2.3.13

EL INDIVIDUALISMO (Sábado 02-03-2013)


La Revolución debe plantear soluciones sociales a los problemas que el capitalismo, en cuanto fragmentador, crea y no puede resolver. El Socialismo debe detectar la verdadera dimensión de los problemas, entenderlos en su totalidad, relacionarlos.
No se puede considerar a la vivienda como un asunto aislado de la alimentación, ni a ésta de la educación, de la salud, y a la inseguridad aislada del todo. Se trata de un solo problema: la vida, su calidad.
Puesto el problema así, toma dimensión de sistema: el sistema capitalista podrá, en el mejor de los casos, proporcionar cosas, resolver algo parcial, pero no podrá dotarnos de calidad de vida, siempre será el desasosiego de la guerra de todos contra todos.
Allí están Europa, España, Grecia, EE.UU., con miles de suicidios de personas honestas que quisieron realizar su vida en las piruetas del mundo capitalista, hipotecando, solicitando préstamos, en resumen, resolviendo los problemas sociales de forma individual, sucumbiendo a los cantos de sirenas.
Es un error reducir la vida, el buen vivir, a lo material: una casa, un plasma, un carro. De esa manera estamos condenando al hombre a ser una cosa más entre las cosas que posee. La calidad de la vida del humano es esencialmente su relación armónica con los otros y con la naturaleza. Las cosas tendrán sentido en cuanto alimenten y sostengan esa relación.
Este planteamiento, que es en definitiva la redención del humano, el rescate del humanismo, no lo puede hacer la oligarquía. Ningún candidato oligarca puede proponer esta relación humana porque es imposible sin eliminar al capitalismo, razón de ser de la oligarquía… sería su suicidio. Esa es la diferencia fundamental de la Revolución con la oligarquía, ese es el centro de la disputa. Y así planteada, sin dejar que la oculten ni que la cambien por lo superficial, por la ilusión de soluciones individuales, llevamos una infinita ventaja.
Se podrá escoger el camino de confinarnos en el campo reformista, no cambiar las relaciones humanas,  pelear en la superficie, ser mejores reformistas que ellos y allí obtener "éxitos" que serán similares al del jugador principiante, pero seguro no habrá solución, sino el desencanto de un día darse cuenta, tarde quizá, como Fabricio, de que la respuesta es "abandonar el campo reformista", o una madrugada preguntarnos por la causa del insomnio y encontrar la respuesta de que, como en el cuento de Kafka, nos metamorfoseamos reformistas, nos traicionamos a nosotros mismos.
El Socialismo es entender que sólo integrando a la sociedad en un solo esfuerzo, en un solo sentimiento, se podrán resolver los problemas sociales, se construirá la posibilidad de una vida plena para nosotros y para nuestros hijos, volveremos a ser una especie capaz de grandes hazañas. La mayor de ellas será transformarnos de una especie enemiga de la vida a una especie armónica con el planeta y develar la amenaza de extinción, de vida perversa que significa el capitalismo. Por eso vale la pena luchar, vale la pena votar.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!

27.2.13

¡DIFERENCIARSE! (Miércoles 27-02-2013)


La Revolución debe diferenciarse de la oligarquía, allí está la clave de su triunfo. Si se parece, si es igual a un gobierno burgués, si se distingue sólo en la superficie, entonces está condenada al fracaso. Puede dar muchas vueltas, pero sin contrastarse radicalmente con los oligarcas, naufraga.
¿Dónde reside la diferencia? Algunos la localizan en la cantidad, dicen: "la Revolución ha hecho más de esto y más de aquello". La propuesta, a primera vista, parece irrebatible, argumentan: "repartir la renta no puede ser malo", "a nadie amarga un dulce", "mientras más repartamos mejores somos". En el fondo estamos comprando aplausos pero necrosando a la posibilidad revolucionaria. Veamos.
La Revolución es un cambio radical en las relaciones humanas, en la visión del mundo, en la cultura. Es conquistar, construir relaciones amorosas, fraternas, vivir como hermanos, vivir con el mandato de "amaos los unos a los otros", o, más directo: fundar el Reino de los Cielos aquí en la tierra, tomar el cielo por asalto.
 Sin ese cambio, la lucha no tendrá sentido, y todo lo que hagamos será, tarde o temprano, capturado por el sistema burgués.
Para conseguir esa modificación en las relaciones humanas es indispensable sustituir las relaciones de propiedad de los medios de producción, la manera como la sociedad se relaciona con su producción y con la distribución de esa producción. En otras palabras, la sociedad debe tomar control de su producción, de la distribución, de la economía.
Así la sociedad puede superar el mercado, territorio de la competencia, expresión del egoísmo, reino de las mercancías, esclavitud del humano, soporte del sistema oligarca, de la explotación del hombre por el hombre.
Sólo eliminando la propiedad de unos pocos sobre los medios de producción y la ética que de allí se desprende podrá la sociedad eliminar el dominio del mercado, tomar realmente las riendas de su vida, es decir, hacer una planificación central que sustituya la producción de valores por la producción de usos para satisfacer las necesidades reales.
Los cambios en la economía, en la organización social, importan en cuanto apuntalen los cambios en la cultura, en el espíritu, ese es el fundamento del Socialismo, esa es la razón de todos los afanes. Colocar los cambios materiales en el centro es colocar al hombre al margen de la vida. La Revolución será medida, evaluada, por los avances, por la calidad de sus relaciones humanas.
El enfrentamiento con la oligarquía debe tener como esencia el cambio cultural, plantear la batalla como el enfrentamiento de dos culturas, de dos visiones del mundo. La de ellos tiene en el centro a la mercancía, la nuestra al humano. La nuestra propone una vida de hermandad, de solidaridad, en la que el desarrollo de todas las potencialidades humanas sea posible, la de ellos al hombre lobo del hombre, la guerra de todos contra todos, donde la capacidad de consumo sea la certificación de vida. Sólo así tendremos razones sagradas por las cuales luchar. Esa es nuestra fortaleza.
¡Con Chávez!

26.2.13

OBAMA CONTRA CHÁVEZ (Martes 26-02-2013)


Era ya entrada la madrugada cuando el jefe de la Agencia Central de Inteligencia recibió la orden de ir de inmediato a la Casa Blanca. Media hora después entraba en el Salón Oval donde lo esperaban una desaliñada señora Clinton, el General jefe del Comando Sur y Obama, en mangas de camisa y con cara de preocupación.
Lo recibió Obama, lo saludó amablemente, le palmeó el hombro y de inmediato le pidió que expusiera el plan Valle Arriba (Barrio localización de la embajada gringa en Caracas). Se trasladaron a una sala de contingencia y comenzó la exposición, todos rodearon una larga pantalla horizontal con capacidad holográfica.
Bug, el jefe de la CIA, explayó el plan: "tiene como objetivo derrotar la amenaza que significa el gobierno de Chávez. Después de consultas con los aliados internos y de los países limítrofes, así como los informes recogidos por las embajadas cercanas, y la oficina que mantenemos en Valle Arriba, se diseñó el plan y estamos en espera de la aprobación del señor Presidente".
"Consta de tres grandes etapas:
Primera, se debe envenenar a Chávez, producirle una enfermedad que impacte a sus partidarios, así evitamos el atentado directo para que no lo relacionen con nosotros, no podemos correr el riesgo de que nos identifiquen como autores, eso agruparía a aquel país y al Continente en nuestra contra, las consecuencias serían desastrosas. Debemos permanecer siempre ocultos."
"La enfermedad lo desgastará, tendrá problemas para ser reelecto y ejercer en caso de serlo. En ese período, con un Presidente disminuido entramos en la segunda etapa que es la de desestabilización del gobierno. Se prevé desabastecimiento, para eso contamos con el apoyo de los importadores y de los empresarios locales. Algunos grupos locales están listos para iniciar protestas que llamen la atención de los organismos internacionales, y en  la OEA todo está concertado para hacer eco de la situación. Tenemos problemas con los países vecinos que son cautos, pero Brasil dice que a la menor turbulencia tomará medidas para proteger sus intereses. Los partidos agrupados en una liga que ellos llaman mesa de unidad, sólo esperan nuestras instrucciones."
"La tercera etapa es la cosecha de las dos anteriores. Para esto existen varias posibilidades que trabajan en paralelo. Tenemos a una que prepara un golpe de manera directa, está dirigida por un antiguo agente nuestro, probada su fidelidad en años de trabajo en la ONU como embajador, y por un renegado que ha resultado muy bueno, llevado por un odio a Cuba que nos sorprende, pensamos que es una frustración, pero es de fiar, por lo menos en esta etapa." 
"La otra posibilidad es la electoral, para esto es necesario un candidato único, en esto se trabaja con mucha dificultad dada la ambición tradicional de los políticos venezolanos." 
Lo anterior puede parecer ficción literaria, o podemos decir como en el cine, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Ud. escoge…
¡Con Chávez todo sin Chávez nada! …

25.2.13

CONCIENCIA Y ECONOMÍA (Lunes 25-02-2013)

La relación conciencia y economía es vital para una Revolución. De la solución dependerá el destino del proceso. Es importantísimo discutir esta relación, una equivocación aquí es fatal. Estudiemos el asunto.
Cuando alguien de aquí adentro quiere hablar mal del Socialismo, se refiere a la experiencia Soviética y desde allí descalifica a todo el Socialismo, y a todos los intentos por construirlo. De esta manera privan a la humanidad de la experiencia del camino de la construcción del único mundo viable, el mundo socialista. En el fondo no son socialistas pero no se atreven a decirlo, lo atacan sinuosamente.
Nunca se preguntan ¿por qué Cuba resistió aquella debacle, por qué en Cuba a pesar de todas las dificultades el Socialismo existe?
La respuesta está en una correcta solución de la relación Conciencia-Economía. Veamos.
Los soviéticos plantearon la hegemonía de la economía sobre la conciencia, así una buena economía era suficiente para garantizar la marcha de aquel proceso. La economía formaría espontáneamente la conciencia revolucionaria.
Guiados por esta idea crearon el llamado Cálculo Económico, denominado por el Che autogestión. En este sistema cada fábrica era una unidad económica de funcionamiento aislado, con su presupuesto, capacidad de crédito, etc. En este Cálculo Económico el estímulo material era la palanca principal, y la mercancía su centro.
De esta manera cada fábrica se constituyó en un foco de egoísmo, el intercambio entre estas fábricas socialistas era intercambio de mercancías, cada una pujaba para el beneficio de su unidad.
Ya sabemos cómo terminó la Unión Soviética.
El Che se enfrentó temprano a esta concepción soviética de la economía, y los cubanos plantearon la conciencia revolucionaria como lo fundamental en un proceso revolucionario. La conciencia revolucionaria puede producir riquezas, pero a partir de las riquezas no se puede formar conciencia revolucionaria.
Los cubanos implantaron el Sistema Presupuestario de Financiamiento: más allá de un concepto económico es una visión global de la Revolución. Postula la transición de capitalismo a Socialismo como un hecho conciente, es la Conciencia del Deber Social el pilar fundamental del Socialismo. Por tanto, todas las acciones económicas deben tener como objetivo crear condiciones a la formación de esta conciencia.
En este Sistema Presupuestario, las fábricas, según su rama, forman parte de un gran consolidado, entre ellas no hay intercambio de mercancías, funcionan como una sola empresa cuyas unidades intercambian productos. El estímulo moral es lo principal, y el estimulo material tiende a extinguirse.
El Sistema Presupuestario de Financiamiento, defendido con extraordinaria valentía intelectual por el Che, y a pesar de los obstáculos para su implementación, tuvo y tiene gran importancia en la formación de la asombrosa Conciencia Revolucionaria del pueblo de Cuba, un factor determinante en la resistencia de la humanidad frente al imperio capitalista.
La polémica entre las dos maneras de organizar la economía socialista, y sus consecuencias prácticas son una valiosa experiencia a ser aprovechada por la Revolución Bolivariana. Allí hay un rumbo para resolver la vital relación Conciencia-Economía.
¡Con Chávez siempre!

24.2.13

EL ARTE DE LA SITUACIÓN (Domingo24-02-2013)

Sentir la situación revolucionaria es la esencia del líder revolucionario. En esa acertada apreciación reside la posibilidad de triunfo.
Ahora bien, la situación revolucionaria sólo puede ser percibida y aprovechada por los que están preparados. La preparación para entender la posibilidad revolucionaria, y aprovecharla, parte en primer lugar del corazón: se necesita coraje teórico y práctico para apreciar una situación madura para el cambio y proceder a dirigir el parto de los tiempos. El riesgo es grande, la tentación de permanecer en el muelle mohoso, pero seguro de lo conocido, es inmensa. Sólo los grandes tienen la capacidad de percibir las situaciones revolucionarias y de ellas obtener frutos.
La situación revolucionaria es el momento en que las grandes masas aceptan las medidas revolucionarias, en ese instante la acción encuentra acogida. Las acciones revolucionarias tienen como objetivo fundamental crear estas situaciones y aprovecharlas para originar nuevas relaciones y situaciones, es así que avanzan las Revoluciones.
Entonces, en el decir de los clásicos, la acción revolucionaria debe tener la capacidad de resumir el pensamiento revolucionario, de motorizar otras acciones, de crear otras situaciones revolucionarias. Es decir, debe ser una "acción motora síntesis."
El asalto al Moncada, el 4 de febrero, fueron "acciones motoras síntesis" que dieron origen a otras acciones y colocaron a sus sociedades en profundos procesos de cambio.
La marcha de las revoluciones es la secuencia de estas acciones, debe ser un flujo constante, la parálisis significa la muerte del proceso.
Se desprende que la preparación de las acciones revolucionarias es principalmente en el alma de las masas, no es un asunto de prebendas materiales, se trata más bien de ir a las entrañas, de buscar los mejores sentimientos y hacerlos formidable fuerza política. De esta manera la Revolución será invencible.
Por eso es que las acciones revolucionarias se mueven en una delgada franja que separa al fracaso del éxito, siempre son altamente riesgosas pero imprescindibles, no se concibe una Revolución sin acciones que conlleven alto riesgo político.
El fracaso en una acción revolucionaria es siempre transitorio, táctico, la estrategia siempre la favorecerá, siempre será parte del río de la historia. Pensemos en Cristo, ¿fracasó? Pensemos en el Moncada, ¿fue una derrota? Pensemos en la relación del 4 de febrero con las guerrillas del 60, y de éste con las elecciones del 98 y la marcha victoriosa de esta Revolución.
Entonces, la peor derrota en una acción revolucionaria, la peor derrota de una Revolución es no actuar, paralizarse. En manos del coraje, del tino, del olfato político de la dirección, está el destino del proceso.
¡Con Chávez!