20.7.07

LA UNIÓN SOVIÉTICA CAYÓ POR CAPITALISTA, NO POR SOCIALISTA

La caída de la Unión Soviética sirve de soporte a infinitas manifestaciones contrarrevolucionarias, desde las que postulan el fin de la historia y la muerte del marxismo, hasta las más sutiles con retórica socialista pero práctica capitalista, que se apoyan en una lectura interesada de la experiencia Soviética para falsificar al Socialismo y despojarlo de su esencia.
Recientemente salieron a la luz los “Apuntes Críticos al Manual de Economía de la Academia de Ciencia de la URSS”, que recoge las opiniones del Che Guevara sobre esa economía. Es importante el estudio de este libro, allí se encuentra la opinión, o deberíamos decir, la premonición cierta del Che sobre el destino de ese sistema. Veamos.
Dice el Che:
“se sabe desde viejo que es el ser social el que determina la conciencia y se conoce el papel de la superestructura; ahora asistimos a un fenómeno, interesante, que no pretendemos haber descubierto pero sobre cuya importancia tratamos de profundizar: la interrelación entre la estructura y la superestructura. Nuestra tesis es que los cambios introducidos a raíz de la Nueva Política Económica (NEP) han calado tan hondo en la vida de la URSS que han marcado con su signo toda esta etapa. Y sus resultados son desalentadores: la superestructura capitalista fue influenciando cada vez en forma más marcada las relaciones de producción y los conflictos provocados por la hibridación que significó la NEP, se están resolviendo hoy a favor de la superestructura; se está regresando al capitalismo.”
Aquí el Che es claro y categórico: la URSS estaba regresando al capitalismo, la Nueva Política Económica creaba una superestructura, es decir, una conciencia capitalista que se comió al Socialismo. La URSS se hunde por haber estimulado conciencia capitalista, entonces, lo que le faltó a la URSS fue Socialismo, y lo que le sobró fue capitalismo.
Oigamos esta enseñanza del Che, hoy cuando definimos rumbos, cuando algunos postulan la tesis de que es suficiente la propiedad social de las grandes empresas nacionales y en el entorno de ellas estimular formas capitalistas, que según el pronóstico acertado del Che, derrotan al Socialismo.
Si eso fue atinado, verdadero para la URSS, en nuestro proceso embrionario será inexorable.
El esquema propuesto de propiedad social de las grandes empresas y dejar su entorno económico sometido al juego de un mercado que pretenden controlado por el Estado, necesariamente creará conciencia capitalista y terminará comiéndose, privatizando, a las empresas que ahora son propiedad social.
Este fue el camino que transitó el país antes de la llegada del Comandante, recordemos todo lo que se privatizó y que ya iban por PDVSA. Ese es el camino que vaticina la enseñanza del Che.
Y cabe recalcar que ese pronóstico se cumplirá por encima de los deseos de los gobernantes, y por encima de lo escrito en la Constitución, porque son la evolución natural del capitalismo y su conciencia.
¡Rodilla en tierra con Chávez y el Socialismo auténtico!
¡Orden del libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

LOS CUADROS

La escasez de cuadros, de dirigentes, es común a muchas Revoluciones, estas arriban al poder emergiendo abruptamente desde las entrañas del pasado, en estas condiciones no han formado los cuadros que necesitan para la construcción revolucionaria. Esta carencia merece toda la atención, de cómo se resuelva depende en gran medida el éxito revolucionario.
La Revolución Bolivariana es un caso típico de Revolución con escasez de cuadros, de dirigentes revolucionarios. Siendo así cabe la pregunta:
¿De dónde surgen los cuadros?
Lo primero que debemos precisar es que la formación de cuadros es un fenómeno social que depende del espíritu revolucionario que impregne a la época.
Al principio, sólo hay un pequeño núcleo revolucionario, muy reducido, a veces es de sólo una persona, pero si las ideas son correctas, es suficiente. Las ideas se expanden por toda la sociedad sirviendo de referencia moral, construyendo la ética revolucionaria, creando el ambiente social para la formación y la actividad de los cuadros.
Podemos afirmar, que la falta de cuadros revolucionarios, manifiesta debilidad de ideas revolucionarias. De allí que, si queremos analizar la carencia de cuadros, un primer paso es analizar la debilidad en las ideas. Veamos algunas causas de esa debilidad:
De los regates tácticos se han construido teorías estratégicas que nos alejan del Socialismo. Es así, que hemos transformado a la necesidad coyuntural de que el Socialismo conviva con el capitalismo nacional ya existente, en una teoría de un híbrido Socialismo-capitalismo que justifica el crecimiento del capitalismo, al punto de que el ministro de finanzas declara que se ha duplicado en los últimos años.
De las experiencias de intentos socialistas hemos sacado conclusiones sin asidero, distorsiones, que nos llevan a generalizar los errores allí cometidos, a deformar las causas de sus fracasos atribuyéndoselos al Socialismo. Tal es el caso de la Unión Soviética, que el Che sostiene y demuestra que caería por capitalista y no por socialista.
Nos hemos dejado intimidar con la patraña del capitalismo de estado, y hemos construido un “Estado avergonzado de ser Estado”, un Estado arrinconado, temeroso de cumplir su papel de poder popular, de representante del Pueblo.
No conseguimos aclarar el problema de la propiedad, confundimos Propiedad Social, con propiedad colectiva, comunal, privada, y esa confusión se refleja en la conciencia. No le damos al problema de la Propiedad Social de los medios de producción la importancia vital que tiene para la construcción del Socialismo.
Soterradamente satanizamos al Socialismo, como un sistema que no es democrático, cuando es el ¡único sistema democrático! ¡En el capitalismo no hay democracia! Y esta falta de fe nos hace ser vacilante en la construcción del Socialismo.
No conseguimos instalar la conciencia de pertenencia a la sociedad, aún nos movemos en los criterios de éxito individual propios del capitalismo, lo individual egoísta predomina en la actividad de los ciudadanos.
¡Chávez y Pueblo son Socialismo!
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

¿CONTRA QUE LUCHAMOS?

Los Revolucionarios luchamos contra nuestra época, no hay sendas milagrosas.

Si la batalla es contra la época, es contra nosotros mismos.

Se trata de desarraigarnos, cortar las raíces que nos atan a la realidad, al sentido común, y fundar nuevas realidades, nuevas raíces, nuevos sentidos.

Sólo los dioses y los humanos son capaces de esta hazaña.

Es este atributo del humano el que transforma al simple animal que somos, en creador y a la vez destructor de mundos.

Capaz de construir la bomba atómica, y también de crear Unicornios Azules.

De construir Babilonias, y también desaparecer Hiroshimas.

Las épocas fundacionales se presentan poquísimas veces en la vida de los pueblos escogidos.

La mayoría de las naciones no conocen la oportunidad y se extinguen poco a poco en una vida fastidiada, sin más emociones que la que se desprenden de lo habitual.

Nosotros estamos en oportunidad de cortar raíces y fundar realidades, los signos de la Era son claros:

¡Los próceres han regresado!

A esculpir la roca que impidió el camino. Ya es hora de acudir al llamado profundo que nos llega desde siglos de extravío.

Que nadie se ate a anclas herrumbrosas,

Alcemos vuelo buscando el horizonte amplio de los grandes, dejemos atrás la nimiedad que construyeron en nosotros espíritus dolientes de mezquindad, de inmediatez.

Vamos a lo grande, que sólo es grande cuando dejamos la seguridad de lo conocido, cuando nos lanzamos sin red.

Marchemos a fundar la vida, no nos conformemos con lo poco, con pulir el pasado.

No nos regodeemos con triunfo de bufón. Intentemos lo inmenso, rasguemos el presente para ir al futuro.

¡El Pueblo de Bolívar ha regresado! Ahora cabalga junto a su espada para cumplir con el Monte Sacro y el Samán.

El espíritu de la Marcha a Oriente está de nuevo aquí, protejámoslo del interés mezquino que perdió a la Gran Colombia.

Allí en el amanecer, están esperando los pueblos por nosotros.

El Che nos aguarda, con su adarga al brazo.

Rocinante relincha por volver al camino.

Fabricio y Américo Silva se yerguen desde el campamento Venus, por todas partes sentimos el resplandor de la hoguera revolucionaria.

Los signos son claros, estamos en Era de milagros,

saltemos a las nubes, atrapemos la estrella.

Seamos humanos.

Hagamos la Revolución Socialista.

¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

www.libertadorparaloscinco.org.ve

19.7.07

¡QUE CON NOSOTROS NO CUENTEN!

Nosotros somos creyentes que la crítica y la autocrítica es motor de esta Revolución, y la ejercemos con irreverencia, es decir, criticamos siguiendo las enseñanzas del Che que explicaba: “Nos hemos hecho el firme propósito de no ocultar una sola opinión por motivos tácticos”…

El mismo Che estimulaba la crítica diciéndole a sus compañeros de trabajo:
“prefiero mil veces un tipo que me dice: mire yo no creo todo lo que usted dice, usted es un animal”…

Ejercemos la crítica desde el Socialismo y desde esta Revolución Bolivariana, Socialista y Chavista. Eso somos: Bolivarianos, Socialistas y Chavistas, y no nos molesta si nos tildan de extremistas, al contrario de herirnos, nos honra.

Somos Bolivarianos, porque creemos que esta gesta que hoy libramos es continuidad de la Revolución de la Independencia, que estamos dando concreción y cumplimiento a la obra que El Libertador dejó inconclusa.

Somos Socialistas, porque creemos que el futuro de la humanidad depende de la construcción del Socialismo, y que este país, tal como en la época de la independencia fue pionero en la faena libertaria, hoy está llamado a ser vanguardia en esta nueva y más profunda guerra de independencia de toda la humanidad.

Y somos Chavistas, porque creemos que la conexión Líder-Pueblo es imprescindible para adelantar las tareas revolucionarias, y esa conexión se ha establecido entre el Comandante y el Pueblo, de manera tal que hoy no es posible pensar en la Revolución, en la construcción del Socialismo, sin ser chavista.

En resumen, no se puede ser Revolucionario auténtico, Bolivariano auténtico, Socialista auténtico, sin ser Chavista auténtico.

No es posible pensar en avanzar hacia el Socialismo sin Chávez, esta Revolución triunfa o es derrotada con Chávez.

Es propicio reafirmar las ideas anteriores, porque andan por allí unos pseudorevolucionarios, pregonando la especie mezquina de una supuesta corriente revolucionaria que se desprendería del chavismo para unirse en un supuesto frente antichávez.

¡Que con nosotros no cuenten!

Nosotros peleamos nuestras ideas adentro, con lealtad en la acción, e irreverencia en la
discusión, pero adentro, como lo hemos hecho toda la vida.

Pensamos que es la Revolución Bolivariana, la oportunidad más importante que se le ha
presentado a este Pueblo para avanzar hacia su redención, desde la época del Libertador, y
temprano aceptamos el reto de contribuir a que se perfeccionara, que no se desviara.

En ese empeño no pedimos nada que no fuera la oportunidad de luchar por lo que siempre
hemos luchado, por la Revolución y el Socialismo.

Y estamos agradecidos “a la vida por habernos dado tanto”: la oportunidad de participar en el más hermoso intento de hacer realidad el milagro de la construcción de un mundo mejor para nuestro Pueblo.

¡Que con nosotros no cuenten! los mezquinos, que por razones subalternas no se sumaron a la gran causa de la Revolución Bolivariana y han pasado todos estos años puliendo sus egos, refunfuñando, y accionando junto a la derecha fascista. Nosotros somos revolucionarios y somos chavistas.

¡Chávez y Pueblo son Socialismo!
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

18.7.07

LA EVOLUCIÓN

Al Socialismo hemos llegado por evolución espiritual. Quizá no había otra manera, no lo sabemos, pero nosotros llegamos al Socialismo por los caminos del alma, en el espíritu popular han prendido con fuerza de huracán los sentimientos socialistas y superan todas nuestras debilidades. Veamos.
Al principio de esta Revolución nos guiaba simplemente la búsqueda del bienestar del Pueblo, no sabíamos cómo hacer, sólo que la cuarta no era el camino, que debíamos romper con el pasado, con sus conductas. Y así fuimos al hecho Constituyente y con esa irreverencia partimos el espinazo de la cuarta, derrotamos esa forma de manifestarse la dominación. Lo más importante de la nueva Constitución fue hacerla, no percibíamos la causa fundamental que dio origen a la miseria espiritual y material de la cuarta.
Seguimos avanzando y fuimos a las leyes habilitantes. Allí la oligarquía comprendió que no podía capturar a la Revolución ni a su líder, que seguramente cometeríamos errores, pero nunca renunciaríamos a la soberanía, a la independencia. Y eso no lo tolera el sistema imperial.
No hay nada que tema más el imperio que a la autonomía, a la soberanía de un país, y mucho menos si esa soberanía viene acompañada de buenas intenciones, de sentimientos de amor hacia la humanidad, porque entonces ese Pueblo encontrará el camino de su redención y será ejemplo para el resto del planeta.
Ese fue el principal valor revolucionario, lo intolerable para el imperio: La Revolución, el Comandante, no negociaron, y eso los alertó. Construyeron abril y diciembre y se toparon con el Pueblo.
Desde esos momentos la Revolución pasó a ser una posibilidad evidente. Había dos nuevos actores: ya la conexión líder-Pueblo no era sólo electoral, y esa conexión tomó la calle para defenderse. Y nos enfrentamos claramente al imperio y comprendimos que “cuando un Pueblo transita el camino de su redención tarde o temprano se topa con el imperio, si su camino es verdadero”.
Avanzamos hacia una Revolución Bolivariana y Antiimperialista, eso lo decretamos con el valiente discurso del Comandante en el Jardín Botánico.
Continuamos nuestra evolución buscando la mayor suma de felicidad para el Pueblo, y en ese camino el imperio y sus agentes nacionales nos atacaron de mil maneras: a nuestra mano extendida respondieron con agresiones, y sentimos que es el capitalismo el principal obstáculo para nuestra felicidad, porque es la madre del imperio. Para ser Bolivarianos auténticos debíamos ser antiimperialistas auténticos, debíamos ser anticapitalistas, y para ser anticapitalistas auténticos no había otra manera que ser Socialistas.
Fue así, al Socialismo llegamos por una evolución espiritual, y no material, y allí está la solidez de nuestro proceso.
Ahora la Revolución es atacada en su base espiritual: tratan de desgastar el ímpetu espiritual revolucionario desdibujando la necesidad de avanzar, así nos minan el espíritu y se facilita la creación de un nefasto pacto entre oligarcas de vieja y nueva data.
¡Nuevamente los derrotaremos!
¡Chávez y el Socialismo, son un sentimiento!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes de la Humanidad!

17.7.07

¡TODOS CONTRA EL SOCIALISMO!

Suficiente fue que el Comandante hablara de Socialismo para que una maquinaria infame moviera sus desdentados engranajes en contra de esta hermosa posibilidad. Trabaja con paciencia, sabe lo que hace, es sibilina, no da batalla frontal, toda ella es oblicua. Veamos.
Primero, desvirtuaron la idea, fueron a sus bases conceptuales y contra ellas abrieron fuego:
A la Propiedad Social de los Medios de Producción opusieron una serie de disparates, que no por galimatías fueron menos eficaces en su objetivo de debilitar uno de los pilares del Socialismo.
Se ensañaron contra la Conciencia del Deber Social. Así se prestigiaron todas las formas de solución individual a los problemas de la vida, es decir, estimularon el egoísmo contra las soluciones sociales, que son la base del Socialismo. Se promocionaba la ficción de transformar a los pobres en empresarios, los valores capitalistas se afirmaron como ejemplos de éxito, el consumo suntuario se afirmó como signo de progreso, y los “empresarios socialistas”, las cooperativas, la cogestión, las empresas de producción social, sustituyeron el lugar que correspondía a la sociedad, que de esta manera sigue fragmentada en miles de añicos egoístas.
Mientras esto hacían no descuidaron la acumulación de capital, hoy declaran con desparpajo que el sector privado, que es una manera tímida de decir, el capitalismo, crece vigoroso cada año.
Debilitaron la causa socialista en la economía y en la espiritualidad de la Revolución y del Pueblo. Ahora, cuando se sienten pisando tierra firme, se unen en un artero frente político contra el Socialismo.
Olvidaron que ayer se atacaron a muerte, ahora abril fue un “pecadillo” y el paro petrolero no existió. Con desparpajo buscan unirse en el centro y declaran que los revolucionarios son extremistas y deben ser dejados de lado, porque impiden la marcha hacia el “equilibrio”, hacia el “consenso”.
Mientras los oligarcas atacan al Socialismo y al Comandante Chávez, los neoligarcas callan, inventan diez mil desvaríos para no defender al Socialismo. A lo sumo lo usan como un clisé.
La Revolución está frente a la más peligrosa agresión de toda su corta historia, y es necesario tomar medidas. Veamos.
El Pueblo tiene grandes reservas de altruismo, por lo tanto, tiene grandes reservas socialistas. Además contamos con la sólida conexión Comandante-Pueblo, que nos da una gran oportunidad de corregir el rumbo, de rectificar y enfrentar el pacto restaurador que se fragua en nuestras narices.
Es necesario romper la parsimonia, relanzar al Socialismo con todo su vigor, declararnos en campaña por la educación Socialista, el Pueblo debe estar conciente de la necesidad histórica y humana de construir el Socialismo ya, ahora, sin dilación. Conciente de la necesidad de superar al capitalismo, de que sólo el Socialismo salva a la humanidad, y el capitalismo, por más disfrazado que esté, nos hunde en la miseria espiritual y material. Es necesario dividir los campos.
¡Derrotemos el pacto restaurador!
¡Construyamos el Socialismo!
¡Ni Chávez ni el Socialismo son negociables!
¡Chávez y el Pueblo son Socialismo!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes de la Humanidad!

16.7.07

LO DE RADIO CARACAS, DE VERDAD QUE NO SE ENTIENDE

Si nos limitamos a lo que dicen los encargados oficiales del asunto, lo de Radio Caracas no se entiende. Veamos.
Se justificó la medida por dos razones fundamentales: el canal era golpista, participó en abril y en diciembre, y aún estaba en la misma tónica. Además, era un canal que difundía antivalores, que inoculaba en la población egoísmo, violencia y otras malas costumbres. En resumen, se les quitaba la concesión porque era perjudicial a la población venezolana y a la Revolución. Hasta aquí el procedimiento estaba bien.
En respuesta, la oligarquía sale a la calle con un concepto central: “es el usuario el que debe escoger que ve y que no ve. El Estado no debe interferir en esa escogencia, si lo hace quiebra la libertad de expresión”.
Para defender esta posición movilizaron sus fuerzas aquí y en el extranjero, en ese territorio nos enfrentamos al imperio, Maduro rompió lanzas con Condolezza, la OEA amenazó con venir.
Hasta aquí todo es explicable: dos posiciones, dos bandos, ellos y nosotros.
¡Pero, resulta que Radio Caracas sale por cable! El canal golpista, el deformador de la moral de la población, el mismo que mostramos como un triunfo haberle quitado la concesión, y hasta un acto hicimos en el Teresa, ahora ese mismo canal volvió. Y aquí viene lo incomprensible, si nos valemos sólo de lo que dicen los encargados oficiales del asunto: El regreso de ese canal, que pintamos como nefasto, es considerado un triunfo por estos sectores del gobierno.
Ahora todo dejó de ser comprensible:
¿Cómo es posible que los mismos que ayer decían que quitarle la concesión, que sacarlos del aire fue un triunfo popular, ahora declaren que el regreso es también un triunfo?
¿Cómo explicar esa rara filosofía?
No hay otra explicación, esta conducta enmarañada surge de la ideología ambigua, timorata, que sustentó esta acción de cesar la concesión de la señal a Radio Caracas. Expliquemos.
La pequeña burguesía bolivariana que dirigió la operación dio un paso importante, le quitó la concesión, pero después se asustó ante el avance Socialista que eso significaba: le quitábamos a la oligarquía un poderoso instrumento de deformación ética y moral, y un arma contrarrevolucionaria y antisocialista.
Y esa debilidad, ese susto, nos deslizó al campo enemigo. Tuvimos miedo de decir que una sociedad tiene el derecho de defenderse de la “expresión de sus enemigos”, que no es inocua, es tan peligrosa como un atentado, o una invasión, o en estos días de guerra asimétrica es un arma de guerra, y como tal debe ser tratada.
De esta manera nos absorbimos en las mentiras de la oligarquía, en aquello de que “todos somos iguales”, que la “libertad de expresión es inocua”, y “con el dialogo y la negociación se resuelven todos los problemas”.
Y aquí resalta el centro de nuestra debilidad: quisimos dar ese paso, pero no defender nuestro derecho a ir hacía el Socialismo.
¡La ambigüedad nos lleva de derrota en derrota!
¡Chávez y el Pueblo son Socialistas!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes de la Humanidad!