Una Revolución
verdadera no puede pretender la aprobación de la burguesía, al contrario,
sucede en medio de una fuerte, sostenida e infinita agresión oligarca. Es
inevitable un definitivo choque contra la oligarquía nacional e internacional. No
hay parto revolucionario sin dolor.
El orden burgués internacional, el imperio, tiene sus
mecanismos para proteger a su mundo de intentos emancipatorios. Ya sabemos que
la ONU funciona así, o mejor, no funciona como organismo mundial democrático,
sino como dictadura imperial. Los tratados internacionales son instrumentos de
la legalidad burguesa: la OEA , con toda su cobardía, es una agencia
regional para la intervención. Donde se reúnan gobiernos burgueses formarán un
cuerpo para protección de los burgueses. El caso de Zelaya y recientemente el
de Lugo son pruebas de la inutilidad de todos estos organismos. Lobo y
Franco son hijos de la legalidad burguesa internacional.
El secretario general de la OEA ya comenzó a hablar de
las elecciones nuestras, dice que no vendrán porque no los invitaron… aún.
Sabemos que el gobierno tendrá una visión de la conveniencia o no de
invitarlos, lo apoyamos cualquiera sea su decisión, sin embargo el PSUV debe
dejar clara la esencia burguesa de ese organismo, el pueblo nuestro, la opinión
mundial, deben estar informadas.
Sería prudente que la Revolución realice una urgente
ofensiva internacional de información y agrupación de simpatías, recordemos que
el factor internacional será importantísimo en los próximos días. La oligarquía
lacaya ya hace tiempo que anda por el mundo trabajando a la opinión mundial,
agrupando cómplices. Que se hable con los obreros y campesinos de la América ,
que se explique a los pueblos europeos, a los de la América , que se toque
el corazón de los humildes.
Se invite a presenciar las elecciones a los
estudiantes chilenos, a sindicatos, a los petroleros del mundo, a la Marcha
Patriótica de Piedad Córdoba, a los revolucionarios, los que se enfrentan al
capital. Debemos buscar la aprobación de los oprimidos, de los explotados, esa
será la medida de que vamos bien.
La Revolución debe prepararse para el rechazo burgués
internacional, es inevitable que la Revolución se internacionalice, busque la
solidaridad de los revolucionarios, es necesario romper la visión del aldeano
vanidoso, de los nacionalismos retrógrados. La Revolución debe emocionar al
mundo, ese sentimiento será formidable barrera protectora, debe convertirse,
aunque suene repetitivo, en faro, en brújula de Revolución.
Se comprende que lo internacional tiene sus profundas
raíces en lo nacional, nuestras acciones deben emocionar a los pobres de la
tierra, el asombro de un proceso que rompió con el capitalismo debe recorrer al
mundo como un relámpago de esperanza. Debemos entender que la batalla es
internacional.
Cada paso que aquí demos, no es un mero suceso
nacional, se trata de una campanada internacional. Estas elecciones recorren el
mundo, el planeta está pendiente de lo que digamos, de nuestras acciones y
palabras. El planeta debe percibirnos como lo nuevo que somos, y sentir que eso
nuevo es la única salvación de una existencia miserable.
¡Chávez es Internacionalismo Revolucionario!
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