Después de la
caída de la Unión Soviética , después que se evidencia su captura por los
reformistas, la esperanza, la teoría socialista, sufrió el golpe más noble que
alguna teoría pudiese soportar. El mundo revolucionario estalló en mil inventos
errados, se evadió la responsabilidad de retomar el camino que el humano había
perdido en ensayos fallidos, y de recomponer la teoría revolucionaria, devolver
la esperanza.
En esas circunstancias arribó la Revolución
Bolivariana y asumió el difícil reto de estos tiempos, similar al de Bolívar:
romper de raíz con el imperio, construir una nueva visión del humano y sus
relaciones.
Inmediatamente el intento socialista, la osadía de un
país que volvía a plantear la esperanza, asombró al mundo. La posibilidad se
radicalizaba, Chávez se pronunciaba antiimperialista y anticapitalista, se
diferenciaba así de los "socialistas" europeos, que cantan en el día
la Internacional , asisten a foros sociales y en la noche, vestidos de
lentejuelas y tacones altos, se reúnen con los capitalistas.
El intento fue bombardeado por pseudoteorías
revolucionarias. Saben los capitalistas que sólo pueden ser derrotados si
primero lo son en las ideas, y allí sembraron la confusión, intentaron impedir
que la Revolución consolidase su acervo teórico.
Dirigieron sus dardos al corazón de la teoría
revolucionaria, a la Propiedad Social , y a la Conciencia Social. La estrategia
les dio resultados con la Unión Soviética , ya el Che lo advertía: usar las
armas melladas del capitalismo para construir socialismo lleva al fracaso.
Se sentaron a esperar, como aquel viejo pescador que
aguarda que el pez grande se agote después que picó el anzuelo. El viejo
conocedor del mar sabe que el pez subirá, bajará, templará el sedal, saltará
fuera del agua, pero a la larga él triunfará. Cuando el pez de la Revolución
muerde el anzuelo de la propiedad y la conciencia egoístas, ya la historia está
escrita: el viejo capitalismo triunfará sobre el pez.
La Revolución necesita zafarse de anzuelos reformistas.
La humanidad necesita con urgencia un ejemplo que demuestre que el Socialismo
no es una utopía, que puede conquistar la voluntad de los pueblos y ganar
elecciones. Que es verdaderamente eficiente porque garantiza la permanencia de
la especie.
Tenemos el deber de ser ese ejemplo. La humanidad hoy
se encuentra intoxicada de capitalismo, que es unánime, es necesarísimo romper
la concertación macabra, el cerco espiritual que nos convierte en una especie
forajida, enemiga de la vida. Sólo la construcción de ese ejemplo justifica
tanta sangre derramada, tanto esfuerzo de tanta gente, sólo esa construcción
rendirá honor a los que desde Bolívar ofrendaron su vida en la batalla por la
felicidad de estos pueblos.
No podemos conformarnos con buenos números, reparticiones
justas, hacer el mejor gobierno que hayan conocido estas tierras, eso es muy
bueno, pero, si nos quedamos en esa meta, sin crear conciencia social y una
economía que la sustente, inevitablemente vendrá la restauración, el pueblo de
Bolívar volverá a ser engañado. La humanidad perderá una invalorable
oportunidad, quizá la última de romper el cerco capitalista.
¡Con Chávez!
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