22.4.10

LA CARRERA DE LOS LÍMITES

En 1972 fue publicado el Informe Meadows, un estudio sobre los “límites del crecimiento mundial” que el Club de Roma había solicitado al famoso Tecnológico de Massachusetts. Estas fueron las palabras de conclusión de Meadows en el acto de presentación del informe:
“Si se mantienen las tendencias actuales de crecimiento de la población mundial, industrialización, contaminación ambiental, producción de alimentos y agotamiento de los recursos, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más probable sería un súbito e incontrolable descenso tanto de la población como de la capacidad industrial”.
Hace ya medio siglo los científicos pronosticaban el fin de las posibilidades de crecimiento del capitalismo. Sus observaciones apuntaban principalmente al agotamiento de los recursos naturales, tocaban ligeramente la contaminación ambiental y preveían consecuencias económicas, predicciones leves si se comparan con los augurios científicos actuales.
Ignoraban las desastrosas consecuencias ecológicas del crecimiento capitalista.
El crecimiento desmedido del capitalismo ha establecido una competencia entre el agotamiento de los recursos naturales y el desastre ambiental. Cualquiera de los dos factores que triunfe en esta carrera macabra traerá consecuencias inimaginables para la humanidad, que enfrenta, en cualquiera de los dos casos, el peligro cierto de extinción.
Hay recursos ya desaparecidos y otros en fase de agotamiento, y el desequilibrio ecológico amenaza con acabar con la vida en un plazo perentorio. Las señales son claras, el tiempo se agota, la decisión es única y dramática: o superamos al capitalismo o la vida se extingue.
La humanidad necesita un cambio cultural de grandes proporciones. Se requiere otra manera de consumir y de producir, otras necesidades, y modificar la manera de satisfacer esas necesidades. Las medidas tienen que ser medidas sociales, comprendidas e implementadas por las grandes mayorías.
Sólo el Socialismo es capaz de conseguir el ambiente necesario para el gran cambio cultural, o mejor, él es ese cambio cultural. Sólo él puede sanar al hombre enfermo de capitalismo y crear al Hombre Nuevo.
El Socialismo es la salvación de la humanidad. Ya no se trata sólo de acabar con la explotación del hombre por el hombre, lo que lo justificaría, no se trata de rescatar a millones de excluidos de la miseria espiritual y material, lo que bastaría para hacer justa la lucha por el Socialismo, ahora se trata de la sobrevivencia de la vida planetaria, de la humanidad. Esa causa engloba y precede todas las luchas posibles.
Nosotros en Venezuela estamos llamados a dar el ejemplo, demostrar que una nueva manera de vivir es posible. La medida de nuestro éxito deben ser las acciones sociales que funden una nueva relación de los humanos entre sí y con la naturaleza. Debemos evitar los parámetros del éxito capitalista, la satisfacción espiritual basada en el consumo.
Esa es la tarea principal de la Revolución, sólo ella da razones sagradas para luchar, por esa causa vale la pena vivir y vale la pena morir. Lo demás es ficción macabra, opio.
¡Chávez es Socialismo!

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