aún persisten peligros de radiación, y algunos ataques de los que no aceptan la unión de todos como la única forma de salvarse, aún persisten en soluciones individuales y hostigan a los que optaron regirse por el precepto “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad.”
El Socialismo, el Cristianismo Auténtico, se impuso en la situación extrema, cuando lo mejor del humano, lo que habita en lo profundo de su alma, aflora.
La anterior historia no es una ficción, se trata de una posibilidad con alto grado de probabilidad, y puede que sea muchísimo peor. Podríamos imaginar que Robinsón sea el último sobreviviente de la Humanidad, algo así como un Adán Final, sin paraíso, sin nadie que le de sepultura.
Aún hay tiempo para evitar la historia de Robinson, es posible salvar al humano. Es urgente cambiar al sistema, instaurar las relaciones del Cristianismo Original, las del Socialismo. Ya no podemos dudar en avanzar. La Humanidad necesita un corrientazo, un ejemplo de otro mundo, una muestra de un mundo posible.
Esa salvación depende de nosotros, de Venezuela, de nuestra Revolución. No podemos satisfacernos con logritos parciales, es necesario un impacto sobre la sociedad, proponerle cambios profundos, correr el riesgo, acercarnos a la orilla del abismo para poder emprender el vuelo.
¡Chávez es Socialismo!

20.8.10

LA DISCUSION DE LOS CRETINOS

Una de las argucias de la dominación oligarca es la trivialización de la discusión. Los burgueses saben que los objetivos de un pueblo tienen estrecha relación con los asuntos que discute. Si la mente colectiva es ocupada por lo trascendente, será un pueblo grande, destinado a ser vanguardia de la Humanidad , será un pueblo que cuestionará tarde o temprano la dominación, percibirá la esclavitud.
Si por el contrario su mente esta colonizada por lo pequeño, por lo frívolo, será un pueblo perdido en la miseria espiritual, víctima de la dominación, del despojo que ni siquiera advierte.
Es así, la oligarquía sabe la importancia de lo que se discute y de cómo se discute. Por eso gasta mucho tiempo y riqueza en ocupar la mente de las masas con tonterías: programas de televisión, radio, están al servicio del cretinismo, revistas enteras sólo para difundir lo sin importancia: la vida de la nobleza europea, las fiestas de los amos del valle.
Quieren que la población se preocupe más por la vida íntima de un artistillo, que de la biografía de un héroe de la independencia, o de un mártir de la resistencia al capitalismo.
Es así, la cultura que nos ofrecen es una poderosa arma de dominación. Sin embargo, donde el cretinismo es más grave, más alarmante, es cuando alcanza a la esfera política. La política es una medida valiosa de la espiritualidad de un pueblo.
En Venezuela presenciamos la discusión de los cretinos de la oposición. En la prensa y la televisión asistimos a un torneo de dislates convertidos en doctrina, la tontería acompaña a la mentira, la falta de talento da la mano a la burda mala intención. El asunto es alarmante.
Cuando un sector importante de la sociedad es modelado y guiado por la estupidez, cuando los intelectuales de ese sector se rinden al facilismo de la manipulación, entonces estamos acercándonos a acciones terribles.
Entre la masa estupidizada y los intelectuales que le hacen comparsa se produce un engranaje que se autoalimenta y profundiza el desprendimiento de la realidad, llegando a niveles de peligrosa esquizofrenia. En esas condiciones pueden aceptar y planificar cualquier crueldad.
Los síntomas son claros: un periódico otrora cátedra del pensamiento nacional, dirigido por Miguel Otero, Arturo Uslar, con reporteros de la talla de García Márquez, Alejo Carpentier, ahora ha devenido en mediocre manipulador de la realidad usando recursos primitivos.
Columnistas antes brillantes conductores de la opinión de su clase, ahora son grises plumíferos que dan lastima con su coproescritura.
La gravedad del deterioro se evidencia en el tratamiento a la risa de Izarra en CNN: es claro que no era burla a las cifras de la inseguridad, pero el hecho se ha manipulado, los plumíferos procuran linchar al muchacho. Teodoro el primero, con la insidia del renegado, y agotado su talento, ignora la realidad y pretende inutilménte hacer de esa risa, a falta de mejores ideas, un réquiem para la Revolución.
¡Chávez es Socialismo!

19.8.10

FIDEL: LA AUDACIA QUE FUNDA

Con motivo de su cumpleaños mucho se ha escrito y hablado de Fidel, son ochenta y cuatro años que la historia analiza con los lentes del afecto y del asombro.
Fidel volvió al camino con su adarga al brazo, tal como corresponde a los grandes de la humanidad. Ahora está en el centro de la política internacional, alerta conflictos nucleares y avisa la hecatombe ecológica, pide Libertad para los Cinco, da entrevistas, manda mensajes a Obama. Su vida es una cátedra de Revolución que debe ser estudiada por todos. Veamos algunas enseñanzas de Fidel.
Una, es la audacia teórica y práctica. El asalto al Moncada es una lección de la capacidad de riesgo que debe acompañar a un revolucionario. No hay posibilidad revolucionaria sin riesgos. Se puede decir que toda revolución está precedida por acciones riesgosas, cruciales, definitorias.
Lenin dio muestra de esta capacidad cuando se traslada al escenario de la Revolución en el “tren sellado”, y al llegar a la Rusia insurrecta derrota las pretensiones de avanzar sólo hasta lo permitido por el sistema burgués, y corrió la hermosa aventura de construir un mundo nuevo, hacer que la Humanidad vuele por terrenos de esperanza.
El 4 de febrero fue un asalto a las convenciones que ataban a Venezuela al pacto de punto fijo. La audacia, el desprendimiento, el riesgo de aquellas horas, aún hacen vibrar a los corazones de los honestos, y nunca serán perdonados por los mezquinos que vieron alterada su cómoda sumisión.
El Cuartel Moncada fue, en ideas del Che escritas en el campo de batalla, “un asalto a la oligarquía y a los dogmas que aplastaban la posibilidad revolucionaria en los países sin desarrollo del proletariado”. Aquel dogma que dictaba la necesidad de bloques dirigidos por unas supuestas burguesías nacionales, fue sustituido por un dogma, una definición fresca y revolucionaria: “El deber de los Revolucionarios es hacer la Revolución”.
Y este nuevo dogma es la segunda enseñanza de Fidel: siempre el revolucionario debe intentar hacer la Revolución. Las condiciones para hacer la Revolución surgen del intento revolucionario. Aquellos que se sienten en la puerta de su casa a esperar las condiciones no tienen una actitud revolucionaria.
La tercera enseñanza nos la da Fidel en el ejercicio del poder. Allí la Revolución Cubana nos da lecciones importantes: Los cambios materiales, en las relaciones de producción fueron dirigidos a apuntalar el espíritu social que con los barbudos bajó de la Sierra.
Hoy se discute, después de cincuenta años, lo acertado de las socializaciones de la Revolución Cubana. Algunos dirigentes creen que se equivocaron generalizándolas, nosotros, con el respeto debido a la trayectoria, creemos que esa política fue acertada: así se consiguió el impacto que permitió el cambio indispensable de conciencia
La cuarta enseñanza de Fidel, se resume en la actitud rebelde, irreverente de ese pueblo capaz de rescatar a Elian, entender carencias, de pararse firme frente al monstruo del norte en la crisis de los misiles.
¡Fidel y Chávez son Socialismo!

18.8.10

INSEGURIDAD Y ÉTICA

Los oligarcas discuten la inseguridad sólo en lo aparente, en sus consecuencias, pero evitan analizar sus causas. De esta manera la usan como instrumento de engaño, lejos están de querer resolverla. Construyen una imagen generadora de terror, manipulan buscando influir en los resultados de septiembre.
Los tanques pensantes gringos han dado la orden de aterrorizar con la inseguridad, y de endosársela a la Revolución. Así matan dos pájaros: atacan al gobierno y evitan ir al fondo del asunto.
Si caemos en la trampa de los tanques pensantes, si nos quedamos en la superficie del problema, sólo viendo las estadísticas y compitiendo en los porcentajes de delitos, le estamos haciendo un servicio al campo oligarca, entrando en su lógica, reforzando los esquemas que quieren instalar.
Debemos analizar las causas profundas de la inseguridad, allí los oligarcas son débiles, quedan desenmascarados. Discutamos.
La inseguridad es hija directa del Sistema Capitalista. No es posible pretender seguridad verdadera y al mismo tiempo defender al capitalismo. El capitalismo cuando gobernaba intentaba obtener seguridad reprimiendo a los humildes, confinándolos a los ghettos. Mientras se atrincheraba en cotos fuertemente custodiados, en castillos blindados, y como avestruz ignoraba los delitos en sus medios de desinformación ¡Esfuerzos nulos!
Es que la inseguridad es producto de la esencia misma del sistema capitalista, que se basa en un fraude de inmensas proporciones, se trata del robo por parte del capitalista del trabajo de las grandes mayorías. Esa apropiación monstruosa necesita una ética hipócrita que lo justifique, y a la vez condene las resistencias primarias al delito burgués. Así, el robo de Zuluaga sería ético y legal, pero el muchacho que salta la cerca de su mansión y se llevaba unos mangos del jardín sería un delincuente.
La reacción social inconsciente, espontánea, brutal, desesperada frente a la ética hipócrita capitalista, esa reacción es el origen de la inseguridad. Se trata de una guerra soterrada donde aún los explotados no han alcanzado nivel de conciencia política. Es una forma de resistencia primaria.
El Socialismo, que restituye el sentido de sociedad, de consumo racional y natural, de valores del ser y no del tener, la ética socialista, con su contenido humanista, sus relaciones profundamente amorosas, es la respuesta definitiva a la inseguridad. Ese es el fondo de la discusión, se trata del enfrentamiento entre dos sistemas, entre dos éticas:
Uno, el Socialismo que nos propone el Comandante: que es la construcción de un mundo donde todos podamos vivir como hermanos, sin que nadie se apropie del trabajo de nadie, donde la ética sea coherente: “el hombre el centro de todos los afanes.”
Dos, el capitalismo: con su carga de hipocresía y de represión, de fragmentación social productora de la inseguridad.
La inseguridad se erradicará de raíz a medida que la Ética Socialista sustituya a la ética capitalista, ese será el triunfo de la vida, del amor sobre el odio. Esa es la Revolución.
¡Chávez es Socialismo!
¡Sólo el Socialismo, su ética, su conciencia, su organización, nos dará seguridad!

17.8.10

EL RIESGO DE LA SOLEDAD

La Revolución no es un proceso fácil, los revolucionarios deben entenderlo así. Se trata de un desgarramiento, de un separarse de sí mismo, de correr el riesgo de la soledad.
El que tenga miedo de la soledad nunca será revolucionario, siempre estará buscando el acompañamiento de una mayoría que es esquiva e ingrata.
Los revolucionarios, por definición, son la vanguardia de la sociedad. Son los que primero perciben y sienten la necesidad de un salto y, planteándolo, corren el riesgo de la incomprensión. Contra ellos se confabulan las fuerzas de la costumbre, de la parsimonia, el cambio perjudica a los acomodados, que son muchos, y es incomprendido por los beneficiados, intoxicados de manipulaciones de dominación.
Cuando finalmente las ideas de la vanguardia son entendidas, respaldadas, para esto pueden pasar muchos años, toda una vida, entonces llegó el momento de nuevas ideas que rompen con el nuevo acomodamiento. Surge nueva vanguardia, nuevas incomprensiones, nuevo aislamiento, otra búsqueda de mayoría.
Así el ciclo se repite interminablemente. Ese es el motor de una revolución, las revoluciones que se olvidan de esta fisiología, se adormilan, se pasman, perecen. No saben crear nuevas rutas de avance, al contrario, toman atajos al pasado.
La seguridad acostumbra, deja para después el salto indispensable para la salud revolucionaria, ve con malos ojos a quien pida correr el riesgo de seguir caminando, la seguridad aconseja permanecer en el terreno ya conocido, con las acciones que dieron resultado ayer, no salirse de la rutina, no inventar, no hacer olas. Frente al camino necesario siempre ven barrancos.
La pequeña burguesía en funciones de vanguardia revolucionaria se aposenta con facilidad, al primer éxito proponen teoría para justificar quedarse en el remanso, evitar la turbulencia, disfrutar lo alcanzado.
En estos países nuestros, donde las primeras etapas de la Revolución resuelven las reivindicaciones burguesas y por tanto son acompañadas por capas y dirigentes pequeño burgueses, es importante entender la necesidad de correr el riesgo de siempre estar avanzando. Si una Revolución se estanca, irremediablemente perece, ese es el principal enemigo.
Ahora bien, el avance de una Revolución no se mide por el avance económico, aunque por supuesto es importantísimo, el avance de una Revolución lo determina la elevación de la Conciencia del Deber Social. Sólo los pueblos con altos niveles de esta conciencia son capaces de resistir los embates de los enemigos que intentan yugularla.
La prosperidad económica debe estar al servicio de la Conciencia Social, o mejor, sólo la economía al servicio de esta conciencia será en verdad prosperidad. Los altos índices de economías capitalistas son ilusiones que producen miseria a su alrededor.
En nuestra Revolución, que es pacífica, convivimos con lógicas heredadas del punto fijismo, es necesario hacer grandes esfuerzos para con nuestras acciones elevar la Conciencia del Deber Social. Esto es fundamental: no podemos caer en la tentación de logros fáciles usando los métodos, las herramientas melladas, así obtendremos triunfos que siempre serán efímeros.
¡Chávez es Socialismo!
¡Socialismo es Conciencia!

16.8.10

VENCERSE A SÍ MISMO

El individuo es un compendio de la sociedad en que vive, en él se resume el drama social de su época. Es imposible escaparse a esta ley. Siendo así, el individuo es el escenario de la contienda de clases de su tiempo. O, lo que es lo mismo, la parte más importante de la cruenta batalla de la lucha de clases se da en el interior de los individuos.
Es en las praderas del alma individual donde se decide la lucha de clases. Los revolucionarios, para tener éxito en su tarea, deben estudiar este punto fundamental, porque no hay Revolución sin revolucionarios, y no hay revolucionario si antes no se ha vencido a sí mismo.
Las conductas de los revolucionarios, son reflejo de esta lucha de clases que ocurre en la entraña individual. Allí se opone la ideología de las clases dominantes, los valores dominantes, las costumbres, la ética, toda una espiritualidad sembrada en la temprana niñez, con la ideología revolucionaria que se adquiere con la educación y la imaginación. En otras palabras, la lucha revolucionaria es principalmente una lucha entre la niñez, que se enfrenta a la espiritualidad que se van adquiriendo con la comprensión adulta.
Esta batalla, entre lo que fuimos y lo que queremos ser, se desnuda en la toma de decisiones. Veamos.
Cuando la sociedad se reconoce en un individuo y lo hace líder, sean del nivel que sean, la pugna de clases dentro de estos escogidos adquiere características sociales. Las decisiones del conductor afectan a la sociedad, pero están determinadas por la pugna que sucede en el individuo convertido en líder. Expliquemos con un ejemplo.
Bolívar liberó a los esclavos, y esa fue una decisión que afectó profundamente a la sociedad de su época. Pero, esa decisión nace de una lucha en el alma atormentada del Libertador, allí se enfrentaron la enseñanza de su niñez, quinientos años de cultura colonial, de aceptación y justificación de la esclavitud, con los conocimientos y la conciencia que había adquirido Bolívar en su vida de adulto. En el caso de bolívar, triunfó la idea libertaria adquirida durante su vida adulta, sobre la espiritualidad esclavista sembrada en su niñez. Por eso, él es un gran revolucionario. Páez, por el contrario, sucumbe a los valores de la oligarquía, traiciona las ideas adquiridas en su adultez, al lado del Libertador, y se entrega a los valores de las clases hegemónicas que le sembraron en la niñez.
Podemos decir, entonces, que para hacerse revolucionario, para hacer la Revolución , es vital derrotar, todos los días y en cada decisión, a la ideología de la dominación que llevamos aferrada a nosotros con los poderosos hilos del inconsciente infantil. El revolucionario debe vencerse a sí mismo.
¡Chávez es Socialismo!

15.8.10

LA ÚNICA GUERRA QUE SE GANA ES LA QUE SE EVITA

El Comandante Chávez es un gran Estadista, sin duda el mejor gobernante en la historia patria. La afirmación no es lisonja, es una realidad: Chávez es el gobernante que ha conducido cambios estructurales de la sociedad, que permiten zafarnos de las relaciones de explotación y despojos que arrastramos desde la muerte del Libertador.
En la reciente confrontación con la oligarquía colombiana actúo con altura, dispuesto a cualquier sacrifico en aras del interés patrio. Por supuesto, la oligarquía nacional-gringa, que critica todo lo que Chávez hace, también ataca los acuerdos que alejaron la guerra.
Cuando los tambores de violencia amenazaban a las dos naciones, la oligarquía calificó al Comandante de guerrerista, ahora conseguida la paz, la misma oligarquía lo califica de blando. Así son los oligarcas, no tienen más brújula que el odio a Chávez. Atacan todo lo que hace la Revolución, y de esta manera no salen de los territorios de la pequeñez espiritual.
En Santa Marta se disipó una amenaza de guerra, eso fue un éxito importante del Comandante y su gobierno, demuestra una vez más su apego al humanismo, se evita derramamiento de sangre, sufrimiento y dolor para ambos pueblos. Fue una demostración de la calidad humana de quienes nos dirigen.
Ahora bien, el peligro continúa: las condiciones de misería en Colombia, fuente de la violencia, están allí, el sistema que las origina no ha cambiado en nada, al contrario, se fortalece. La actitud de la clase oligarca, cruel, asesina y represiva, sigue intacta. Los gringos siguen con sus planes de convertir a Colombia en base para el control militar de la América del Sur.
Seguramente la resistencia de ese pueblo continuará. Las formas que adquieran dependerán de la actitud de la oligarquía, ya sabemos que es afín al asesinato, las fosas comunes, y los miles de desaparecidos son ilustración macabra de su talante. Y dependerá también de la inteligencia de la resistencia.
La lucha armada nunca ha sido una vía pura, exclusiva, ni siquiera ha sido la vía principal, siempre es y será una vía auxiliar de la política. Eso significa, en palabras de Mao, que siempre la política debe dirigir al fusil, siempre será el alma de los pueblos el principal escenario de la batalla por el poder, por la hegemonía. Pensar que el principal campo de batalla es el militar es un error definitivo.
Mientras que la resistencia armada no refleje política, humanismo sobre el resto de la sociedad, la oligarquía seguirá destrozando a ese pueblo hermano.
Seguimos estando con el pueblo sufrido de Colombia, con los desplazados, con los desaparecidos, con los explotados. Y sabemos que la mejor solidaridad es construir aquí, de este lado de la frontera que separa a los hermanos, una sociedad que rescate el humanismo y sirva de ejemplo, de muestra, de que se puede vivir en paz verdadera, la paz con equidad.
Finalmente recordamos la advertencia del Apostol Martí: “…mientras sea la guerra un peligro, será siempre un deber prepararla”.
¡Chávez es Paz con equidad!