13.3.10

ZONAS SOCIALISTAS, HOMBRE SOCIALISTAS

La tarea de la Clase Obrera es trascender los límites de su clase y hacerse sociedad. Sólo cuando asuma los objetivos liberadores de toda la sociedad podrá redimirse ella misma.
Las pretensiones de liberar a la Clase Obrera de manera parcial, están destinadas al fracaso y son contrarrevolucionarias, porque ubican la fuerza emancipadora en objetivos subalternos. En resumen: sólo cuando la Clase Obrera asuma la conducción de la lucha libertaria de toda la sociedad, habrá Revolución.
En Venezuela, con la Revolución Bolivariana y el liderazgo de Chávez, eso es posible, esa es la tarea fundamental.
¿Cómo hacerlo?
Es preciso unir la Clase Obrera alrededor de ese objetivo histórico, concientizarla, guiarla hacia la superación del economicismo, convertirla en vanguardia y fuerza de cambio revolucionario. Eso sólo se consigue en la práctica: son necesarias unas zonas de concreción de la acción de la nueva Clase Obrera, la revolucionaria.
Unas zonas donde se concrete la existencia socialista, es decir, la Propiedad Social administrada por el Estado Nacional, entrelazada con la Conciencia del Deber Social. La Clase Obrera en esas condiciones se podrá convertir en formidable instrumento revolucionario, será paradigma del cambio, se reflejará sobre el resto de la sociedad, sobre las demás clases, dirigiendo su participación en la fundación del nuevo mundo.
Deben tener estas zonas un fuerte núcleo obrero socialista, que sirva de eje moral, práctico, guía del resto de la Zona.
Estas zonas deben tener concreción política, ser fuerza en la defensa del Gobierno Revolucionario, esa será la medida de su eficacia. Nada ganamos con una organización social que no se exprese en lo político, que deje a la Revolución huérfana, inerme, que no la defienda.
La primera tarea de estas zonas es la movilización política, situarse en la realidad, dar respuesta al peligro que corre la existencia de la Revolución, asediada por poderosos enemigos externos.
También debe ser garante contra las desviaciones del camino, factor principal de la lucha contra las desviaciones propuestas por reformistas y anarcoides.
El instrumento principal de influencia de la Clase Obrera sobre el resto de la sociedad, es el Trabajo Voluntario. Éste repite las condiciones, la esencia de la existencia en la fábrica socialista: la cooperación, la entrega a la sociedad, la organización obrera, y de esta manera sirve de soporte a la formación de la Conciencia del Deber Social.
Estas zonas son indispensables para la marcha hacia el Socialismo. Serán formadoras de trincheras de lucha y de luchadores revolucionarios. Pero además, y muy importante, serán influencia inmediata sobre el resto de la población, muro contra el desaliento, elevadores formidables de la moral, brújulas del camino. De esta manera, la nueva relación con el trabajo, la nueva existencia y la espiritualidad a ella asociada, se socializarán, se harán propias de toda la sociedad.
Recordemos que la existencia, la manera como una sociedad se gane la vida, así será su conducta. Entonces no hay otra vía hacia el Socialismo que construir Socialismo, Zonas Socialistas y Hombres Socialistas.
¡Chávez es Socialismo!

12.3.10

LA EXISTENCIA QUE MODELA

La existencia del humano lo modela. Como una sociedad se gane la vida, como sea la calidad de su existencia, así será su espiritualidad. De allí que es importante en una Revolución los cambios en la existencia, al hacerlos, creamos las condiciones para el Hombre Nuevo Revolucionario.
Lo anterior, verdad siempre, lo es más en una sociedad con poco desarrollo de las fuerzas productivas, y además rentista, como es Venezuela. Aquí las tareas de los cambios revolucionarios deben encararse con gran rigor. Veamos.
Uno de los objetivos fundamentales de la Revolución es crear economía, existencia que sustente el rescate del sentido de pertenencia a la sociedad. Es decir, economía en la que el hombre se gane la vida socialmente, trabajando para la sociedad, y que la sociedad se encargue de retribuirle el trabajo cubriendo sus necesidades.
El sentido de pertenencia a la sociedad, el convencimiento de que sólo se puede realizar la individualidad plena dentro de la sociedad, de que la suerte de la sociedad será la suerte de cada uno de sus individuos, sólo es posible adquirirlo dentro de esta existencia, entrelazado con esta economía. Ese es el núcleo del Socialismo. Es impensable el Socialismo sin la hegemonía de esta economía, de esta existencia.
La Revolución está obligada a construir esta economía Social y esta Conciencia Social. No es un capricho: si no lo hace su destino será el fracaso.
La interdependencia entre las relaciones económicas y la espiritualidad se estrechan durante los períodos de turbulencia social como los que vivimos ahora en Venezuela. En esos momentos, un cambio en las relaciones económicas repercute en la espiritualidad casi inmediatamente, a veces con sólo anunciarlo.
Un acto con los obreros en la calle donde se reafirme la unidad obrera, la condición social de su trabajo, se hable del comportamiento altruista, del Trabajo Voluntario, subirá las simpatías de la masa hacia el proceso de manera inmediata.
La socialización de unas fábricas produce el mismo efecto, y si se socializa toda la línea productiva, desde la materia prima hasta la distribución, estableciendo una relación entre esas unidades de intercambio de necesidades y no de mercancías, el impacto sobre la espiritualidad será inmenso.
Del mismo modo, un acto que anuncia la cooperación con el sector capitalista, confunde y baja las adhesiones de manera directa. Si se estimula la producción capitalista, el impacto negativo sobre la espiritualidad revolucionaria será mayor.
De allí que los cambios que el Gobierno Revolucionario haga en la economía, deben ser analizados, no sólo como un asunto meramente económico, de números, sino que deben ser vistos a través del impacto espiritual en la masa bolivariana.
La clase obrera organizada, encontrada con su ideología, fortalecida en la práctica de las empresas de Propiedad Social administradas por el Estado Nacional, deben con su ejemplo y con su acción, situarse a la vanguardia de la construcción del Socialismo, de la Existencia Socialista. Tienen en el Trabajo Voluntario el instrumento para reflejarse en toda la sociedad.
¡Chávez es Socialismo!
¡Criticar es amar!

11.3.10

LAS ELECCIONES OLIGARCAS: OPIO DE LOS PUEBLOS

Las elecciones oligarcas, lo que allí se elige y cómo se elige, son una gran operación de adormecimiento de los pueblos. Recordemos cómo consiguió la IV república mantenerse durante casi medio siglo. No bien había terminado unas elecciones, ya estaba abierto el nuevo carnaval electoral, pululaban los candidatos y las pugnas entre ellos ocupaban el centro de la lucha política.
Es un sistema que fragmenta a candidatos y a electores, los confina a su egoísta individualidad, cada uno forcejea de manera mezquina en cada una de las etapas del proceso. Y al final la sociedad manifiesta su voluntad también de manera aislada, individual. Este tipo de elecciones oligarcas son el método más eficaz para la permanencia de la dominación burguesa. Veamos.
La Revolución lo ha heredado como sistema, como filosofía y sin dudas, está haciendo su labor de saboteo del avance del proceso. Distrae de mil maneras del camino de la construcción de una Conciencia Socialista, y nos desintegra. Evita la movilización de las masas en torno a objetivos políticos importantes. Nos sumerge en nosotros mismos.
Así vamos ganando elecciones y simultáneamente nos vamos desgastando, minando, porque en cada elección se va elevando el espíritu egoísta, que es base del capitalismo que combatimos. Es necesario entonces cambiar la manera de elegir.
En las elecciones parlamentarias debemos arrasar, de ese éxito depende el destino del país. Si Chávez sale débil de estas elecciones el oligarca se nos vendrá encima. Pero debemos ganar sin descuidar la movilización popular alrededor de objetivos políticos o, con más precisión, la movilización política nos educará socialistas y triunfadores.
Si Chávez sale fortalecido, sin dudas, se abren posibilidades socialistas como nunca hubo en el continente. Podremos avanzar corrigiendo entuertos, apretando el paso. Una de las tareas impostergables es fundar una nueva manera de elegir organismos nuevos.
La parsimonia del voto debe ser sustituida por el voto militante, el voto movilizado, responsable, social. La movilización debe ocupar un lugar estelar en la manifestación de la voluntad popular.
Pueblo movilizado, se aprende, se reconoce fuerte, se encuentra en la acción, y así talla la fraternidad del combate.
La necesidad del cambio que proponemos no son ataques al parlamento, al contrario, son construcción y defensa del Socialismo. Sin ellos el proceso, independientemente de la voluntad de los revolucionarios, irá desgastándose en la lógica oligarca, y al final habremos creado a los verdugos del sueño.
Sólo un pueblo organizado, movilizado, en la calle, apoyando los cambios socialistas, al lado del Comandante Chávez, podrá derrotar los extravíos del camino y fortalecer la ruta Socialista. En contraste, un pueblo disperso, adormitado por el opio electoral, será espectador y protagonista de su derrota.
Hoy tenemos motivos para movilizarnos: Chávez y el Gobierno Revolucionario son atacados de forma alevosa por la oligarquía internacional y la respuesta sólo es de algunos altos dirigentes del gobierno, la masa permanece ausente, y el partido elige candidatos…
¡Chávez es Socialismo!
¡Pueblo organizado y movilizado es Socialismo!

10.3.10

LA SEÑORA HARNECKER ARREMETE DE NUEVO

La Señora Harnecker arremete de nuevo contra la posibilidad socialista, antes dispararon la teoría del Hiperliderazgo.
La ideología que ella representa, siempre en el intento de fragmentar a la masa revolucionaria, ahora arremete contra el Estado, contra la centralización. Ocultan así un ataque abierto a la Revolución Cubana. ¡Que coincidencia! ahora que los oligarcas acusan a los cubanos de “fuerza invasora”.
El día 6 de marzo la señora Harnecker publica un extenso artículo donde trata de demostrar las bondades de la descentralización y lo nefasto de la centralización. Allí mezcla citas traídas por los cabellos, con elucubraciones y afirmaciones sin ninguna base. El artículo merece una respuesta, es necesaria por la confusión que trae a la masa revolucionaria.
La señora acomoda los argumentos a su conveniencia, expone un sarcasmo de centralización, y después, por supuesto, arremete contra ese fantasma destartalado que ella creó. No vale la pena desmontar esa ficción que ella urde. Es necesario ir al final del artículo, donde muestra las costuras. Veamos.
Después que habla de los esfuerzos de Cuba por afinar el poder popular, que dicho sea, allá es un tejido social que conecta a los núcleos capilares con las instancias nacionales y regionales, después que habla, repetimos, de los ajustes que se hicieron en ese tejido, nos suelta esta perla:
…“infelizmente las grandes dificultades económicas que ha sufrido Cuba en las últimas dos décadas redujeron enormemente los recursos disponibles para atender las aspiraciones de la gente, los cuadros del Poder Popular comenzaron a desgastarse y cansarse, la gente perdió la confianza y la participación popular comenzó a debilitarse, transformándose muchas veces en algo muy formal y eso –junto a otras razones que aquí no podemos analizar- condujo a que el Poder Popular que había comenzado con mucho brío y creatividad empezara a desacreditarse”.
Aquí se muestra el núcleo de la ideología que la señora Harnecker propone: es una ideología del bien material, que desprecia la moral revolucionaria, con razón no les gusta el Che. Según ellos, el Poder Popular se derrumba si no tiene “recursos disponibles”, es decir, para ellos la lealtad revolucionaria dependería de la compensación material.
Difícil mayor ofensa a ese pueblo forjado en el Socialismo, que ha sido capaz de enfrentarse al imperio en sus mismas narices, que lo ha resistido todo, como dice Fidel, que se portó en la crisis de los misiles con gran dignidad, que es ejemplo para el mundo, que combatió en Girón con heroísmo, que siempre será acicate para las luchas de emancipación, y que es capaz de parir hombres como los Cinco Héroes luchadores contra el terrorismo.
A ese pueblo pretenden rebajar a la categoría de mercenarios.
No entienden los móviles de la Revolución , no pueden entender el Asalto al Moncada, Alegría de Pío, el 4 de febrero, abril ¡no entienden nada!
Después no se vengan a disfrazar, quien es capaz de pensar eso, de escribirlo, será lo que sea, menos revolucionario.
¡Chávez es Socialismo!
¡Viva el Pueblo de Cuba!

9.3.10

EL SOCIALISMO COMERCIAL

En este rumbo de la Revolución Bolivariana hacia el Socialismo, son muchos los extravíos propuestos, no es necesario abundar, basta recordar a Dieterich y su economía de equivalencia, el modelo chino, y una lista de similares evasiones.
Todas tienen en común el intentar construir Socialismo sin lesionar el núcleo del capitalismo: la propiedad nosocial de los medios de producción.
Ahora aparece con fuerza una suerte de “Socialismo en el Comercio”, y un estímulo a los explotadores capitalitas en la producción. Es importantísimo estudiar el punto, el tiempo se nos termina y, como dijo Raúl, “no tenemos derecho a equivocarnos.”
Los argumentos a favor de este Socialcomercio son variados, los conceptos se estiran para justificarlo.
El Mercado se consagra, se dice que hasta el propio Marx estaba de acuerdo. No es nuevo esto de traer al pobre Marx para defender al capitalismo.
El Mercado es donde se intercambian las mercancías, es decir, se cambia el trabajo robado a los obreros, por dinero que lo representa. Esto es así en el capitalismo desarrollado. Aquí en nuestras condiciones, la transacción, el mercado, se enmascara con la renta petrolera.
El mercado (subsidiado de mil maneras) tiene una alta carga de distribución de la renta petrolera, que necesariamente irá en mayor medida al sector capitalista, nacional o internacional, al que “produce”, valga decir, al capitalista que se apropia del trabajo de los obreros que sí producen.
Es sabido que es la propiedad de los medios de producción la que determina las bases para la distribución de los productos, de esta manera no es posible una distribución social (socialista) de los productos, sin una distribución social de la propiedad de los medios de producción. La consecuencia final de ese intento será, necesariamente, el derrumbe del intento socialista.
Por otra parte, se reduce al Socialismo a un mero hecho económico: si bajan los precios, eso es Socialismo. Es un absurdo pensar que la plusvalía, trabajo robado por el capitalista, que así se enriquece, se puede transferir a la sociedad por vía del comercio.
Pero donde está el peligro mayor para el sueño socialista, es en la creación de conciencia. Con el Socialmercado se dejan intactas las relaciones de propiedad capitalistas hegemónicas, la producción que genera conciencia descansa en gran medida en el sector capitalista, que además es estimulado. Por tanto, estaremos creando, reforzando conciencia egoísta, confundiendo las metas, y temprano veremos su efecto en el comportamiento de las masas.
El capitalismo es, además de un hecho económico que descansa en la propiedad nosocial, un hecho espiritual cultural, es la superación de ese espíritu lo que garantiza la fundación del Socialismo.
Está claro que el Socialcomercio deja intacta la cultura, la espiritualidad egoísta, capitalista, sus relaciones, por lo tanto, es un camino seguro a la restauración.
La vía al Socialismo tiene que ser un proceso donde, como dice Fidel: que la Conciencia genere riqueza, y no que con la riqueza se pretenda generar conciencia.
¡Chávez es Socialismo!
¡Criticar es amar!

8.3.10

LAS TAREAS DE LA CLASE OBRERA

El agotamiento de la ideología pequeño burguesa dentro de la Revolución nos ha ubicado en una encrucijada fértil. Ahora podemos avanzar, hay grandes posibilidades, o podemos retroceder a las miserias del pasado, es una clara amenaza.
Estamos en terrenos de posibilidad socialista, como nunca hubo en Venezuela, y como pocas veces en el mundo. Es tal el avance del proceso bolivariano, que las tareas pendientes sólo las puede realizar la clase obrera encontrada con su ideología. Si la clase obrera no asume la hegemonía la Revolución se pierde.
De allí que su principal tarea es ponerse al frente, tomar la hegemonía del proceso, ha esto la ha llamado varias veces el Comandante. La pregunta que surge es:
¿Cómo hacerlo?
La clase obrera sólo puede tomar la conducción de la Revolución en la práctica, con el ejemplo, mostrando el camino, la nueva manera de vivir, de trabajar, los nuevos objetivos sociales, sólo así podrá dibujar un nuevo horizonte, conducirnos hacia el nuevo mundo.
Entonces, de aquí se desprende que la clase obrera debe constituirse en columna vertebral de las Zonas Socialistas, zonas donde el Socialismo sea concreción. Allí debe haber hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción Administrados por el Estado Nacional, entrelazados con la Conciencia del Deber Social.
La Conciencia del Deber Social, el Sentido de Pertenencia de la Sociedad debe ser el motor de la actividad en esa zona. Y el Trabajo Colectivo Voluntario, por ser ejemplo, práctica de la entrega de esfuerzo a la Sociedad sin más compensación que la satisfacción del deber social cumplido, debe ser el eje de la formación del hombre nuevo.
El eje de la producción, de la economía deben ser fábricas, unidades económicas grandes, que agrupen a grandes sectores de la población. Unidades donde la producción colectiva, esa manera de existir, sirva de base a la Conciencia Social.
La producción debe obedecer a necesidades sociales y no a los requerimientos egoístas de una fracción de la sociedad. La distribución debe ser de acuerdo a las necesidades de cada uno.
Los estímulos morales y los materiales colectivos serán acicate en el desempeño del trabajo.
Las Zonas Socialistas no son unos ejercicios académicos, sin repercusión política, son por el contrario trincheras en la defensa de la Revolución y del Comandante Chávez. Sus miembros deben ser combatientes prestos para las batallas de la construcción del Socialismo y también aptos, listos para defender al Socialismo en cualquier terreno. Son destacamentos de primera línea en la lucha contra el capitalismo.
La otra tarea de la clase obrera es táctica: para desarrollar las Zonas Socialistas, para hegemonizar a la Revolución es necesario que la Revolución exista, que el Comandante exista, que la conexión Chávez-Pueblo se mantenga.
Por eso es vital vencer, arrasar en las elecciones de septiembre. Un descalabro allí pondría en peligro máximo al proceso y al Comandante Chávez. El sueño sería postergado, la oportunidad de construir un nuevo mundo sería desperdiciada.
¡Chávez es Socialismo!

7.3.10

LAS FARC NO SON TERRORISTAS

Un juez español acusa al gobierno de vínculos con “grupos terroristas”: FARC de Colombia y ETA del país Vasco. Inmediatamente el partido de Aznar pide el rompimiento de relaciones con Venezuela, y Zapatero pide explicaciones. A primera vista se percibe la maniobra, pero lo interesante del hecho es la reacción de mucha gente nuestra. Veamos.
Primero, aceptamos como un hecho que las FARC y la ETA son terroristas, entramos así en la lógica del enemigo.
El calificativo de Terrorista lo otorga el imperio a su conveniencia y desde su soberbia, no existe una definición clara, el término se mueve acompañando los intereses imperiales. Así, las FARC serían terroristas, pero el fundador de los paramilitares, Uribe, sería un demócrata. Las invasiones de los gringos, los genocidios, las cárceles clandestinas, Guantánamo, la ocupación de Irak, las bombas atómicas con las que amenazan al mundo, la contaminación con la que lo asesinan, el embargo criminal a Cuba, el secuestro a los Cinco Héroes Cubanos, el estímulo a las mafias de Miami, el albergue a Posada Carriles, el amparo a Orlando Urdaneta, que pide magnicidio contra Chávez, y un largo etc. Todo esto, según ellos, no califica al imperio como terrorista.
Califican a las FARC de terroristas, pero no explican por qué, lo dan por sabido, y el que no esté de acuerdo corre el riesgo de ser también calificado de terrorista.
Nosotros decimos que ¡las FARC no son terroristas! Cometen errores, se desvían del camino, nosotros tenemos divergencia con ellas, pero no son terroristas. Es una organización de resistencia a la oligarquía colombiana, la misma que asesinó a Bolívar. Las FARC tienen muy bien justificada su existencia, ésta se yergue sobre la sangre de miles de campesinos asesinados por los paramilitares de Uribe, y millones de desplazados por la oligarquía.
No es un pecado tener nexos con ese movimiento, al contrario, es un deber de revolucionarios tenerlo, relacionarse con ellos desde la crítica. Hablar con ellos tiene tanta justificación, y quizá más, que hablar con Uribe, o con Santos, su lugarteniente.
Los voceros del gobierno deben tener cuidado de no caer en la lógica del imperio, no hay que salir despavoridos a dar explicaciones a quien no las merece. Es un desliz hacerse eco de la calificación de “banda terrorista” a ETA, o de “terrorista” a las FARC.
La acusación es una trampa con dos caras: hagamos lo que hagamos ellos nos calificarán de protectores del terrorismo. Si el gobierno dice que ni las FARC ni la ETA son terroristas, se ganan el calificativo de protectores del terrorismo. Pero si acepta la acusación, si se pliega a la lógica del imperio, está abriendo caminos a la derecha nacional.
Acertada la posición del Comandante: no tenemos que dar explicaciones a nadie, menos a los verdaderos terroristas.
No debemos explicaciones a nadie, Venezuela es soberana, y establece relaciones y conversaciones de acuerdo a su libre albedrío, como lo hace cualquier país soberano del mundo.
¡Chávez es Soberanía!