25.6.11

EL BATALLON DE LOS VIEJOS (Sábado 25-06-2011)

Pica, Papo, Piñate, Saturno, Periquita, el Cabo, CocoRon, forman el Batallón de los Viejos de la Escuelita "Un Grano de Maíz”. Los siete suman medio siglo de prisión en las cárceles de la cuarta, trescientos años de lucha contra la burguesía y el imperio, y muchos años de vida… Todos unidos en la irreverencia y la lealtad a Chávez, al Socialismo, a la Humanidad.

La Escuelita "Un Grano de Maíz" es muchas cosas: decir que es un círculo de estudio sería correcto, pero también es un compendio de todas las luchas revolucionarias libradas en Venezuela desde el 58.

En todas las formas y modalidades de lucha, legales e ilegales, pacíficas y no pacíficas, en todas las derrotas y todas las victorias, está presente la vida de estos viejos pioneros del futuro. Estos "muchachos" han participado en todas las acciones revolucionarias importantes en el último medio siglo. Representan a contingentes.

Es así, la Escuelita Un Grano de Maíz cuenta con un acervo histórico que la convierte en museo vivo de la experiencia revolucionaria. La práctica se entrelaza allí con el rigor teórico. La sabiduría que dan las derrotas, con el ímpetu que otorga el saber que es posible, inevitable, triunfar.

Las discusiones de la Escuelita dan origen a la columna “Un Grano de Maíz” que aparece diariamente en el VEA, son una cátedra de política de altura, todo lo que allí se produce está signado por el amor, el odio tiene su mayor enemigo en la vida ejemplar del Batallón de los Viejos: no pueden odiar quienes ofrendan su vida a la causa del amor.

Los Viejos del Batallón son hijos directos de la Junta Patriótica de Fabricio Ojeda, y de la Revolución Cubana de Fidel Castro. Ahora son fieles a Chávez, continuador de la tradición de lucha que los ha movido toda la vida: la causa del amor.

El Batallón de los Viejos tiene la rigidez de la biología y la flexibilidad que otorga la experiencia, tienen olfato para detectar el rumbo cierto, y conocimiento para explicarse los regates tácticos.

Aunque todavía visitan el venusterio, su práctica política no tiene ya la inquietud febril de la ardilla, sino la silenciosa eficacia de la lechuza y la discreción de la clandestinidad.

A la Escuelita asisten también jóvenes, son destacados en el estudio riguroso, comprenden su necesidad. Sienten el privilegio de conocer la historia de voz directa, allí florecen las anécdotas, los juicios aún no escritos, el concepto nacido de la intensidad y el dolor de lo vivido, pero nunca el arrepentimiento, siempre la decisión de seguir, aun sobre el desconsuelo de la pérdida.

Es la historia trasmutada en épica y a la vez en chiste que la humaniza, es pedagogía incomparable. Da pena que tanta memoria se pierda, es inevitable, sólo aflora en la confianza, cualquier ruido la devolvería a las catacumbas de donde la rescató el gobierno de Chávez.

¡Gracias al Batallón de los Viejos por permitirnos compartir con ellos!

¡Con Chávez más resteos que nunca!

24.6.11

DESCONFIAD DE KERENSKY (Viernes 24-06-2011)

Cuenta Gramsci que: “inmediatamente después de estallar la Revolución, y antes de salir para Rusia, Lenin había mandado este aviso: “desconfiad de Kerenski”.

Pocas veces en toda la historia revolucionaria una estrategia, un pensamiento, una enseñanza política se ha condensado en tan pocas palabras, en tan escueto mensaje.

Lenin sabía que después de derrotada la monarquía del Zar se abría un período revolucionario, donde el principal enemigo del avance sería el reformismo. Y en aquella situación de extremo riesgo, cuando se disponía a entrar en el “Tren Blindado” que atravesando a la hostil Alemania y el frente de guerra, lo llevaría al centro de la batalla revolucionaria, él envió como testamento y postrera instrucción, una suerte de epitafio que significa: desconfiad de kerenski, de los reformistas, ellos son el principal enemigo de toda Revolución…

La historia le dio la razón, no sólo en Rusia donde la Revolución se concretó luchando contra la alianza de reformistas y capitalistas internacionales, sino en toda Revolución que desde ese día se ha intentado en el planeta.

Es así, siempre que la posibilidad revolucionaria surge aparece el reformismo restaurador morigerando las aguas, llamando a la calma, frenando, distrayendo el ímpetu, “no hay condiciones” dicen. “El capitalismo no sirve pero debe ser superado poco a poco”, proclaman. Los más audaces meten miedo y alertan, “sin los capitalistas no hay producción.”

El fenómeno es comprensible. Veamos.

Una Revolución es un salto, un cambio de tal magnitud que aterra. Contra él conspiran las costumbres, los valores, la psiquis profunda, allí donde está anclada la vieja visión del mundo. En la hora definitiva cuando el cambio toca a la puerta, cuando la sociedad se encuentra en la posibilidad del vuelo alto, entonces aparecen las voces que vienen desde la caverna de siglos, milenios de oprobio, y nos susurran retroceder, a volver a lo conocido, a la tranquilidad de lo conquistado, a las cadenas, ahora un poco más relucientes.

Pero el hombre es un animal más curioso que sensato, más audaz que mesurado, más altruista que egoísta, más humano que animal. Y son esas cualidades las que permitió que conquistara mares en cáscaras de nueces o que subiera montañas con el único aliciente de ver el horizonte lejano. Son esas características las que le permitieron a Bolívar cruzar los Andes, a Fidel asaltar el Moncada, a Chávez intentar tomar el cielo por asalto, a Fabricio dejar el curul, a Américo Silva dejar la familia para ir a favorecer a la humanidad toda, a Martí cargar en Dos Ríos, al Che morir en La Higuera con la dignidad con la que vivió, y a los Cinco Cubanos secuestrados por el imperio, resistirlo todo para demostrarnos que el hombre nuevo existe… El hombre capaz de vencerse a sí mismo.

Esa cualidad del humano será la que nos permita ir por sobre las consejas que brotan de las cadenas mentales, y ensayar el salto audaz que funda mundos y justifica la lucha… Lenin, tenía razón.

¡Con Chávez Resteaos!

23.6.11

TODO CHOQUE ES IDEOLÓGICO (Jueves 23-06-2011)

El enfrentamiento de una Revolución es con el capitalismo. Sin sustitución del capitalismo no hay revolución, sólo maquillaje del viejo sistema o, para decirlo directamente, fracaso. Los avances, las permanencias de las formas capitalistas, son derrotas del Socialismo.

Se puede convivir con el capitalismo por razones tácticas, esto depende de las condiciones en que se desarrolla la Revolución, pero un grave error es presentar esa convivencia como Socialismo. Ahora bien, si además de convivir estimulamos las formas nosociales, las formas capitalistas, el error es de vida o muerte.

El sistema de dominación capitalista se mantiene a pesar de todas sus dificultades y de sus crisis, porque entendió muy bien que la batalla principal, o mejor, comprendió que la única batalla que importa es la cultural, la ideológica, todo lo supedita a esa batalla. Sus acciones militares, civiles, culturales, teatro, telenovelas, literatura, la música, toda su propaganda, desde la de un helado en Mac Donalds, hasta la de un remedio para la gripe, todo está dirigido a la batalla cultural, a implantar en la población los valores éticos y morales que sostienen el sistema. No da cuartel.

Sus instituciones están al servicio de esa cultura, de esos valores, de implantar esa conducta: cine, religión, medios de formación, radio, prensa, televisión, toda la educación.

El capitalismo estimula las formas artísticas que promueven el egoísmo, y aplasta las formas difusoras de valores socialistas que reivindican las luchas por la emancipación, la Conciencia del Deber Social.

El Estado tiene entre sus funciones, además de la represiva y administrativa, la de ser escenario mediático, espectáculo donde el Presidente es un actor: buena sonrisa, buen porte, facilidad de palabra, logro individual. La Asamblea es un espectáculo con sus actores secundarios y principales, show periódico e intrigas. La televisión reproduce la dramaturgia de los cuerpos represivos y judiciales, "La Ley y el Orden" se llama una serie que publicita al Estado capitalista.

El capitalismo en la guerra cultural se atrinchera en la "libertad de expresión", que como sabemos en realidad es libertad de empresa capitalista, libertad de las clases dominantes para instalar en la población la aceptación de la dominación. Cualquier planteamiento de la Revolución de denuncia, cualquier acción de defensa de la agresión ideológica, es denunciado como totalitarismo, estalinismo, ideologización.

La guerra entre capitalismo y Socialismo es un choque cultural, ideológico, así debemos entenderlo, toda acción nuestra debe plantearse primero en el teatro de operaciones de la guerra ideológica, de la batalla cultural, allí debe comenzar la planificación, esa será la medida del triunfo.

No hay logro material que suplante, que dispense lo ideológico, lo espiritual, la consciencia. No existe fuerza material que supere la potencia de una idea. En todas las acciones de la Revolución debe salir fortalecida la espiritualidad socialista, la unión, la fraternidad, una nueva manera de relacionarse el hombre. Toda acción, por común que parezca, debe convertirse en asombro, en guía hacia la nueva sociedad, hacia el Hombre Nuevo.

¡Con Chávez más resteaos que nunca!

22.6.11

LA EPOPEYA VENEZOLANA (Miércoles 22-06-2011)

Difícilmente se encuentra en la historia un pueblo sobre el que haya recaído la responsabilidad inmensa que hoy reposa sobre los venezolanos.

Ya es conocida la crisis que afecta al planeta, en todos los ámbitos surgen los síntomas del desajuste: la ecología, el clima, la economía, migraciones, escasez de alimentos y agua. Sabemos de donde surge el desajuste, del capitalismo, y ya conocemos la solución, el Socialismo.

La posibilidad socialista mundial, vale decir, la salvación de la humanidad, depende del rumbo de la Revolución Bolivariana. Si fallamos, el mundo girará definitivamente a la derecha, a la conservación del sistema suicida. Si nosotros profundizamos la Revolución, concretamos el Socialismo, le damos solidez, entonces los desarrollos socialistas florecerán, los débiles se fortalecerán, los fuertes se sentirán acompañados y tendrán renovados bríos, surgirán nuevas esperanzas.

Ese es el reto, en nuestras manos está la salvación. La pregunta es: ¿qué debemos hacer?

Lo primero es aceptar, más allá de las palabras, la existencia de la crisis, y entender que se materializa frente a nosotros, enfrentar esos problemas como elementos de una situación más general, relacionarlos. Veamos.

A los problemas del Metro de Caracas, del déficit habitacional, la inseguridad, la situación de El Rodeo, los damnificados, el malestar de los refugios, la basura, las carencias eléctricas, las inundaciones, las sequías, la escasez de alimentos, etc., podríamos intentar darles respuestas parciales.

En el Metro, trabajar duro, quizá hacer otras líneas. Podríamos trasladar a los presos de aquí para allá. Hacer más refugios. Atapuzar más a las ciudades. Comprar alimento en el extranjero, esos serían atenuantes, los problemas surgirán más adelante con más fuerza, y continuaremos corriendo tras una realidad trastocada que es imposible resolver de manera parcial.

No podemos caer en la lógica de los dementes de capitalismo ni seguir su juego: a cada calamidad una zancadilla, imputar a la Revolución, y nosotros salir corriendo con los paños calientes a remendar la situación, y después a esperar el próximo síntoma de la crisis, para correr de nuevo, y así hasta que el fin del mundo nos alcance.

Lo correcto es explicar la crisis global, allí inscribir los problemas. Por ejemplo, los sucesos de El Rodeo, relacionarlos con los valores capitalistas, de egoísmo, individualismo, desprecio por la vida, metalización de la ética. También con la vida en los barrios, el hacinamiento, está comprobado, modifica la conducta humana: la pobreza unida a los valores capitalistas son generadores de violencia.

No aceptar la tesis simplista de que se trata de un problema de mal gobierno, y salir corriendo con los paños calientes, hay que explicar que la solución es global, cambiar al sistema, disminuir las miserias materiales y espirituales que dan origen a los problemas, debemos cambiar todos, y eso sólo es posible con la Revolución.

Retroceder, restaurar al pasado, es condenarnos, agudizar todos los problemas. Los gobernantes deben correr los riesgos de decir la verdad, deben convencer del peligro, y los gobernados debemos cooperar, entender la situación.

¡Con Chávez más resteaos que nunca!

21.6.11

LA CRISIS GLOBAL PRECISA RESPUESTAS HEROICAS (Martes 21-06-2011)

El mundo sufre una profunda crisis sistémica, que todos aceptan pero nadie enfrenta: la ocultan, voltean para otro lado, piensan que el remedio es ignorarla. No obstante, la crisis mundial golpea. Es suficiente leer los titulares de la prensa para advertirla.

En el Japón la energía nuclear tiene su tumba, hasta las ballenas salieron contaminadas. Las inundaciones se combinan con sequías descomunales. Las migraciones de hambrientos ya son inocultables, la escasez de alimentos se anuncia grave. Los problemas financieros, las deudas de los grandes, las penurias de los pequeños, presagian un cambio drástico en el mapa económico. Europa husmea la caída de su mercado común.

Pocas dudas quedan de la inviabilidad del capitalismo. Fracasó, los curativos parciales no son suficientes, las contorsiones para salvarlo sólo consiguen hundirlo más. Esto sería promisorio para un revolucionario desprevenido: "El sistema capitalista se derrumba ¡Qué bueno!" El problema es que el capitalismo cae, no hay duda, pero en su desplome se lleva a la humanidad y a la vida planetaria.

La crisis es global, mundial, todo está relacionado porque la economía capitalista está relacionada, y el daño a la ecología planetaria nos afecta a todos
. Nadie escapa de la crisis, lo más que pueden hacer los poderosos es trasladarla transitoriamente a los más débiles, pero temprano sentirán los rigores de la emergencia.

Los problemas de la economía de Estados Unidos repercuten en el planeta, su déficit, su alta deuda es malestar que refleja la enfermedad que padece el resto de la economía mundial, los precios del petróleo son síntoma de desajuste económico. Nadie se salva de la crisis.

La ceguera frente a la situación es igual de profunda a la magnitud de la tragedia que ya nos aflige. La humanidad perdió la capacidad de relacionar, por eso no capta la crisis que ya presenta sus consecuencias.

La humanidad ciega, sus dirigentes insensatos, continúan enfrentando la crisis con la misma lógica que la creó, evitan a toda costa ir al fondo del problema, su estructura mental, las leyes que los gobiernan, sus costumbres de milenios, condicionan una conducta suicida, no pueden hacer otra cosa que repetir el mismo guión de hace siglos: importarse por lo pequeño, lo intrascendente, dejar que las fuerzas ciegas del mercado fagociten la vida.

Estamos en una etapa terminal. Son necesarias medidas heroicas, cambios drásticos, la salvación comienza con medidas revolucionarias.

Ya no son posibles las curas parciales, el sistema se derrumba y con él la humanidad. No hay tiempo para las disquisiciones teóricas, para ensayos, es necesario romper con la conducta que nos trajo aquí, todos debemos tomar conciencia de la situación grave, pero sobre todo, los dirigentes del país y del mundo deben alertarse y alertarnos del peligro.

No es posible que sigamos con la esquizofrenia de la vieja política de endosarle al adversario los síntomas de la crisis.

¡Con Chávez más resteaos que nunca!

20.6.11

¿GOBERNAR: OBEDECIENDO O CONVENCIENDO? (Lunes 20-06-2011)

A primera vista la discusión puede parecer trivial, sin embargo, es asunto central de la Revolución. Hagamos algunas precisiones útiles.

La sociedad está dividida en clases, unas dominan sobre las otras. Esta dominación, ante todo cultural, se basa en la ideología, ocurre en el alma. Ya decía El Libertador: "por la ignorancia nos han dominado más que por la fuerza".

El pueblo, los desposeídos, son objetivo principal de la colonización cultural que posibilita la dominación. Así, los dominados son transformados en el principal sostén de su propia dominación, del sistema que los expropia y expolia.

En el seno de los desposeídos ocurre una feroz lucha ideológica entre la dominación y la liberación. No es homogéneo el pueblo: en su seno se encuentran en lucha todas las ideologías, todas las culturas y, con más fuerza, la ideología de la clase dominante que allí es hegemónica.

El Estado no es algo difuso, sin contenido ideológico, al contrario: representa la ideología de la clase dominante, obedece a sus intereses, es instrumento para enfrentar a las otras clases y someterlas.

En resumen, el Estado es instrumento de dominación, socializa las ideas, la cultura de la clase dominante, corresponde a unos intereses de clase.

Cuando la Revolución intenta tomar el poder lo hace para, desde allí, conducir la batalla por la descolonización del pueblo dominado, convencerlo de la necesidad imperiosa de cambiar el sistema y emprender ese cambio. En otras y directas palabras, para enfrentarse en condiciones de éxito a la ideología, a la cultura dominante que nos habita.

La Revolución nace en una vanguardia que al principio es minoría, y desde allí dirige la lucha por conquistar la hegemonía. En el caso nuestro esa vanguardia fue el MBR200 que dirigió el 4 de febrero, luego se hizo mayoría, tomó el poder y comenzó, desde las instituciones, el cambio de hegemonía en el alma de los desposeídos.

Ignorar esto, caer en "obediencias" imprecisas, es no comprender la lucha de clases en el seno de los humildes, es renunciar a la batalla más importante de un proceso revolucionario: la obligación del Estado Revolucionario a gobernar, a ser activo, a convencer.

Al ignorarla, esta conducta crea un vacío que será ocupado en la práctica y en la teoría por la ideología de las clases desplazadas del poder. Además deja a las masas sin conducción, diluyendo su energía en rebeldías sin trascendencia, con reacciones impulsivas, atentando contra la Revolución.

El Estado Revolucionario no puede renunciar a "Gobernar Convenciendo", a ser Estado que conduzca y proteja la construcción del Socialismo. A informar, organizar, culturizar, preparar de tal manera a la masa para que no sea su propio verdugo. A conducir el proceso de desintoxicación ideológica, que es la extinción de las clases. Sólo así se producirá la fusión pueblo-poder, o como diría un teórico Potesta-Potentia, y las funciones represivas del Estado cederán el lugar a las de amoroso y, ahora sí, obediente administrador.

¡Con Chávez más resteaos que nunca!

19.6.11

EL CAMINO A LA CUMBRE ES ZIGZAGUEANTE (Domingo 19-06-2011)

El camino revolucionario, tal como las sendas hacia las cumbres, es zigzagueante, nunca es una vía directa. Hay días cuando el camino se despeja, entonces se avanza con rapidez, todo parece hermoso, el vigor aumenta y el sol brilla con esplendor, pero en ocasiones todo se nubla, se siente que se pierde el rumbo, el camino parece devolverse, se estrecha y trae desconcierto.

El sendero revolucionario es zigzagueante porque es una confrontación, una feroz lucha de clases nacional e internacional. Una revolución es un centro vital donde las tensiones del mundo estallan creando inmensa turbulencia. La vía está llena de paradojas, de meandros.

Comprender la tromba que es una Revolución se complica porque la historia, los libros, las dibujan con líneas directas, no caben allí los trazos torcidos de la vida real y la lucha diaria, no aparecen miradas, voces, intrigas, amores que se pierden en el tiempo. La historia, podríamos decir, cuenta la vida despojada de vida. La historia es sólo una guía parcial.

No es tarea fácil orientarse en la tormenta revolucionaria, los extravíos son muchos, las seducciones abundantes, las confusiones están por todos lados. Es preciso brújula certera.

Lo primero es entender que la Revolución lleva en su seno a la contrarrevolución, lo que es muchísimo más marcado si la Revolución es pacífica. De allí que amplias zonas espirituales y materiales son dominadas por la vieja cultura. Hombres, ideas, costumbres, acciones del capitalismo habitan los campos revolucionarios.

Es así que toda duda, toda situación en principio inexplicable, debe ser analizada desde el punto de vista de la lucha de clases, de la confrontación ideológica que ocurre dentro de la Revolución.

A veces el conflicto entre los intereses de las clases antiguamente dominantes y las clases insurgentes, tiene lugar en unas elecciones nacionales, entonces es más fácil percibir los campos. En ocasiones ocurre en un nombramiento, y es más difícil avistarlo. Cuando la confrontación sucede en las elecciones de autoridades del partido, pasa confundida con disputas personales. En ocasiones se materializa en unos despidos, entonces se viste de reorganización. En oportunidades se esconde tras el fallo de una juez o una fiscal.

Sólo entendiendo así a la Revolución podemos mantener o corregir el rumbo, explicarnos cuándo el enemigo interno o externo, nos infringe una derrota. Comprender tanta paradoja que a diario ocurre en el proceso, empezar a entender las profundidades del movimiento social.

La batalla revolucionaria requiere perseverancia, no es posible descorazonarse por las incomprensiones producto de la lucha interna, al contrario, debemos entenderla como una parte fundamental de la Revolución. Para Bolívar tan importante fue la Batalla de Carabobo, como la confrontación con Santander en Ocaña.

Que nadie se desanime. Todos a estudiar la Revolución como una confrontación externa e interna, analizar sus leyes, indagar las fuerzas en pugna, cómo se expresan. Sólo así encontraremos la ubicación necesaria en la lucha, Aceptaremos los obstáculos, el desánimo no tendrá lugar en nosotros, nos reconoceremos siempre parte de un gran ejército en batalla.

¡Con Chávez más resteaos que nunca!

¡Libertad para Luis Pulido!