30.7.12

PLUSVALÍA Y FETICHISMO (Lunes 30-07-2012)


La campaña electoral burguesa tiene un rasgo que la marca: la tendencia a discutir sólo en la superficie de la realidad, nunca ir al fondo, de esta manera la sociedad es fácil presa de la manipulación, del efecto publicitario. Siempre la ética del egoísmo le da insumos para la trivialidad, nunca para el pensamiento riguroso. Los actores están obligados a pelear en el coliseo de la estulticia porque las elecciones oligarcas fueron diseñadas para el engaño. Veamos.
La Revolución está obligada a participar en este tipo de elecciones pero debe hacerlo de manera diferente, haciendo frente al cretinismo oligarca, respondiendo sus tonterías. Pero esto no debe ser el centro de su campaña, de ser así estaría contribuyendo con la distracción, educando a la sociedad para lo banal.
La Revolución debe ir a las elecciones sin olvidar la discusión de temas trascendentes, la formación y el estudio. Es imprescindible subir el nivel de análisis del pueblo, sólo así este podrá desentrañar la verdad, percibir las consecuencias de sus actos. Las elecciones deben ser escenario de la gran batalla cultural: entre la ética Socialista y la capitalista.
La oligarquía, a través de sus medios creadores de formas de sentir y pensar, nos ha acostumbrado al facilismo mental, a conformarnos con las apariencias, nos niega el pensamiento abstracto, la reflexión y la posibilidad de establecer relaciones causa-efecto. Nos inundan con fantasías, reality shows, las novelas, los noticieros, todos tienen la finalidad de amaestrarnos para lo frívolo. Nos preparan para la dominación, para las elecciones burguesas.
La Revolución tiene un sólo camino y una tentación. La tentación es caer en la lógica de la oligarquía, participar en el extravío electoral y conformarse con ganar en ese terreno. Estará de esta manera atrapada en el pasado, no podrá zafarse del capitalismo.
El único camino de la Revolución es no abandonar la formación, el estudio, la batalla cultural, la guerra de las éticas. Si renunciamos a este camino, cuando menos lo pensemos, la realidad cruel nos dará una cachetada y nos gritará a la cara que no cambiamos nada.
Es obligación discutir los temas trascendentales de una Revolución. La agenda revolucionaria sería: Las relaciones de propiedad de los medios de producción. La plusvalía. El papel de la organización. Los valores éticos de la Revolución ¿Dónde se sustenta el poder popular revolucionario? La política internacional. El cuestionamiento del capitalismo ¿Cuánto tiempo queda para superarlo? La atención que debemos prestar a los gritos de alerta de los grandes hombres. El futuro de la humanidad. La necesidad de sacrificio para poder construir un mundo alterno al capitalismo. Los valores capitalistas que nos habitan ¿Cómo superarlos? ¿La transición al Socialismo es una tierra de nadie o tiene sus leyes? ¿La plusvalía es un mero asunto económico o es ante todo un problema espiritual? Las relaciones del Fetichismo, de la demencia capitalista, con la forma de propiedad, con el mercado, con la plusvalía.
Podemos decirlo: el futuro de la Revolución dependerá de la forma como piense su pueblo.
¡Con Chávez!

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