Es el título de un cuento de Orwell que narra el trance de un agente inglés en la India colonizada que se enfrenta a un elefante loco.
Los elefantes enloquecen, y arremeten contra todo lo que consiguen a su paso… El del cuento, en su desquiciamiento, destruía plantaciones. Los pobladores dan aviso a la autoridad, al agente del Imperio Británico, y éste toma las providencias.
Se acerca a la zona de conflicto, habla, se informa con los nativos, y decide mandar a buscar el rifle mata elefantes. Desde ese momento creó la expectativa del gran acontecimiento que significaba para esa aldea india la muerte de un elefante loco.
Después de perseguirlo, lo encuentra en una plantación de arroz, donde el “prófugo” pastaba tranquilo. Un campesino le informa que el ataque de locura le está pasando, y que si lo dejaban en sana paz, la calma tomaría las riendas de la conducta del paquidermo.
El flamante agente, del flamante Imperio Británico, en ese momento se percata de la presencia de medio poblado que lo sigue, esperanzado en presenciar un espectáculo que seguramente recordarían para contar a sus nietos.
El agente duda, considera varias acciones, retirarse, esperar, y al final sucumbe. Piensa que un hombre blanco no debe tener miedo frente a los nativos, porque corre el riesgo de que se rían de él, y eso deja muy mal parado al Imperio.
…Al final, de varios tiros (muchos), mata al elefante.
Todos opinaron del hecho, algunos estaban de acuerdo con el elefanticidio, otros lo rechazaban, pero nadie dijo nunca que el agente imperial lo mató para no quedar como un idiota.
Es así, los imperios, sus agentes tienen una reputación que cuidar, y ese cuidado muchas veces está por sobre cualquier otra consideración.
La Revolución Bolivariana es percibida por el imperio como un elefante que se salió del control de la autoridad, del sometimiento oligarca.
El imperio ha hecho alharaca sobre nuestra inconveniencia. Nos amenaza y nos acusa de cuanta barbaridad le es útil para construirnos una imagen que justifique guillotina.
El imperio, al igual que el agente británico en la India, ha creado expectativas acerca de la necesidad de eliminarnos, blande el rifle de matar elefantes.
Los imperios tienen una reputación que cuidar, por lo tanto, es pensable que usará el rifle contra nosotros, a menos que mostremos una disposición para la defensa ¡que haga que sus pérdidas sean tan grandes que la aventura no les sea rentable!
Frente a la amenaza del imperio que no quiere parecer idiota, no hay otra posibilidad que fortalecer la opción socialista en la economía y en el espíritu de la sociedad. Sólo de esa manera fortaleceremos la convicción en el pueblo de que este es el camino cierto de su redención.
El imperio sólo retrocede frente a la determinación de pueblos dispuestos a defender el derecho a decidir su destino. El imperio frente a la conciliación y la debilidad, avanza, subyuga.
¡Chávez es Socialismo!
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