11.5.07

SOBRE MONSTRUOS Y MONSTRUOSIDADES

Hay monstruos y monstruosidades que son incomprensibles, parecen escapados del infierno para venir a plagarnos de oprobio.
¿Cómo explicar que exista Guantánamo, o Posada Carriles, la muerte de niños en Palestina, los cientos de miles de mercenarios que ocupan Irak?
¿En nombre de qué se justifica el muro que separa a Estados Unidos de México, o que millones pasen hambre, si la humanidad produce suficientes alimentos para que ningún niño se acueste sin comer?
Estos monstruos y estas monstruosidades provocan preguntas angustiosas:
¿Por qué se gasta en armas lo que serviría para construir un mundo feliz para todos?
¿Por qué se asesina a quien se oponga a los monstruos y a las monstruosidades?
¿Cuáles son las condiciones sociales que engendran estos monstruos?
¿Por qué el imperio capitalista protege a estos monstruos?
¿Qué debemos hacer los hombres de buena voluntad frente a esta situación?
Respondamos.
Los terroristas, el terrorismo, es el engendro y el instrumento visible de un terrorismo mayor que pasa desapercibido, es el engendro del capitalismo, un sistema que destruye al humano, lo convierte en una pieza solitaria de un complejo de consumo y producción, o lo condena a la exclusión en medio de la abundancia y el oropel mercantil.
El terrorismo, esencia del capitalismo, necesita de los monstruos y de las monstruosidades para mantenerse. Siempre ha sido así y siempre será así mientras exista este sistema antisocial y antihumano.
Ayer asesinó a Sacco y Vanzetti, a Torrijos y Allende, hoy amenaza con asesinar al Comandante Chávez.
Ayer mantuvo en prisión a Albizu Campos, hoy secuestra a los Cinco Cubanos Héroes de la Humanidad que enfrentaban en Miami a las mafias terroristas.
¿Qué debemos hacer frente al terrorismo capitalista que amenaza con alterar el clima de la tierra a niveles de genocidio, de biocidio, que contamina mares convirtiéndolos en sepulcros, que condena a la humanidad a la distorsión de un consumo demencial de unos pocos a costa de la inopia de las grandes mayorías, que nos impone la fragmentación de la sociedad?
Frente a este monstruo, frente a esta monstruosidad, no hay otra cosa que seguir al pie de la letra el mandato central del Che, el que nos dejó antes de ir a Bolivia a respaldar sus palabras con la acción, no hay otra solución que: “luchar contra el imperialismo donde quiera que esté”.
Frente al monstruo capitalista no hay otra postura que emular la tenacidad independentista de Bolívar, que lo llevó a decir: “si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.
Hoy, con la misma voluntad del Libertador, debemos decir: ¡haremos el Socialismo, y si alguien se opone lucharemos contra él y haremos que nos obedezca!
Frente al monstruo capitalista no hay otra opción que seguir las palabras del Comandante Chávez: ¡Patria Socialismo o muerte!

¡VENCEREMOS!

LA VOLUNTAD Y LA REALIDAD

La voluntad y la realidad son los dos polos que dominan el ejercicio político revolucionario. Realidad sin voluntad es espontánea, pero voluntad sin realidad es desvarío. El arte de la política estriba en saber combinar los dos polos, el éxito está reservado a quien sepa hacer esta combinación y adecuarla al momento. En política nada es mecánico, la rigidez es obstáculo. Veamos.
La voluntad es principal en las primeras etapas de una Revolución. ¿Dónde sino en la voluntad se sostuvo el Asalto al Cuartel Moncada, o el Cuatro de Febrero? ¿Qué otra cosa sino la voluntad impulsó a Fabricio a cambiar el cómodo congreso oligarca por el Campamento Venus?
El Libertador fue un maestro de la voluntad, no hubo dificultad ni seducción que quebrantara su voluntad de cambio. A esa voluntad los teóricos de pacotilla la llaman vanguardismo, o voluntarismo, es que no saben de los volcanes que habitan a los verdaderos revolucionarios.
La realidad, por su parte, actúa inexorablemente, tiene su propia fisiología, sus leyes, tiene la última palabra, es verdad. Pero, y esto es muy importante para los revolucionarios, la realidad puede ser construida por la voluntad, sino cómo se explica que en Cuba, país pequeño, sin proletariado desarrollado, vecino del imperio, se de una Revolución Socialista, y además se mantenga a pesar de la caída de la Unión Soviética.
Hay períodos en la historia en los que la voluntad diseña mundos reales, en esos momentos es importante la actuación de los altos dirigentes que conducen Pueblos. Uno de esos momentos fue el período de la independencia, con su marcha a Oriente, el Paso de los Andes, el Decreto de Guerra a Muerte.
En esos momentos se establece una lucha entre lo viejo y lo nuevo, es una batalla en el corazón de la sociedad, una pugna contra las costumbres y contra los miedos que impiden el asalto al futuro.
A Bolívar, que entendió que la marcha hacia el futuro no era posible sin la abolición de la esclavitud, lo derrotó esa espiritualidad del pasado.
Hoy en la Revolución Bolivariana vivimos un periodo donde la voluntad debe construir mundos, sobreponerse a las costumbres y a los miedos, abolir la esclavitud de estos días, que es más sutil, pero es esclavitud, porque permanece la posibilidad de que unos hombres se vendan a otros hombres, vendan su trabajo, su tiempo, su vida.
La voluntad revolucionaria encarnada en los dirigentes, que son Pueblo conciente, debe ir con decisión hacia formas económicas de propiedad social, soporte de conciencia social.
La voluntad revolucionaria debe derrotar a las desviaciones capitalistas, que proponen el absurdo de construir el Socialismo estimulando al capitalismo. Son los mismos artilugios que en época del Libertador pospusieron la liberación de los esclavos. Allá hablaron de “libertad de vientre”, “manumisión” y muchas otras medidas retardatrices. Ahora hablan de cogestión, de empresas de producción social, empresarios socialistas, y muchas otras medidas para distraer el hermoso salto de construir el mundo socialista, la esperanza de la humanidad.
¡Chávez es Socialismo!

10.5.07

ALIMENTACIÓN Y CAPITALISMO

En estos días la alimentación ocupa lugar principal en las discusiones. La oligarquía invoca desabastecimiento, y hacen campaña. Atribuyen a fallas del gobierno las dificultades con los alimentos, y los ministros se apresuran a dar explicaciones. Este es un buen tema para discutir en los Círculos de Estudio, y queremos dar algunas reflexiones.

Si examinamos el problema de los alimentos en su manifestación inmediata, es decir en el desabastecimiento de hoy, sólo obtendremos respuestas simples y superficiales que no nos permitirán darle soluciones de fondo, estructurales, perdurables. Por eso debemos intentar ir a las profundidades del fenómeno, abarcarlo en sus relaciones, en todos sus ángulos y, desde esa comprensión, enfrentarlo.

Muchos son los elementos del problema y varios los niveles, pero siempre al analizarlos nos encontramos en su origen al sistema capitalista. Toquemos algunos:

Nuestros hábitos alimenticios están cincelados por los intereses del lucro capitalista, es así que consumimos trigo en tierra de maíz, gaseosa en lugar del papelón, aguas con colorantes, etc., etc. Nuestra alimentación obedece más a los intereses del lucro empresarial privado, que a las normas de una nutrición sana.

Pero, donde el capitalismo muestra toda su perversidad es en el fenómeno alimentación a nivel mundial. Veamos.

Según datos de la FAO: En los últimos 50 años la producción mundial de alimentos ha aumentado de forma vertiginosa, incluso más que la tasa de la población mundial. Entre 1990 y 1997 la producción per cápita de alimentos creció casi un 25 %. Los datos constatan este crecimiento imparable: tomando como referencia el campo de la alimentación, en 2004 la cosecha de grano en todo el mundo alcanzó por primera vez la cifra de 2.049.000 millones de toneladas (un aumento del 9% respecto al año anterior).

Pero a pesar de estos números, el hambre en el mundo también ha crecido hasta los 852 millones de personas. El problema del hambre, como fenómeno grave y generalizado, no se debe a la escasez de alimentos…

Lo que significa que la humanidad tiene la capacidad de producir alimentos para toda la población. Para muestra un ejemplo dramático: ¡La India, con millones de hambrientos, es el tercer productor de cereales del mundo! De estos datos vistos al vuelo, surge la pregunta ¿Si hay suficiente alimento por qué hay hambre?

La respuesta es una sola: el hambre se debe a la distribución capitalista egoísta de la riqueza socialmente producida, en este caso los alimentos. En esta área, como en ninguna otra, queda claramente evidenciado el carácter antisocial del capitalismo.

En Venezuela el problema alimenticio, el desabastecimiento, surge del enfrentamiento entre una economía socialista que pugna por nacer, impulsada por la Revolución Bolivariana, en choque con una distribución y producción capitalista que pugna por seguir con sus privilegios y su obtención de lucro por encima de la vida.

¡Sólo la profundización de la economía
y la conciencia socialista resolverán
el problema alimenticio nacional!

¡Chávez es Socialismo!

9.5.07

PROPIEDAD NOSOCIAL: “LA TRAGEDIA QUE AMENAZA NUESTRA ESPECIE”

Se discuten hoy en Venezuela las formas de propiedad de los medios de producción. La oligarquía capitalista, oportunista con las condiciones políticas, propone formas de propiedad nosocial encubiertas, que son en esencia formas capitalistas, nos presentan así la cogestión, la propiedad colectiva privada, las empresas de producción social, etc.

Estas formas tienen mucho auge en nuestra Revolución, en ellas se invierten recursos y esperanzas, por eso es saludable pensar hacia dónde nos llevan, cuál es la evolución natural de esas formas de propiedad, cómo influyen en la marcha hacia el Socialismo. Veamos.

Previamente recordemos dos conceptos básicos:

Primero: “como una sociedad se relacione con el trabajo, así se relacionarán sus miembros entre sí”.

En una sociedad donde la hegemonía de la propiedad de los medios de producción (la que determina la conciencia) sea la propiedad nosocial, los hombres se relacionarán con el trabajo en una relación de compra-venta: unos hombres comprarán el trabajo, el tiempo, la vida de otros hombres. En otras palabras, los hombres son mercancías que se venden en el mercado, esa es su relación con el trabajo. En consecuencia se relacionarán entre ellos como se relaciona cualquier mercancía, como competidores, se relacionarán de forma egoísta.

En resumen, una sociedad donde la propiedad hegemónica (la que determina la conciencia) sea la propiedad nosocial, producirá una relación mercantil con el trabajo y una relación egoísta entre sus miembros.

Segundo: Un sistema de propiedad, en este caso la propiedad nosocial, producirá una espiritualidad que lo reproduzca y lo perpetúe. Y esta espiritualidad será más arraigada en tanto más tiempo tenga de permanencia el sistema en cuestión, y aquí vale la pena recordar que la duración del sistema de propiedad nosocial se mide por milenios.

De todo esto es fácil deducir que la Revolución, el camino al Socialismo, se enfrenta con una espiritualidad que tiene un arraigo fortísimo, milenario, por tanto, debemos hacer un fortísimo esfuerzo material y espiritual para sustituirla.

Es fácil deducir también que una concesión al capitalismo, por pequeña que sea, se traduce en una debilidad profunda de la Revolución, es decir, la marcha hacia el Socialismo debe ser enérgica, muy firme. No dar ninguna concesión a las formas nosociales, y entender la convivencia con ellas como una necesidad transitoria, nunca como un modelo.

Es fácil concluir que las formas nosociales de propiedad de los medios de producción que hoy establezcamos, nos conducirán al debilitamiento de la espiritualidad socialista, y por tanto al alejamiento de su posibilidad.

Reafirmemos, siguiendo el pensamiento del Che, que en un régimen híbrido donde se promuevan formas de propiedad nosociales, que conviven junto a formas de propiedad social de los medios de producción, serán las formas nosociales las que terminarán imponiendo su lógica, derrotando al Socialismo.

La Revolución tiene que ser un huracán que arrase la espiritualidad y la materialidad capitalista, los suaves vientos alisios nunca harán Revolución.

¡El Socialismo se construye con Socialismo!

¡Chávez es Socialismo!

8.5.07

PROPIEDAD SOCIAL: ESPERANZA DE LA HUMANIDAD

A la propiedad social de los medios de producción, la oligarquía le tiene terror. Aceptan todo, cualquier cosa, menos que le toquen su propiedad. Son capaces de travestirse socialistas, con la condición de que persista la propiedad egoísta, antisocial, de los medios de producción, siempre que le dejen intacta la posibilidad de apropiarse del trabajo ajeno.

Ellos saben que allí está la esencia de todo cambio profundo. Sin ese cambio en la relación de propiedad, toda Revolución será indefectiblemente atrapada por la restauración.

Ahora bien, por qué es fundamental la propiedad social de los medios de producción para la Revolución y para la salvación de la humanidad.

El Comandante ha dicho con mucho tino, que el capitalismo es el camino al infierno. Ahondemos un poco en esta afirmación, y estudiemos cómo cambiar el rumbo fatídico.

Es el Consumo Demencial la manifestación de la esencia socialicida del capitalismo.

El capitalismo requiere para su funcionamiento de un consumo compulsivo, el consumo es el que determina el éxito o el fracaso del sistema.

Si el consumo se detiene, se acumulan las mercancías y el capitalismo entra en grave problema, en crisis, se tranca todo el sistema.

Entonces, el mantener los niveles desmedidos de consumo exige crear necesidades artificiales, y es este binomio capitalista, Consumo y Necesidades Artificiales, el soporte de toda la locura.

La humanidad espoleada por las insaciables necesidades artificiales, contamina mares y atmósfera, produce millones de excluidos, cunde el hambre en el planeta, corre hacia el abismo.

Un buen ejemplo de esto es el insaciable consumo de combustibles, que lleva a producir alimento para la voracidad de las maquinas, en lugar de mitigar el hambre de millones de seres humanos.

Para salvar a la humanidad, para detener la carrera socialicida, debemos preguntarnos: ¿Por qué surgen las necesidades artificiales socialicidas? ¿Cómo detenerlas?

Las necesidades artificiales surgen de la exigencia de lucro infinito que una economía no planificada, competitiva, impone a los capitalistas, porque ya sabemos que capitalista que deje de ganar, perece.

Siendo así, sólo podremos salvar a la humanidad, construir un mundo viable, si organizamos la economía sobre relaciones de propiedad social de los medios de producción, que la sociedad retome la conducción de su economía y pueda organizarla en base a necesidades naturales, aquellas que no pongan en peligro su existencia, que no esté basada en la competencia, en la necesidad compulsiva de ganancia, donde, en resumen, el hombre no sea lobo del hombre. Y eso sólo es posible si la sociedad se encuentra a sí misma, si se integra, supera la fragmentación y rescata la razón humana del trabajo, es decir, si el trabajo y el trabajador dejan de ser una mercancía, si el trabajo es trabajo para toda la sociedad, y la riqueza así producida pertenece a la sociedad toda.

¡El Socialismo se construye con Socialismo!

¡Chávez es Socialismo!

7.5.07

CHÁVEZ ES SOCIALISMO

No se puede entender el momento político, mucho menos construir una estrategia correcta, sin un diagnóstico acertado de las fuerzas en pugna.

En el seno de la Revolución Bolivariana aparecen claramente dos corrientes en lucha feroz por la hegemonía del proceso, por colocar la renta petrolera al servicio de un proyecto determinado de país. Veamos.

La neoligarquía, que a la sombra del Estado ha conseguido acumular capital en cantidades tales que la convierten en una poderosa clase emergente, con intereses económicos comunes, que se organiza y trata aceleradamente de consolidar una expresión política para enfrentarse a la corriente socialista.

La neoligarquía emergente tiene varias contradicciones que resolver:

Primero, debe ser chavista, derivan su fuerza política del caudal chavista, pero al mismo tiempo el discurso y la práctica socialista del Comandante va contra sus intereses.

Segundo, debe dar respuesta a las expectativas de la sociedad que exige satisfacción de sus necesidades, las naturales y las artificiales, creadas por un consumismo insensato, pero por la vía capitalista no lo consigue, y no puede tomar el camino socialista porque va contra sus intereses. Es una clase sin futuro, pero con capacidad de hacernos mucho daño.

La neoligarquía intenta resolver sus contradicciones deteniendo al Socialismo: lo privan de su aliento constructor, lo debilitan y debilitan al Comandante, porque en Venezuela sin Chávez no hay Socialismo, y sin Socialismo no hay Chávez. Para eso cuenta con la pequeña burguesía, que es su clase operativa y suplidora ideológica. El proyecto de la pequeña burguesía tiene como misión histórica detener al Socialismo y abrir camino a la restauración capitalista.

Por un lado, despolitizan el proceso, es decir, pretenden despojar a la política de su esencia, de ser lucha entre proyectos distintos, antagónicos, que obedecen a intereses económicos distintos, antagónicos, a visiones del mundo opuestas: los intereses de los capitalistas en oposición a los intereses de las grandes masas despojadas.

La colaboración de intereses que proponen no pasa de ser una ilusión que siempre conducirá al fracaso, porque en el país ya no caben las conciliaciones, ni políticas ni económicas.

Proponen un partido que deja de ser instrumento político de los desposeídos, y se transforma en un conglomerado inocuo, desdibujado, despolitizado, donde sospechosamente, dicen, cabemos todos.

En lo económico impulsan formas que presentan como híbridos novedosos, cuando en realidad son vetustas formas capitalistas ñoñas, que se enfrentan a la economía socialista.

La política neoligarca nos lleva a un callejón sin salida: no conseguirán resolver ningún problema, ya sabemos que el capitalismo no resuelve. Pero, además debilitarán al Comandante al despojarlo de su vigor socialista. Entonces, por esa vía cosecharemos indefectiblemente un Pueblo desconcertado, escéptico, amotinado. Y abriremos vías a respuestas fascistas.

¡El proyecto neoligarca es un enemigo principal, y el deber de los revolucionarios es derrotarlo, de no hacerlo la neoligarquía disolverá de nuevo a la Gran Colombia y truncará el sueño bolivariano!

¡El Socialismo se construye con Socialismo!

¡Chávez es Socialismo!