15.6.07

EL DESGARRAMIENTO

Así como dijo Gramsci al referirse a los procesos revolucionarios: “son procesos donde lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir”, podríamos decir lo mismo de los revolucionarios: dentro de ellos hay un hombre nuevo que no termina de nacer y un hombre viejo que no termina de morir. La lucha, la contradicción, la paradoja íntima, es brutal.
El revolucionario auténtico es un hombre desgarrado por mil contradicciones: vive en el pasado y tiene su alma en un futuro que sueña con construir.
Si a este hombre, desgarrado por sus tensiones internas, lo encontramos en una revolución convencional, donde las circunstancias violentas del arribo al poder podan lo viejo y abonan lo nuevo, con más razón lo encontraremos en una revolución como la Bolivariana, donde las circunstancias pacíficas del arribo al poder no filtran los vicios del pasado, al contrario, los aúpan. Aquí la feroz batalla íntima es mil veces mayor, es potenciada por el ambiente.
De aquí que para la Revolución Bolivariana, para cualquier Revolución, es necesaria la existencia de un fuerte núcleo revolucionario que irradie ética, moral, espíritu revolucionario sobre el resto de la población.
En la Revolución Cubana el gran núcleo de socialismo fue la Sierra Maestra, allí se ejercitó la solidaridad, el absoluto desprendimiento material, la elevada espiritualidad revolucionaria.
La columna guerrillera fue, en circunstancias límites para la vida, un embrión de sociedad socialista: se comía por una milagrosa multiplicación de los panes, se dormía en Socialismo: la vida de todos se depositaba en el amor de uno: el compañero de guardia. Se marchaba no como la suma de individuos, sino como una pequeña Sociedad Socialista, donde la suerte del individuo y del todo estaba entrelazada en un sueño común.
Estas características amorosas, que vienen desde el Gramma, marcaron a la Revolución Cubana y tallaron a ese pueblo, facilitaron la solución del desgarramiento íntimo hacia el lado revolucionario, e hicieron posible que ese pueblo resistiera la soledad y creara doctrina y ética revolucionaria, que hoy es vital.
En una revolución como la Bolivariana, que llega al poder por un aluvión electoral, que por sus características debe usar el elucidario de la sociedad que quiere superar, es indispensable el núcleo generador de espíritu socialista. Es imprescindible que esta revolución produzca una zona, un grupo de hombres, que sirva de referencia ética socialista al resto de la población, de aliciente, de ejemplo a seguir.
Esta zona, este grupo de hombres, deben ser guiados hasta el exceso por los estímulos morales. Esta Revolución debe estar afianzada en el espíritu, más que en lo material. Debemos tener mucho cuidado con los estímulos materiales, recordemos siempre que el dinero puede comprar todo, menos la voluntad de hombres para que consagren su vida a la noble causa de cambiar a la sociedad, de construir universos.
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Defensores de la Humanidad!

IDEOLOGÍA, ESTADO Y DIRECCIÓN

Los capitalistas, siempre enemigos del Socialismo, atacan al proceso en muchos flancos, pero principalmente en la ideología, ellos saben que derrotando, confundiendo a los revolucionarios en este campo, yugulan la posibilidad de avanzar hacia el Socialismo.
Donde la oligarquía pone más empeño en sus ataques, es en la ideología. Sabe que una ideología, una teoría clara, las ideas justas de que hablaba Martí, son capaces de derrotar ejércitos y fundar universos. Veamos.
Desde que el Comandante decretó la meta de ir hacia el Socialismo, inmediatamente entraron en acción las artimañas para impedir la construcción de un cuerpo teórico riguroso que nos permitiera definir rumbos.
Se dijo que nuestro Socialismo era nuestro y no se parecería a ninguno. De esta forma y de un plumazo, se desechó todo el acervo teórico de siglos de trabajo, de estudio y de lucha revolucionaria universal.
Se desprestigiaron las históricas experiencias revolucionarias, se magnificaron errores, se falsificaron las causas de las derrotas, y se sacaron conclusiones que mutilaban la posibilidad de aprender de la extraordinaria riqueza teórica de aquellos eventos. De esa manera, por ejemplo, se despreció a los bolcheviques, y toda la riqueza de la Revolución soviética se simplificó en una sola palabra: ¡fracasó!
Se citaron fuera de contexto ideas de los grandes pensadores patrios para justificar la improvisación, así el “inventamos o erramos” de Simón Rodríguez, se usa para justificar cualquier disparate.
Se desacreditó a la discusión, endosándole indisciplina.
Esta deformación, de la que lo anterior son sólo ejemplos, ha hecho su labor de zapa. Hoy encontramos el absurdo de “teóricos” que deberían definir al Socialismo, y sólo dicen con desfachatez que el Socialismo nuestro no se sabe cómo será, que se “inventa en el día a día”, de esta manera lo despojan de rigor y precisión teórica. Así lo debilitan condenándolo a la confusión y a ser presa fácil de las corrientes enemigas.
Es imprescindible un cuerpo teórico sólido, definido, del Socialismo Bolivariano, que adapte la experiencia universal a nuestras condiciones, que se enriquezca con nuestras experiencias históricas, que se nutra del árbol de las tres raíces, y también de Cristo, de Salvador de la Plaza, de Fabricio, de Américo Silva, y también de Martí, de Lenin, de Trotsky, de Rosa Luxemburgo, de Mao, del Che y de Fidel, y por supuesto, de Marx.
No hacerlo bañará de confusión y ambigüedad a todas las actividades de la Revolución: la formación del partido, la recuperación de las señales radioeléctricas, la función del Estado, las relaciones de propiedad, la inversión de la renta.
Para la Revolución Bolivariana es tarea de primer orden construir un cuerpo teórico definido del Socialismo Bolivariano. Un Estado Socialista poderoso, con personalidad, capaz de dirigir sin complejos a la sociedad. Un centro de dirección política.
Estos tres pilares potenciados y potenciando el liderazgo del Comandante Chávez son garantía de avance en el rumbo al Socialismo.
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

CITAS DE UN EXTREMISTA

En tiempos de torcimiento, de consejas contrarrevolucionarias, de cantos de sirenas. Allí está, siempre contamos con él: El Che, acción y teoría, Quijote de la hermosa tarea de hacer una
Revolución, y defenderla de los demonios que nos habitan.
Que hable el guerrillero heroico:
“Creo en la lucha armada como única solución para los pueblos que luchan por liberarse y soy consecuente con mis creencias. Muchos me dirán aventurero, y lo soy, sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades”.
“Hoy quizás provoque algunas retracciones, sobre todo en algunas altas esferas industriales, pero ya lo decía Lenin, la política de principios es la mejor política. El resultado final será magnífico”.
“…Supimos que era cierto, en una Revolución se triunfa o se muere si es verdadera”.
“Luchar contra el imperialismo donde quiera que esté”.
“Al imperialismo no hay que creerle ni tantico así”.

“Nos hemos hecho el firme propósito de no ocultar una sola opinión por motivos tácticos, pero, al mismo tiempo sacar conclusiones que por su rigor lógico y altura de miras ayuden a resolver problemas y no contribuyan sólo a plantearse interrogantes sin solución”.

Refiriéndose al Socialismo: “¿Cuál será la ley económica fundamental en caso de existir? Creo que sí existe y que debe considerarse a la planificación como tal. La planificación debe calificarse como la primera posibilidad humana de regir las fuerzas económicas”.

“… el gran caballo de Troya del Socialismo, el interés material directo como palanca económica”.

“Todo parte de la errónea concepción de querer construir el Socialismo con elementos de capitalismo sin cambiarles realmente la significación. Así se llega a un sistema híbrido que arriba a un callejón sin salida o de salida difícilmente perceptible que obliga a nuevas concepciones, a las palancas económicas, es decir, al retroceso”.
“La planificación es la primera etapa de la lucha del hombre por adquirir pleno dominio sobre las cosas. Casi se puede decir, que la idea de la planificación es un estado de espíritu condicionado por la posesión de los medios de producción y la conciencia de la posibilidad de dirigir las cosas, de quitarle al hombre su condición de cosa”.
“El deber social del individuo es el que lo obliga a actuar en la producción, no su barriga”.
“El hombre no trabaja para sí mismo, trabajará para la sociedad de que es parte, cumple su deber social”.
“Todos los residuos del capitalismo son utilizados al máximo para eliminar el capitalismo. La dialéctica es una ciencia, no una jerigonza. Nadie explica científicamente ese contrasentido”.
“Mi manera de hacer siempre las cosas, es decir la verdad, personalmente creo que es lo mejor de todo”.
“Porque el estimulo moral con la autogestión financiera, sí que no camina ni dos pasos, se enreda en sus propias patas y se cae de cabeza, pero seguro, es imposible”.
¡El Che y Chávez no se negocian!
¡Orden del Libertador para los Cinco Defensores de la Humanidad!

14.6.07

La calma reina en CARACAS

Ya los jóvenes manifestantes se replegaron a sus exámenes y vacaciones. La calma reina en Caracas. Es hora de un recuento que nos permita ajustar las fuerzas y enfrentar las nuevas ofensivas. Veamos.
El cese de la concesión a radio caracas, anunciado con meses de antelación, le sirvió a la oligarquía para prepararse y activar una embestida que tiene características novedosas.
Es un ataque planificado por agencias extranjeras especializadas en tareas desestabilizadoras. Consiguieron incorporar nuevos actores: a los jóvenes sifrinos de las universidades privadas y públicas. Además dotaron a sus movilizaciones de motivaciones estratégicas: la lucha por la libertad y contra Chávez.
En el lado bolivariano, el día del cese de la concesión nos agarró inexplicablemente desprevenidos, la movilización nuestra tuvo debilidades, padecimos la falta de centros de dirección y hubo indefinición ideológica en nuestras filas, lo que disminuyó la fuerza de nuestra respuesta.
No entendimos rápido que enfrentábamos una embestida planificada, muchos se comieron el cuento de que era una mera lucha por la libertad de expresión. Frente a las manifestaciones hubo vacilaciones conspicuas.
En el análisis de esta fase del enfrentamiento debemos ir a buscar las fallas y los aciertos nuestros, en las corrientes ideológicas que se mueven en la Revolución Bolivariana:
La corriente restauradora, que tiene mucha fuerza, consiguió imponer su conducta. De allí que la respuesta no se dio, fundamentalmente, desde el Socialismo, sino desde una especie de ficción democrática: “Venezuela ahora es de todos”, de ambigüedad, de vergüenza de ser Socialista. De esta manera despojamos a las filas bolivarianas de razones sagradas por las cuales luchar, de la grandeza de la batalla que libramos, de la emoción para el combate.
Esta respuesta timorata es hija de la ambigüedad en la economía, que propone una especie de “socialcapitalismo”, que es expresión de los que evitan ir al fundamento del Socialismo: Conciencia del Deber Social y Propiedad Social de los medios de producción, administrados por el Estado. En su lugar proponen cualquier disparate, cualquier improvisación, con tal de no hacer lo que hay que hacer, construir el Socialismo auténtico, sin excusas.
Ha llegado la calma y el último combate nos dejó enseñanzas que debemos aprovechar.
La enseñanza fundamental es la necesidad de fortalecer la Teoría Socialista, el Socialismo no puede entrar en combate sin precisión teórica. Es urgente precisar y fortalecer las bases materiales y espirituales del Socialismo. Es necesario evitar que el Socialismo del siglo veintiuno se convierta en refugio para la improvisación, la falta de rigor, y en una etiqueta que enmascare a la restauración.
De no hacer esta precisión teórica, lo que hoy aparece como un síntoma, mañana se hará una epidemia: el Socialismo perderá la emoción y se ahogará en un mar de confusión. Debemos entender que una Revolución será, como sea la teoría que la sustente, no puede ir más allá de las ideas que la muevan.
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

13.6.07

Con el Che en el corazón

Tuvimos las primeras noticias del Che por Radio Rebelde. Aquellas voces nos llenaron de Revolución, se ganaron nuestro corazón y nuestra acción.
Fidel, el Che, nos insuflaron rebeldía, fuego revolucionario, hambre de acción, sueños. Por ellos supimos que volvía la época heroica de la independencia, que las batallas no habían concluido. Dulcineas esperaban sus Quijotes, los cielos de la Patria volvían a ser surcados por aves libertarias.
Esa fue la primera luz que recibimos de la Revolución Cubana, la luz que enciende el corazón de los revolucionarios.
En Venezuela la Revolución que derrocó a Pérez Jiménez fue traicionada. Ser fiel a dogmas y manuales nos costó medio siglo de pacto de punto fijo. El reformismo tomó las riendas de la Revolución y construyó la ignominia.
La pasión y el sentimiento empujó al Pueblo traicionado a las montañas, allá fue su vanguardia, desesperada a buscar el camino que se perdió el 23 de enero, los jóvenes partieron a no dejar morir el sueño, con ellos iban Fabricio, Argimiro, y también el Che.
Volvimos la mirada al Che y lo leímos. Su Guerra de Guerrillas fue libro obligado de todo joven revolucionario, aprendimos que: “La velocidad de una columna guerrillera está determinada por la velocidad del más lento”. Máxima guevariana cargada de humanismo, significaba la eliminación del individualismo. La columna guerrillera era práctica y teoría de la sociedad socialista: el individuo sólo puede realizarse en sociedad.
Se luchó con desprendimiento, pero no se consiguió detener el desmoronamiento, la derrota que se desprendía del 23 de enero.
Vino el desencanto, el desasosiego. Fueron años duros, un desierto que duró muchos años. Oímos a Fidel reconocer que el Che había caído en combate, y lloramos en silencio, como se llora a los santos. Y supimos que era cierto, “que en una Revolución se triunfa o se muere si es verdadera”.
Hoy, sin el pensamiento del Che, no sería posible construir la Revolución Bolivariana. Todos los días una idea del Che sale al campo de batalla a enfrentarse al reformismo, al dogmatismo, y a la contrarrevolución.
Cuando los reformistas dentro de la Revolución argumentan que hay que hacer un híbrido entre capitalismo y Socialismo: el Che sale a la palestra y les responde.
Cuando los contrarrevolucionarios dicen que el Socialismo soviético fracasó por ser muy socialista: en el Che está el desmentido.
Cuando proclaman que el Pueblo no entiende sino estímulos materiales: el Che emerge y los refuta.
Cuando es necesario enfrentar la corrupción, la ineficacia, el despilfarro: el Che con su ejemplo combate esos vicios.
Cuando los reformistas pontifican que la Revolución no es posible: en el ímpetu del Che está la respuesta.
Cuando los renegados postulan que el Che no tiene nada que decir a la América: entonces el Che toma en sus manos la espada de Bolívar y echa a andar encabezando Pueblos hacia su liberación.
¡Chávez y el Che, no se negocian!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

12.6.07

EL DESGARRAMIENTO

Así como dijo Gramsci al referirse a los procesos revolucionarios: “son procesos donde lo nuevo no termina de nacer y lo viejo no termina de morir”, podríamos decir lo mismo de los revolucionarios: dentro de ellos hay un hombre nuevo que no termina de nacer y un hombre viejo que no termina de morir. La lucha, la contradicción, la paradoja íntima, es brutal.
El revolucionario auténtico es un hombre desgarrado por mil contradicciones: vive en el pasado y tiene su alma en un futuro que sueña con construir.
Si a este hombre, desgarrado por sus tensiones internas, lo encontramos en una revolución convencional, donde las circunstancias violentas del arribo al poder podan lo viejo y abonan lo nuevo, con más razón lo encontraremos en una revolución como la Bolivariana, donde las circunstancias pacíficas del arribo al poder no filtran los vicios del pasado, al contrario, los aúpan. Aquí la feroz batalla íntima es mil veces mayor, es potenciada por el ambiente.

De aquí que para la Revolución Bolivariana, para cualquier Revolución, es necesaria la existencia de un fuerte núcleo revolucionario que irradie ética, moral, espíritu revolucionario sobre el resto de la población.
En la Revolución Cubana el gran núcleo de socialismo fue la Sierra Maestra, allí se ejercitó la solidaridad, el absoluto desprendimiento material, la elevada espiritualidad revolucionaria.
La columna guerrillera fue, en circunstancias límites para la vida, un embrión de sociedad socialista: se comía por una milagrosa multiplicación de los panes, se dormía en Socialismo: la vida de todos se depositaba en el amor de uno: el compañero de guardia. Se marchaba no como la suma de individuos, sino como una pequeña Sociedad Socialista, donde la suerte del individuo y del todo estaba entrelazada en un sueño común.
Estas características amorosas, que vienen desde el Gramma, marcaron a la Revolución Cubana y tallaron a ese pueblo, facilitaron la solución del desgarramiento íntimo hacia el lado revolucionario, e hicieron posible que ese pueblo resistiera la soledad y creara doctrina y ética revolucionaria, que hoy es vital.
En una revolución como la Bolivariana, que llega al poder por un aluvión electoral, que por sus características debe usar el elucidario de la sociedad que quiere superar, es indispensable el núcleo generador de espíritu socialista. Es imprescindible que esta revolución produzca una zona, un grupo de hombres, que sirva de referencia ética socialista al resto de la población, de aliciente, de ejemplo a seguir.
Esta zona, este grupo de hombres, deben ser guiados hasta el exceso por los estímulos morales. Esta Revolución debe estar afianzada en el espíritu, más que en lo material. Debemos tener mucho cuidado con los estímulos materiales, recordemos siempre que el dinero puede comprar todo, menos la voluntad de hombres para que consagren su vida a la noble causa de cambiar a la sociedad, de construir universos.
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Defensores de la Humanidad!

11.6.07

El EMETERIO, HOMBRE DE POCA FE

Siempre nos había parecido Emeterio Gómez una ficción de intelectual aupado por la oligarquía a la que sirve. A veces hasta nos era simpático en sus pretensiones de polémicas con los grandes, en otras ocasiones se nos parecía un muchacho queriendo llamar la atención, siempre lo consideramos un tinterillo inofensivo.
Pero, el domingo 10 de junio se destapa con una faceta francamente canallesca: todo su odio y su condición de sicario la muestra en su columna que, tal como antes manchaba de estulticia, ahora mancha de sangre las páginas de El Universal. Veamos.
En la columna de marras, escribe Emeterio: “!nadie te va a matar Hugo! No porque a mucha gente le falten ganas, sino porque es más inteligente dejar que tú solito te destruyas aferrado a la más absoluta inviabilidad del Socialismo (…) Nadie va a matarte, porque en tu caso se aplica aquella aguda frase de un político inglés del siglo XIX: ¡más que un crimen sería un error!”
Queda evidente el alma fascista de este ideólogo de la oligarquía, y su vocación de verdugo. Para Emeterio lo inconveniente, lo inmoral del magnicidio no es que sea un atentado a la vida del Presidente, sino que es un error, no por ser un crimen, sino porque hay otra opción mejor.
¡No condena al magnicidio, el asesinato del Presidente! Lo desecha porque hay “opciones mejores”.
No es extraña esta posición de emeterio, ella emana de su pensamiento de que el hombre es cruel por naturaleza y está atrapado en el capitalismo. Es la posición de un hombre que perdió la fe en el hombre.
En esta idea derrotista lo acompañan los oligarcas: ningún político, clérigo, estudiante, rector, artista o cualquier personaje de la oposición ha condenado el magnicidio. En el fondo todos han perdido su fe en el hombre, de ellos nada se puede esperar, están metalizados.
Este episodio, este desenmascaramiento de emeterio, es un alerta para los sectores bolivarianos que aún creen que podemos ir a una convivencia con los fascistas, y tienden puentes buscando pactos y acuerdos.
Debemos desechar las ilusiones ¡Esos oligarcas son fascistas! Todos, unos más y otros menos evidentes, pero todos fascistas. No perdonan ni a Ismael, que su buen escupitajo se ganó por guabina.
Nosotros debemos dejarnos de coqueteos con los fascistas y combatirlos de la única manera posible, profundizando el Socialismo. Dejando a un lado las ambigüedades teóricas y prácticas, convenciéndonos de una vez que estos Pueblos sólo tienen una opción: el Socialismo Auténtico, el de la Propiedad Social de los medios de producción y la Conciencia del Deber Social, el que pregonaba el Che, el único que hay, el de hoy y el de mañana.
Frente a una Revolución débil, ambigua, timorata, el fascismo avanza. Frente a una Revolución fuerte, decidida, constructora, exitosa, el fascismo retrocede.
¡Si se meten con el Comandante sentirán el fuego popular!
¡Chávez no se negocia!
¡El Socialismo no se negocia!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!