11.10.08

PROGRESO O ARMONÍA

La tarea de superar al capitalismo es de vida o muerte, y es también una tarea sumamente difícil. Los intentos de superarlo nos han demostrado la posibilidad de hacerlo, pero también que él regresa desde el fondo del alma de las revoluciones para restaurar su reino de miseria.
La batalla por el Socialismo no acepta tibiezas, concesiones, debe ser radical, esta es la única manera de impactar en el baluarte de la conciencia capitalista que años de dominación han construido en el alma social.
Todo debe ser revisado, los pilares culturales del pasado deben ser sustituidos, la ética vieja pulverizada, la organización social y la conciencia social, despertadas, la propiedad social convertida en ariete que sustente las fuerzas del cambio de valores.
Cualquier resquicio, cualquier grieta en el proceso revolucionario, es dilatada por el capitalismo para engendrar el monstruo.
En toda esta guerra la batalla ideológica es fundamental, allí se pierde o se gana la contienda. Sin una gran solidez ideológica, sin un profundo conocimiento de las teorías revolucionarias universales, sin conocer lo construido por los precursores, los errores por ellos cometidos, los aciertos, no es posible entender el momento que vivimos, interpretarlo, producir respuestas teóricas a la realidad inédita, enriquecer y superar la teoría revolucionaria, adaptarla, única manera de hacerla útil para la acción.
En la batalla ideológica son muy importantes las ideas, los conceptos estratégicos que guían la acción, que definen rumbos, esos deben ser sometidos a disección fecunda. Veamos un ejemplo.
El concepto de progreso surge directamente de la economía capitalista, caracterizada por la necesidad de crecimiento incesante de sus mercados, de la circulación del capital. Así un país progresa en la medida que sus índices indican aumento en la producción, en la circulación de capitales, en el aumento de lo que ellos llaman riqueza.
Cuando los clásicos estudiaron la historia de la humanidad, estudiaron la historia de los sistemas de explotación del hombre por el hombre, que alcanza su expresión más acabada en el capitalismo. Esta etapa tiene sus propias leyes.
El Socialismo no es la simple superación de un sistema, es la superación de toda una etapa de la historia (que los clásicos llaman prehistoria), tiene sus propias leyes, nuevos conceptos de los objetivos estratégicos. El concepto de Progreso debe ser revisado, pues el planeta no resiste el aumento demencial de los índices capitalistas de progreso. El progreso capitalista, es el suicidio de la especie.
El objetivo estratégico del Socialismo debe ser el rescate de la Armonía. Es decir, adaptar la vida de la humanidad al palpitar, al ritmo, a la cadencia de la naturaleza. Así se producirá en armonía con la naturaleza, se consumirá acorde con el entorno, la vida humana será un eslabón más en la larga y maravillosa cadena de la vida planetaria.
Entonces, los índices de medición de la vida económica del Socialismo medirán la armonía alcanzada, y sustituirán los espantosos índices del capitalismo, que miden cómo el “Progreso” nos acerca a la extinción.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

10.10.08

LAS CONTRADICCIONES

La Humanidad presenta dos contradicciones principales. Una, la contradicción interna entre el capital y el trabajo, entre los trabajadores y los oligarcas. La otra, la contradicción externa entre la Humanidad y la Naturaleza.
Marx nos decía que la historia de la lucha de clases, es la historia de la humanidad, y no estaba equivocado, esa lucha ha sido el motor del movimiento social. Hasta hace cincuenta años no se vislumbraba otro tipo de contradicción, era dentro de la sociedad donde radicaba el eje del problema que había que resolver: acabar con la explotación del hombre por el hombre.
La sociedad capitalista ha desarrollado una contradicción más importante que la contradicción obreros-capitalistas, es una contradicción que amenaza con llevarnos a la extinción, es la contradicción capitalismo-naturaleza. Veamos.
La sociedad capitalista expolia de tal manera a la naturaleza, que el daño que le infringe rompe los equilibrios ecológicos fundamentales y nos conduce inexorablemente a la extinción de la vida.
Los científicos más importantes del planeta certifican la extinción progresiva de la vida planetaria, las especies desaparecen a ritmo acelerado, los bosques se transforman en desiertos tras la explotación indiscriminada.
La agresión brutal ha alcanzado a la atmósfera: las emanaciones de gas carbónico, provenientes de combustibles fósiles, han modificado la composición atmosférica, y esto ha ocasionado el aumento del efecto invernadero, que produce el aumento de la temperatura del planeta.
De esta manera el fino equilibrio del clima se altera cada día más, trayendo consigo extinción de vida, aumento de calamidades atmosféricas, huracanes, tormentas, radiaciones a niveles de destrucción, aguas marinas que se elevan y amenazan con sumergir ciudades y hasta países enteros.
El capitalismo tiene mil maneras de amortiguar la contradicción obrero-oligarca, usa los medios de deformación para crear cadenas psíquicas que son efectivísimas para mantener esclavizado al trabajador, cuando éstas no funcionan usa la violencia. Con esa contradicción, trabajador enfrentado al dueño de los medios de producción, hemos vivido durante milenios.
Pero el capitalismo no tiene manera de detener la agresión contra la naturaleza, ni de controlarla. El daño es importante e irreversible. El daño que se causa a un bosque tarda siglos en recuperarse, si es que se puede recuperar.
La carrera hacia la destrucción es mucho más rápida que la tibia compensación ecológica que propone el capitalismo.
Es urgente, de vida o muerte, resolver la contradicción humano-naturaleza, pero esto no es posible sin superar el capitalismo que la origina. La contradicción se puede resolver de dos maneras: con la extinción de la vida, o con la instauración del Socialismo.
El Socialismo dejó de ser una meta de los desposeídos para ser una meta de toda la humanidad. Es necesario agrupar alrededor de la causa socialista a todos los hombres de buena voluntad.
Los venezolanos tenemos una gran responsabilidad en esta lucha, es aquí que se dan las condiciones que señalan el camino Socialista, no podemos fallarle a la humanidad.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

9.10.08

TEMBLAR

El Che nos legó una útil medida de la calidad revolucionaria. En carta de respuesta a una señora que le preguntaba si tendrían nexos familiares, le responde: “Si ud. es capaz de temblar cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”.
Allí afirmaba que la condición revolucionaria, la conciencia revolucionaria, se conoce por su expresión práctica, que es la práctica el criterio para conocerla, la única manera de evaluarla.
En otras palabras, el hombre es revolucionario sólo si actúa como revolucionario, son las acciones revolucionarias las que califican y educan al revolucionario.
Lo mismo cabe para los pueblos, sólo los pueblos y las clases que actúan como revolucionarios son revolucionarios.
Y, siguiendo las enseñanzas del Che: la acción primigenia del revolucionario es vibrar de indignación frente a la injusticia, eso lo califica.
La Revolución Bolivariana ha tenido importantes avances, allí están los números que indican progreso: la erradicación del analfabetismo es un logro importantísimo de la Revolución , nos sacó de la prehistoria. La asistencia médica es ejemplo hermoso de lo que puede hacer una sociedad en Revolución. Los esfuerzos en alimentación, en vivienda, son encomiables.
Donde la Revolución ha dado muestras fundamentales de altruismo, ha sido en la política internacional. La cooperación con el Caribe, Centroamérica y el resto del continente es muestra clara del humanismo revolucionario.
Pero, es pertinente una pregunta:
¿Por qué el apoyo a la Revolución no es rotundo, por qué las muestras de que el entusiasmo revolucionario ha mermado, dónde está la falla?
Lo primero es aceptar la situación, en estos momentos la política del avestruz es más dañina que nunca.
Aceptado esto, podemos comenzar a corregir la situación. Nosotros creemos que hemos descuidado la fibra revolucionaria del pueblo, no la hemos tonificado, hemos descuidado la educación. La práctica revolucionaria la sustituimos por acciones burocraticas.
Ahora la basura en una esquina es más importante que el magnicidio o que el recalentamiento global. La gente tranca una calle por pequeñeces, nunca por un objetivo altruista. La vista no se eleva del piso.
No hemos aprovechado las oportunidades de vibrar de indignación frente a la injusticia. Así la pasión, que es el motor de toda acción humana y más de la Revolución , se apaga, y con ella la fe.
Es necesario angustiarse, relanzar las campañas educativas con el desespero del naufrago, ir a la práctica revolucionaria, temblar de indignación por lo grande, impregnar al pueblo de la angustia y de la pasión de saberse heredero de los libertadores, y de tener tarea semejante.
Oportunidades de temblar de indignación frente a la injusticia existen: el intento de magnicidio es una. La marcha inexorable hacia el extinción de la vida planetaria debe estremecer al pueblo, el secuestro de los cinco héroes cubanos, es otra.
Reúnanse a los mejores entre los buenos en Destacamentos de Vanguardia, y comience la acción, el ejemplo revolucionario.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

8.10.08

EL ADIVINO

El redentor pertinaz insiste en la liberación del espíritu de los pueblos, aparece cada cierto tiempo y reanuda la batalla.
Es que el redentor es pueblo encarnado, pueblo hecho pueblo que se resiste a una historia pequeña, cotidiana, vacía.
Es convocatoria para el futuro, para el amor.
Unas veces el redentor llega como guerrero, otras como gobernante, como anónimo, siempre portado por el amor.
Los pueblos reconocen toda la magnitud del redentor, años después de su arribo, y después de su despedida.
A veces una generación pasa sin la visita de un redentor, entonces repta en la modorra de las costumbres, luchando por flotar, morando en el lado oscuro de la luna.
Pero cuando la visita se produce, un fuerte destello ilumina el alma de los pueblos, hay un vibrar que anuncia que la modorra cesó, que presagia el regreso del huracán, la concreción del sueño.
El redentor puede tener muchas formas, pero una mirada común. La mirada del redentor es inconfundible, él tiene los mismos ojos apacibles del Cristo luchando solo contra el Imperio Romano.
Dicen que Bolívar, con sólo verlos, enternecía a los bravos de Apure y helaba a los colonizadores. Dicen que con una mirada conquistó a Manuela.
Dicen que Fabricio tenía esos ojos.
Pero también Alberto Lovera, y Argimiro.
¡Ah! Que generación privilegiada, llena de redentores.
Fidel, un redentor triunfante, nos dijo que conoció a un adivino, a un hombre sin una mancha en su conducta, a un hombre celestial, que no pertenecía a este mundo.
Él predicó con su ejemplo y con su acción. Nos devolvió el espíritu como campo de batalla. Nos convocó para andar junto a los pobres de la tierra y hacernos Santos.
Fue crucificado en la Higuera , le cortaron las manos, pero no pudieron quemar su mirada.
De aquella escuelita boliviana salió convertido en gigante, para volver siempre redentor. Acompañando pueblos en el sagrado deber de luchar contra el imperialismo donde quiera que esté.
Construyendo hombres nuevos y alertando peligros.
Hoy está aquí entre nosotros, sentimos su mirada y su Rocinante invitándonos al combate que construye.
Vino con Rosa redentora, la asesinada en Berlín.
Está aquí preparando, organizando, para el combate final.
El Che siempre vendrá al lado de los que luchan por salvar a la humanidad, por la construcción del Socialismo auténtico, de los que vibran de indignación, de los que no callan nada por motivos tácticos.
De los que saben que los medios construyen los fines.
Y que el fin es el amor.
Hoy y siempre rendimos homenaje con nuestra conducta al Che.

7.10.08

LA SALVACIÓN ES EL SOCIALISMO

El sistema capitalista da muestras de conducirnos a la extinción. Las señales son claras, emergen por todos lados, ninguna zona del planeta, ninguna actividad está a salvo del aprieto que ensombrece a todo y a todos. Veamos.
Hambre en aumento, presión social en las fronteras de los países desarrollados, deshielo polar, contaminación de mares, desertización de bosques, recalentamiento, y las periódicas crisis económicas agravadas por el carácter especulativo.
Los imperios no se engañan, conocen la gravedad de la situación, pero están atrapados en la dinámica demencial que les impone el sistema: no pueden parar de expandirse de forma patológica. Las soluciones que proponen tienen como objetivo salvar al capitalismo, no salvar a la vida, por lo tanto, lo que hacen es acelerar el camino hacia el infierno.
La humanidad sigue dando zancadas hacia la destrucción.
¿Cómo resolver el drama humano?
El conflicto entre el humano capitalista y la naturaleza requiere de cambios profundos en la relación. La depredación capitalista tiene que ceder el paso a una conducta de armonía, de convivencia, de adaptación al entorno.
Este cambio indispensable tiene como requisito previo el cambio en la relación entre los hombres: es necesario restituir la relación de fraternidad, de cooperación, sustituir la relación egoísta, que ha convertido a la sociedad en un territorio de guerra de todos contra todos.
El dilema no plantea una escogencia entre muchas, una posibilidad que se toma a voluntad, no es un capricho de ultraizquierdistas. Hoy la situación es crítica: o la humanidad construye esta nueva relación, o la humanidad, irremediablemente, encontrará su destino de extinción.
La única solución, la oportunidad de vida, es el Socialismo, éste es el único sistema capaz de restituir la armonía perdida, de salvar a la humanidad, Expliquemos.
La desarmonía tiene su origen en la economía capitalista, ésta se basa en la apropiación, por parte de una fracción de la sociedad, del trabajo y la riqueza social. Esta condición sustenta una espiritualidad que justifica el fraude.
Surge así la aprobación de las diferencias sociales como algo natural, el hombre depredador como el hombre exitoso, y la aceptación de la depredación de humanos y naturaleza como una virtud.
En contraste, el Socialismo consagra que el trabajo social y los medios de producción pertenecen a la sociedad toda, asienta así las bases materiales para una relación armoniosa entre los hombres: la suerte de uno es la suerte de todos, y todos se importan por los individuos. El Socialismo se rige por el principio de: si perjudica a la sociedad y a la naturaleza, no es aceptado.
Se construye de esta manera un sistema donde la competencia cede lugar a la fraternidad entre los hombres, y de estos con la naturaleza. Se establecen, entonces, las condiciones para restituir la armonía con la naturaleza, para detener la carrera suicida, para salvar a la humanidad.
La humanidad sólo se podrá salvar con Socialismo, urgente y en exceso.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

5.10.08

FRENTE A LA CRISIS AVANZAR ES RESISTIR

Ya se acepta que la crisis, que al principio se percibía sólo como financiera, es de magnitudes civilizatorias. La civilización capitalista, en toda su extensión y en todas sus manifestaciones, es afectada por la turbulencia que vaticina debacle global.
Nosotros en Venezuela vamos poco a poco tomando clara conciencia de la situación. Sin embargo, a pesar de las sensatas y oportunas medidas económicas tomadas por el gobierno, no podemos evitar que la crisis nos alcance. El Comandante ilustró muy bien la turbulencia: estamos en una piscina donde un elefante se hunde, todo lo que este dentro de la piscina sufrirá sus consecuencias. El planeta es esta piscina.
De aquí surge la pregunta:
¿Frente a las inevitables dificultades, qué debemos hacer los revolucionarios? Veamos
El capitalismo tiene una desventaja frente a la crisis que él mismo creó: la crisis surge del individualismo, del egoísmo, y ese egoísmo que es la característica principal del sistema no le permite solucionar las dificultades con celeridad, eficiencia y mínimo daño para la población.
Recordemos al huracán Katrina, donde el desamparo, la orfandad del hombre frente a la adversidad, fue dramática. Demostró con claridad que el sálvese quien pueda, que las correrías individuales, no son eficaces.
Ese egoísmo social, que permite que familias pasen frío y hambre refugiadas en los estacionamientos de grandes ciudades, en medio de la indiferencia del resto de los ciudadanos, ni un pan, ni un cariño , ni una sonrisa reportan los medios, sólo pueden mostrar fotos de náufragos tristes y solitarios, perplejos frente a un golpe que no comprenden.
Nosotros tenemos una gran ventaja frente a la crisis, estamos comenzando a construir la sociedad Conciente del Deber Social, donde el individuo siente la pertenencia a la sociedad, perciba que los problemas sólo tienen solución verdadera cuando la solución es social, que lo remedios individuales a los grandes problemas son ficción.
Hemos dado importantes pasos en la creación de la Conciencia del Deber Social, esa es nuestra mayor fortaleza, es el mayor acierto de la Revolución. Ya el Trabajo Colectivo Voluntario forma parte de nuestra vida, las manifestaciones de nuestra vocación de dar a la sociedad ya sobrepasan las fronteras: En Cuba trabajan voluntariamente cien estudiantes de la Misión Ribas, esos muchachos son precursores de la nueva sociedad, pilares de la nueva manera de enfrentar las dificultades. Ese ejemplo debe difundirse, esos voluntarios debe recibirse como pioneros de la nueva sociedad, muestra de que el Hombre Nuevo es posible, de que regresó el espíritu que motivó El Paso de Los Andes.
Sólo la Conciencia del Deber Social nos dará la fortaleza para salir airosos de la crisis. Un pueblo unido en la fraternidad socialista es invencible. Por el contrario, un pueblo disgregado, indisciplinado, buscando soluciones individuales, haciendo tumultos aislados, es fácilmente derrotado.
Llegó la hora de la lealtad con el Comandante y de la disciplina social conciente. Todo lo que perjudique a la sociedad es malo. Por sobre el bien social, nada.
¡Chávez es Esperanza Socialista!