Por ser tan
habitual, nos acostumbramos a lo internacional de la agresión contra Venezuela,
no la percibimos en su importancia, en su trascendencia. Son frecuentes las
declaraciones groseras de los voceros gringos, sus congresistas dicen cualquier
barbaridad y los plumíferos escriben como heraldos negros anunciando
calamidades para nuestro país.
Es necesario que entendamos que Venezuela es un
escenario de una gran batalla internacional que el capitalismo libra para
mantener su hegemonía y llevar al mundo por el camino del suicidio, de la
extinción de la humanidad, la infelicidad de esta generación y las pocas
generaciones futuras.
La batalla aquí adentro, nublada por el marketing
electoral, no deja emerger ni los problemas de fondo ni el carácter
internacional de la contienda, las técnicas de publicidad privan
sobre lo trascendente. Pero no es así en el plano internacional, allí la
contienda toma otro cariz, más profundo, más denso, se muestran claramente las
intenciones del imperio y las pocas y valientes voces que alertan. Veamos.
Fidel Castro, líder de una Revolución que entiende la
responsabilidad internacional, alerta al mundo sobre la situación en Venezuela.
En una de sus reflexiones escribe:
… “En lo inmediato, todos los latinoamericanos y de modo especial
nuestro país, serán afectados por el proceso que tiene lugar en Venezuela, cuna
del Libertador de América. Apenas necesito repetir lo que ustedes conocen: los
vínculos estrechos de nuestro pueblo con el pueblo venezolano, con Hugo Chávez,
promotor de la Revolución Bolivariana , y con el Partido Socialista Unido
creado por él.
(…) Por mi parte no vacilo en afirmar mi modesta
opinión ─emanada de más de medio siglo de lucha─ de que la oligarquía jamás
podría gobernar de nuevo ese país. Es por ello preocupante que el Gobierno de
Estados Unidos haya decidido en tales circunstancias promover el derrocamiento
del Gobierno bolivariano."
Roger noriega, vocero del pentágono, escribe en el
Miami Herald, respondiendo a la advertencia de Fidel: reconoce la agresión
contra el gobierno de Chávez y también evidencia la discrepancia entre
republicanos y demócratas sumergidos ya en la campaña electoral gringa de la
que Chávez es trofeo. Leamos lo que escribe noriega:
"Sería una sorpresa escuchar que el presidente
Obama está abogando por el derrocamiento de Chávez. La política pasiva del
gobierno de EEUU consiste en mantener relaciones comerciales con Venezuela y
desearle el bien a su gente. Lo que alarmó tanto a Castro es el incremento en
los esfuerzos de resolución de la justicia de EEUU –principalmente por parte de
DEA y el Departamento del Tesoro– para lograr que los funcionarios del régimen
de Chávez rindan cuentas sobre su complicidad con el narcotráfico y el
terrorismo.
(…) Mi opinión es que Estados Unidos más pronto que
tarde presentará acusaciones formales”…
Es evidente lo internacional de la agresión. La
batalla que hoy libramos es por la humanidad, así lo deben entender los pueblos
del mundo, los hombres de buena voluntad, es necesaria su solidaridad.
¡Con Chávez!
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