18.7.09

ZELAYA, RENÉ Y LA ESTELA LIBERTARIA

El Internacionalismo es sustancia de una Revolución. Así lo entendió El Libertador y se fué hasta el confín del continente buscando la Patria. Así, internacionalista hasta el exceso es la Revolución Cubana.
Las Revoluciones que han sido fieles al Internacionalismo se mantienen.
Pero mal presagio cuando una Revolución comienza a mezquinar su Internacionalismo. Recordemos la advertencia del Che a las ventas que el campo socialista hacía del botín de guerra capturado al ejército nazi, la esencia de la desviación soviética se manifestaba allí. Recordemos las negativas de Santander de ayudar a la noble Haití después de la muerte del Libertador. Todos fueron síntomas anunciadores del fin de esos procesos.
Esta Revolución nuestra es Internacionalista. Eso irrita a los oligarcas. Ellos saben de la fuerza revolucionaria del Internacionalismo, de abarcar a toda la humanidad en la visión del mundo nuevo que construímos.
Y saben que un movimiento localista no educa al pueblo en la grandeza del amor a la humanidad, al contrario: lo confina al egoísmo de la visión corta, aldeana, mediocre. De esa manera es fácilmente capturable.
Con el golpe de Honduras el país dió muestras de Internacionalismo y de coraje revolucionario: Chávez firme, decidido y desprendido en el enfrentamiento a la ofensiva oligarca. Telesur y VTV, inmensas en la valentía de sus muchachos. Los pilotos se hicieron gigantes, no sólo sobrevolaron Tegucigalpa, dejaron en el cielo de América una estela libertaria que anuncia la decisión de este pueblo de ser dignos herederos del Ejército Libertador.
Zelaya fue, es hijo de esta tierra, y nuestra angustia de pueblo constructor de mundos lo acompañó y lo acompaña. En él lo mejor de la América se hermana y anuncia huracanes transformadores.
Nuestro Internacionalismo es ejemplo para el mundo. Debe continuar, perfeccionarse, educar y educarnos, construirnos hombres nuevos, de los que tiemblan de indignación frente a la injusticia, de los primeros a la hora de la solidaridad.
Nombrando a Zelaya, hablando de Mel, recordamos a René, y sus cuatro compañeros, de su pueblo, el pueblo de Fidel, del Che, de Raúl.
René y sus cuatro compañeros están desde hace más de diez años en posesión del imperio gringo. Allá fueron a defender a la humanidad del terrorismo que el imperio protege y estimula, allá los llevó su Internacionalismo. Corrieron los mayores riesgos, se enfrentaban a la mafia mayamera, la misma que planifica atentados contra Chávez.
No regatearon al llamado de la humanidad, al contrario, se crecieron en el reto, lo cumplieron y lo cumplen.
Nosotros debemos solidaridad a estos hermanos secuestrados por el imperio, que la estela que cruzó Tegucigalpa el 5 de julio, cruce, llegue a esos cinco calabozos injustos, que el abrazo que damos al pueblo de Honduras los cubra. Que sientan nuestro Internacionalismo.
Ya es hora de darles la Orden de Los Libertadores a estos hijos de la tierra de Fidel. Al hacerlo reafirmamos a nuestra Revolución, la fortalecemos en el amor, la construimos inmensa en la solidaridad humana.
¡Chávez es Socialismo!

17.7.09

LA GUERRA ES IDEOLÓGICA

La guerra que libra la humanidad en contra del capitalismo tiene su fundamento principal en la ideología, o mejor, en el espíritu.
En una sociedad será hegemónica la ideología que justifique, defienda y perpetúe a la economía dominante. Dicho de otra forma: la manera como una sociedad se gane la vida, determinará el espíritu de esa sociedad, o con palabras de los clásicos: la existencia determina la conciencia.
Es la Relación de Propiedad de los Medios de Producción la que determina para quién se produce, quién es el dueño del producto del trabajo, si es una fracción de la sociedad o es la sociedad toda. Y es esta relación la que establece cómo una sociedad se gana la vida y la que sustenta la ideología. Veamos.
Si la propiedad es nosocial, es decir, capitalista, una fracción pequeña de la sociedad se ganará la vida apropiándose del trabajo ajeno, vivirá del sudor de las grandes mayorías trabajadoras y esta situación producirá, necesariamente, grandes masas de excluidos que se ganarán la supervivencia al margen de las reglas sociales.
Entonces en una sociedad así, la ideología dominante será nosocial, individualista, egoísta.
Pero si la propiedad de los medios de producción es social, administrada por el Estado, nadie se apropia del trabajo de nadie: el trabajo pertenece a toda la sociedad, y por lo tanto, a cada individuo en su doble condición de trabajador y de miembro de la sociedad.
Una sociedad con esa hegemonía de relación de propiedad, tendrá una conciencia, un espíritu fraterno, social, socialista, amoroso, que emana de la forma como se gana la vida, trabajando en conjunto, sin que ningún sector se apropie del trabajo de las mayorías.
Esta es la situación y estos son los bandos en pugna, estos son los adversarios en la guerra que vivimos.
Ahora bien, recalcamos, la ideología dominante es la ideología que emana de la relación económica dominante. Esto significa que en un sistema capitalista, el explotado y el excluído sienten, piensan, defienden al sistema capitalista, y forman los contingentes de defensa del sistema capitalista.
De todo esto concluimos varias enseñanzas:
La relación de propiedad que estimule la Revolución es vital para la construcción del Socialismo y para la derrota del capitalismo.
Formas nosociales, desde la individual hasta la egoísta colectiva, son en última instancia contrarrevolucionarias. Se podrán implementar por requerimientos tácticos, nunca como proyectos estratégicos.
Las formas de Propiedad Social, es decir, aquellas donde la sociedad toda es la dueña del producto y lo distribuye de acuerdo a las necesidades sociales, siempre serán revolucionarias y producirán Conciencia del Deber Social, de pertenencia a la sociedad.
La oligarquía comprende muy bien la guerra ideológica, por eso gastan millones en las cuñas del cedice, todas resaltando lo individual, todas egoístas, activando la ideología dominante que habita en el alma del dominado.
La Revolución debe defender su ideología y la Propiedad Social que la sustenta.
¡Chávez es Socialismo!

16.7.09

FORTALECER EL CAMPO ENEMIGO

Hoy en Venezuela está el centro de la guerra entre capitalismo y Socialismo, tenemos la responsabilidad más grande que un pueblo haya tenido, hoy somos responsables del destino de la humanidad, si nosotros no señalamos el rumbo cierto, si nos conformamos con adelantos, pero no con cambios de estructuras, de espíritu, entonces habremos arado en el mar, todo el esfuerzo y las buenas intenciones habrán sido vanos.
Nuestra responsabilidad, nuestro reto es demostrar al mundo que el Socialismo es posible, que es la única vía para salvar a la humanidad y la vida planetaria, que es la única manera de rescatar la armonía perdida.
La Revolución Bolivariana ha avanzado mucho, llegar a la encrucijada definitiva, donde el Socialismo es una opción real, es una hazaña, o mejor, un auténtico milagro. Mientras el resto del mundo se bate en atar sus vidas a los índices de una economía donde el humano no cuenta, aquí en Venezuela se tuvo la valentía de hablar de Socialismo, de levantarlo y echarlo a andar, de explorar formas de construirlo, romper con lo que estorbaba al camino, hacer alianzas con los que facilitaban el rumbo.
Ahora que estamos en etapa definitoria es responsabilidad de los líderes de la Revolución transmitir al pueblo la idea de que sólo el Socialismo podrá resolver los problemas de hoy creados por el capitalismo, y garantizar la vida a la humanidad.
Ya no hay tiempo para extravíos, algunas cosas hemos aprendido de nuestra experiencia. Veamos.
Primero, es la Propiedad Social de los Medios de Producción la que determina la distribución y el consumo socialista, aquí no debemos hacer concesiones a ficciones que proponen comercio socialista y medios de producción en manos de nosociales.
Segundo, sólo hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción hace posible la hegemonía de la Conciencia del Deber Social, pilar fundamental del Socialismo, su objetivo central. Entonces las propuestas de propiedad nosocial nunca nos acercarán al Socialismo, sólo pueden aceptarse como requerimientos tácticos, nunca estratégicos.
Tercero, la convivencia con el capitalismo es la cohabitación de enemigos irreconciliables, sólo explicable como una etapa táctica, nunca se pueden plantear como metas socialistas. El capitalismo siempre intentará yugular al Socialismo.
Cuarto, la meta de los revolucionarios es construir el Socialismo y este se construye a partir de la Zona Socialista, es decir, haciendo Socialismo.
Por tanto, fortalecer al capitalismo, fortalecer a la propiedad nosocial, con la excusa que sea, es fortalecer al enemigo en esta guerra sin cuartel que nunca ganaremos fortaleciendo al capitalismo.
Hacer concesiones estratégicas a la propiedad nosocial, le hace un daño irreparable a la causa socialista, porque multiplica por millón la conciencia egoísta, y esa debilidad en la economía se convierte en un claro riesgo de derrumbe de la posibilidad socialista, de la pérdida de la guerra que hoy libra la humanidad.
Los revolucionarios debemos tener claro que estimular trampas tipo “emprealba”, o el comercio socialista impulsando la industria de propiedad nosocial es fortalecer el campo enemigo.
¡El Socialismo se construye con Socialismo!
¡Chávez es Socialismo!

15.7.09

LA PROPIEDAD DEFINE

En esta guerra entre capitalismo y Socialismo la propiedad define. Vanos los intentos de encubrir esta realidad.
La afirmación es de gran ayuda para guiarnos en la maraña confusa que es la política en estos días. Veamos.
Los capitalistas, todos, los que se asumen sin rubor y los avergonzados, en última instancia se destapan y coinciden en defender la propiedad nosocial de los medios de producción.
Es que la propiedad define, y no acepta ambigüedades: se es partidario de la hegemonía de la Propiedad Social administrada por el Estado, la que se entrelaza con la Conciencia del Deber Social, es decir, se es socialista, o se está en contra de esta hegemonía, es decir, no se es socialista.
En última instancia, las posiciones políticas estarán determinadas por las posiciones frente a la propiedad.
No es por azar que la campaña manipuladora enemiga externa se centre en deformar la idea de Propiedad Social, los oligarcas externos saben que es la propiedad de los medios de producción el núcleo de la disputa.
Y no es por azar que los “Empresarios Socialistas” y similares, que son una rama de Fedecamaras, se disfracen de socialistas, hasta invoquen a Marx, hablen maravillas del proceso y de Chávez, pero hay dos puntos donde no transigen: la propiedad nosocial de los medios de producción y el rechazo a Cuba Socialista. Allí muestran las costuras, eso los define como enemigos del Socialismo.
En los últimos días y como reacción a las socializaciones que ha hecho la Revolución se ha desatado una ofensiva de las oligarquías, la externa y la interna.
Ya conocemos los esfuerzos de primero justicia, y del partido de rosales por defender los privilegios capitalistas, es comprensible, son representantes del capitalismo.
Pero al lado de estos aparecen, como siempre que se avanza en el camino socialista, extravíos propuestos por los capitalistas internos, es el caso de Empresarios Socialistas, comandados por Uzcátegui, negando las socializaciones. Y de la absurda propuesta de: “Socialismo impulsando industrias capitalistas”.
Los Empresariosocialistas se declaran una rama de Fedecamaras, hasta quieren hacer con ellos asambleas conjuntas, lo que nos dispensa de mayores comentarios, sólo citaremos una muestra de su oportunismo peligroso. Veamos.
Dice Uzcateguí: “como empresarios nos hemos vinculado a todos los gobiernos. Respetamos la Constitución y las elecciones y creemos que un Presidente que ha resultado electo es el jefe del gobierno y fija la estrategia económica (…) Empreven está para hacer negocios y se lo he dicho al Presidente.”
Raro Socialismo este.
Otra historia es la propuesta capitalista que pretenden pasar encubierta de Socialismo, es más sutil, más fina, la revisten de marxismo. Dicen: que desde el punto de vista marxista, el comercio es un eslabón de una cadena que incluye producción, distribución, y consumo.
Y de esta afirmación marxoide derivan la monstruosidad de un plan estratégico de Comercio Socialista que estimula… ¡industrias capitalistas!
Es un crimen de lesa humanidad.
¡Las piruetas teóricas que dan para detener el avance de la Propiedad Social !
¡Chávez es Socialismo!

14.7.09

¿CÓMO PERDER UNA GUERRA?

Estamos sumergidos en una feroz guerra entre el capitalismo y el Socialismo, se trata de la mayor colisión que haya conocido la humanidad.
El capitalismo es una fiera insaciable, independiente de la voluntad humana, sus requerimientos de acumulación, crecimiento sin límites, hacen que su destino sea la destrucción de la vida planetaria.
Esa es la causa profunda de la necesidad de enfrentarlo.
Pero además, ya lo sabemos, el capitalismo condena al hombre a la pérdida de la condición humana, lo transforma en mercancía, lo obliga a relacionarse como mercancía y no como humano, lo confina al mundo del mercado, de la competencia donde sólo una minoría tienen posibilidades de vida, el resto, la gran mayoría de la humanidad es condenada a sobrevivir en condiciones de infraanimalidad.
Entonces, con el capitalismo el futuro es la extinción, y el presente es de la angustia de una existencia incierta, en la que la lucha por la vida es la lucha contra nuestros semejantes, que dejaron de ser hermanos para ser mercancías en competencia.
El signo del capitalismo es la inseguridad: de no saber si mañana saldremos con éxito de esta lucha individual por la vida, si mantendremos el trabajo de hoy, si una enfermedad nos arruina, si mañana nos expulsan del mercado de las mercancías humanas, si no tendremos nada que vender, ni siquiera la fuerza bruta de trabajo. La inseguridad de no saber si algún antisocial individual, surgido de esta organización capitalista que es antisocial, encarna en nosotros a todos los privilegiados del planeta y toma justicia por su propia mano.
Contra este monstruo luchamos, este es el enemigo en esta guerra definitiva.
El sistema capitalista se defiende, se mantiene porque deformó el alma del humano, lo hizo egoísta, anuló su sentido fraterno y altruista, aplastó su instinto de conservación, lo embriagó de consumismo, lo sumerge en un mundo ficticio donde el hombre se vende para poder comprar, y lo que compra son cosas que se desvanecen en el intento de dar contenido a la existencia que siempre es vacía.
El objetivo final de esta guerra es el espíritu del dominado, allí se decide el futuro de la humanidad.
El sistema capitalista en esa batalla usa todos sus recursos, desde la bomba nuclear, torturas, invasiones, genocidios, magnicidios, de todo usan contra los brotes de insurgencia, pero su mejor arma son las intelectuales, las dirigidas a deformar el espíritu.
Los oligarcas desde siempre entendieron que son las cadenas del espíritu las únicas que pueden mantener su dominación, y por eso construyeron un sistema de manipulación del alma que es poderosísimo: la escuela que ideologiza en la deformación, el cine, la televisión, la iglesia, los cedice y demás tanques pensantes, todo conforma una tela monstruosa que talla al hombre a imagen y semejanza de una mercancía útil para el capitalismo.
Esta es la guerra, la mejor manera de perderla es no reconocerla y extraviarnos en ficciones de convivencia.
¡Al capitalismo ni tantico así!
¡Chávez es Socialismo!

13.7.09

CONCIENCIA DEL DEBER SOCIAL

En el capitalismo, y también en todos los sistemas que lo antecedieron, la característica principal es la propiedad nosocial de los medios de producción, y la conciencia egoísta que allí se entrelaza. El individuo intenta resolver los problemas sociales de manera individual, de esa manera se entabla una guerra de todos contra todos.
En el Socialismo, en contraste, la característica principal es la Propiedad Social de los medios de producción, y la Conciencia del Deber Social que con ella se relaciona.
Conciencia del Deber Social es la conciencia de la pertenencia a la sociedad, el convencimiento de que la suerte de la sociedad depende del esfuerzo de cada uno de sus hijos, y que la suerte de cada uno de los individuos depende de la suerte de la sociedad toda, la certeza de la imposibilidad de las salidas individuales a los grandes problemas sociales. Se establece así la sociedad del amor.
El Socialismo consiste en la sustitución de la conciencia egoísta por la Conciencia del Deber Social, no es una tarea fácil, se trata del salto más importante de la humanidad, es, como dirían los clásicos, saltar de la prehistoria a la historia, del reino de la necesidad al reino de la libertad.
Podemos decir que el avance del Socialismo se mide por el avance de la Conciencia del Deber Social, por la comprensión de las masas de su pertenencia a la sociedad. Allí reside la importancia de las formas de Propiedad Social, son indispensables para construir la hegemonía de esta conciencia.
La más poderosa de las armas capitalistas para perpetuar su expoliación de la humanidad, es la conducta sustentada en siglos de adiestramiento para lo egoísta, para lo inmediato, en esas conductas basan lo principal de la lucha contra la Revolución. Preguntémonos : ¿Cuántas iniciativas de organización sucumben en el egoísmo? ¿Cuántos liderazgos se pierden en la falta de comprensión, o en la mezquindad? ¿Cuántas importancias hemos cambiado por un “plato de lentejas”? ¿Cuántas decisiones hemos tomado guiados por lo egoísta y el beneficio inmediato?.
Durante mucho tiempo los revolucionarios, por una mala lectura de los clásicos, pensaron que la Conciencia del Deber Social brotaba espontáneamente del cambio de las condiciones materiales.
Así, bastaba socializar los medios de producción, y la conciencia vendría por añadidura. Aquella fue una equivocación que costó, y aún cuesta, muchas derrotas al movimiento revolucionario.
El gran instrumento educativo para conquistar la Conciencia del Deber Social es el Trabajo Voluntario.
A la par de la Socialización de los medios de producción, es necesaria una gran campaña de concientización y divulgación del Trabajo Voluntario. Una emoción por el Trabajo Voluntario debe recorrer a toda la sociedad.
Invitaciones y oportunidades de Trabajo Voluntario deben cruzar a todo el aparato del Estado, el país debe poblarse de obras construidas con Trabajo Voluntario, orgullo para la sociedad, indicadoras de que una nueva sociedad es posible.
Al revolucionario debe darle vergüenza no hacer Trabajo Voluntario, a ese estado de conciencia, de entrega al Deber Social, hay que llegar.
¡Chávez es Socialismo!

12.7.09

LECCIÓN EN TEGUCIGALPA

Una de las claves para una Revolución exitosa es una alta capacidad de aprendizaje, todo hecho lleva una enseñanza, de todos hay algo que aprender.
La sonrisa de un humilde, la mirada de un oligarca, una chispa social en algún pueblito del interior, el cerramiento de una calle, la huelga de una fábrica, una brisa que cambia de rumbo, un oleaje que se calma, el espanto de unas aves, en todos hay una lección.
Las enseñanzas de una conmoción social son de importancia vital, nadie que pretenda Revolución puede ignorarlas. Por eso debemos analizar con rigor los sucesos de Honduras. Veamos.
Primero una reflexión general: toda sociedad capitalista lleva en su interior una profunda lucha de clases, por tanto, en cualquier nación, por muy pacífica, controlada, sumisa que nos parezca, están encerradas fuerzas de cambio y de reacción que pueden chocar de mil maneras, por mil causas, y producir una situación revolucionaria, una turbulencia.
Una segunda reflexión: el deber de los revolucionarios es estar presentes en estas turbulencias, preverlas, estimularlas, conducirlas hacia las fronteras del cambio.
Sin duda esto sucede en Honduras y ha sucedido muchas veces en muchas partes del mundo, pero, y he aquí un punto que merece estudio, la Revolución avanza, se concreta en un número muy pequeño de estas situaciones de conmoción.
Surge una pregunta: ¿Qué falla en estás turbulencias, por qué que son atrapadas nuevamente por la restauración?
La situación de Honduras se ha repetido a lo largo de la historia: pueblo alzado, Esperanzas inmensas, situación de miseria clamando cambios, y la energía social disipada inútilmente. ¿Dónde está la falla?
La importancia de la respuesta merece un análisis. Veamos.
Falló la organización popular, quizá, los objetivos no estaban claros, es posible, los líderes dudaron, no es descartable, se cometieron errores de conducción, es aceptable, las fuerzas enemigas eran muy poderosas, siempre es así.
Si estudiamos estos eventos en la América, encontraremos todos estos componentes en las derrotas de las posibilidades revolucionarias. Pero si dejáramos el análisis hasta aquí no estaríamos avanzando mucho, nos quedaríamos sólo en la expresión de un fenómeno que está más profundo: la falla ideológica.
La debilidad ideológica produce todas las deficiencias que arriba señalamos en los procesos de turbulencia.
Generalmente los procesos en el Continente, por las mismas condiciones sociales y económicas de la América, son dirigidos por la ideología de la pequeña burguesía, y ya sabemos que no es afín a la organización, que gusta de la conciliación, que es pusilánime a la hora de las definiciones, que carece de profundidad estratégica, etc. Estas no son descalificaciones ni ofensas hacia la ideología pequeño burguesa, simplemente son evidencias históricas.
La conclusión es muy clara: Quien quiera hacer Revolución debe ante todo dotarse de una poderosa ideología y una sólida conducta revolucionaria, la del proletariado, esta es una condición indispensable para el éxito.
La ideología reformista, pequeño burguesa, por más buena intención que tenga, siempre nos dejará esperando la próxima turbulencia.
¡No creerle al Imperio ni tantico así!
¡Chávez es Socialismo!