Recuerda el
Comandante Chávez el pasaje de Los Miserables de Víctor Hugo donde un viejo
moribundo, veterano de la Revolución Francesa , le confiesa a un obispo:
"Derribamos los molinos, pero el viento que los movía aún sigue
allí". Es así, las Revoluciones, antes que contra los molinos, son
movimientos contra el viento, eliminado el viento que los mueve los molinos
languidecen. El viento es la cultura, las Revoluciones son culturales o
son sarcasmo.
El cambio cultural sólo es posible si remueve las
profundidades, no es tarea para la superficie, acontece en la raíz, debe ser
radical. Cambiar al hombre, ese es el objetivo principal de la Revolución. Y el
hombre se cambia en su alma, en los acantilados de su psiquis donde sólo llega
el Arte, la Religión y los grandes líderes, los capaces de convertir a la
Revolución en un hecho cultural, en una religión.
La esencia de una sociedad, de una civilización, son
sus relaciones sociales: como sean sus relaciones será la sociedad. Para saber
la calidad de una sociedad preguntemos por las relaciones de propiedad de los
medios creadores de conciencia, también llamados medios de producción, así
sabremos cómo es su cultura, su conducta. Si las
relaciones de propiedad de los medios de producción son nosociales, con
cualquier nombre que aparezca, (esclavitud, feudalismo, capitalismo,
neoliberalismo, cuentapropismo, privado, cogestión, control obrero, etc.),
necesariamente habrá explotación del hombre por el hombre, habrá mercado y,
necesariamente, una cultura basada en el estímulo al egoísmo que sustente,
justifique y perpetúe esa explotación.
Entonces podemos concluir que la superación del
capitalismo es una formidable operación cultural, un cambio radical de las
relaciones entre los hombres, sustentado en un extremista cambio de las
relaciones económicas: Se trata de sustituir el egoísmo en las relaciones
humanas por la fraternidad, es la reconstrucción de la sociedad que ha sido
fragmentada.
La Revolución es la más importante tarea de la humanidad,
de ella depende su sobrevivencia, la enorme magnitud de la empresa
está en relación directa con las titánicas dificultades que supone. Veamos.
La especie humana es la única capaz de crear cultura,
de imaginar y construir lo imaginado. Es también la única especie capaz de
crear sus propios verdugos, a sus amos. La historia de la humanidad es la
historia de la creación de estos espectros que la dominan.
Desde los inicios somos dominados por fetiches, la
humanidad crea entidades en las que deposita sus responsabilidades, el comando
de su vida. Hoy el principal de estos fetiches es la cultura del dinero, de la
mercancía. La Revolución se enfrenta a un inmenso enemigo, al hombre mismo, al
hombre del capitalismo, a la milenaria esclavitud. Se trata entonces de
vencerse a sí mismo. Sólo el humano es capaz de plantearse esa batalla,
transformarse a sí mismo, sólo el humano es capaz de vencer en ella.
¡Con Chávez!
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