Los científicos mundiales, conocedores de la tragedia definitiva que amenaza al planeta, desilusionados con la poca atención que los gobernantes prestan al peligro, se han dedicado con vigor a estudiar las vías de salvación para la humanidad. La pregunta que motiva sus investigaciones es sencilla ¿Qué se debe hacer para superar la tragedia que ya es inevitable?
En esta búsqueda encontraron un laboratorio excepcional e inesperado: Cuba Socialista. Esa sociedad había superado con éxito una situación igual a la tragedia que vaticinan todos los cálculos científicos. Veamos.
Durante el llamado “período especial”, después del derrumbe de la Unión Soviética, la economía de Cuba cayó casi noventa por ciento: el aporte de petróleo bajó a cero, los fertilizantes para la agricultura a cero, medicamentos casi a cero, alimentos más de ochenta por ciento. Además, el sometimiento a un bloqueo económico profundizó la tragedia, la privó de lo más necesario, padeció una situación similar a la que se espera cuando la humanidad llegue a los límites de desarrollo del sistema capitalista, lo que se prevé para dentro de muy pocos años.
Cuba no sucumbió a las condiciones perversas ¿Cómo hizo? ¿cómo se mantuvo en pie? ¿cómo superó una situación que a cualquier sociedad capitalista la hubiera sumergido en la más espantosa de las zozobras, en el naufragio?
Cuba reacomodó su economía: desempolvó métodos ya casi olvidados de cultivo, volvieron los bueyes, el ritmo de la vida cambió, las necesidades tomaron otras dimensiones, se ajustaron las prioridades. La resistencia de aquel pueblo a las penurias es ejemplo para el resto del planeta. El heroísmo fue común.
Los análisis científicos señalan que dos puntos principales soportan el milagro: en Cuba se rescató la armonía del hombre con la naturaleza. El hombre volvió a mirar el cielo, la luna y las estrellas hablaron con el agricultor, le enseñaron lo olvidado. Se volvió a una agricultura orgánica, con multicultivos, siguiendo las enseñanzas de los bosques. Se rescataron los abonos orgánicos. El tiempo del hombre se adaptó a los tiempos de la vida. La naturaleza arropó con su manto de sabiduría a aquella sociedad que se resistía a perecer, que se aferraba a la humanidad perdida.
Todo eso fue posible porque el hombre se fundió con sus hermanos, y juntos rescataron la fuerza del amor. Vivieron como mandan las religiones, demostraron que hay esperanzas para la Humanidad , que unidos en un mismo empeño somos invencibles, que juntos podemos detener la barbarie capitalista.
Cuba es sin duda la única potencia mundial, el modelo de sociedad humana viable, la que marca el camino de la sobrevivencia. Las demás son potencias suicidas. Demuestra que sólo el rescate del amor en las relaciones entre los hombres, y de estos con la naturaleza, puede salvarnos… eso es el Socialismo. El dilema de la humanidad es, hoy más que nunca, Socialismo o extinción. Allí está el camino, transitémoslo…
¡Chávez es Socialismo!
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