En los inicios
del pacto de punto fijo, cuando el pueblo aún no tenía mayor experiencia en los
intríngulis de la farsa electoral burguesa, abundaban las promesas sin freno,
todos los candidatos participaban de un torneo en el que la imaginación era más
importante que la responsabilidad. Conocido es el cuento del candidato que
prometió un puente hasta Margarita, o el de aquel que prometió en cierto pueblo
un puente para que los ciudadanos cruzaran el río, y cuando del público le
gritaron que allí no había río, ripostó: ¡no importa, también haremos el río!
Es así, el comportamiento de los candidatos en las
elecciones burguesas suministró mucho material a los humoristas que, siendo los
más serios de los analistas políticos, previeron con antelación el derrumbe del
pacto de punto fijo, podrido en sus cimientos.
Ahora con capriles se reedita la licencia de las
promesas desenfrenadas, de las ofertas embusteras, pretenden regresar a esta
sociedad a territorios del cretinismo. Este caradurismo no se veía desde
los tiempos de carlos andrés, nadie se había atrevido a tanto.
Si las consecuencias de esta conducta no fuesen tan
dramáticas daría mucha risa, pero con esta trivialización de las elecciones
cobra vigencia la salida violenta. La conducta fraudulenta en las
elecciones burguesas no consigue engañar a este pueblo, que ya tiene la
experiencia de cincuenta años de esta falta de responsabilidad de la derecha.
Con esta farsa no consiguen captar a nadie, al contrario, le resta apoyo al
candidato del imperio, lo deja al margen del movimiento histórico.
Es lógico pensar que, frustrados con la vía electoral,
se reafirmará la salida violenta. Sus dirigentes y su masa más recalcitrante se
sentirán fuertes, respaldados por esa realidad. La remota esperanza de una oposición
cuerda, se desvanecerá definitivamente.
Esta situación es el signo de los tiempos, con la
llegada de la Revolución , el dilema político es, y cada día se hace más
evidente, Socialismo o Fascismo, la vieja forma de hacer política, la vieja
forma de participar en las elecciones, ya no tiene éxito. Esta es la
explicación del fracaso de capriles, y del avance de la salida fascista.
Los Revolucionarios debemos tener esto en cuenta: el
desinfle de capriles es un termómetro que señala que la burguesía ya no puede
gobernar con disfraz democrático, y para restituir su hegemonía necesita un
período de fascismo, de terror. Su descenso indica que entramos en una
etapa de nuevas definiciones, ya la tradicional salida electoral no puede
contener las contradicciones sociales, que se agudizan cada vez más.
Se desprende que, como dice Fidel, debemos dormir con
los dos ojos abiertos, la situación nos reclama dar batalla en dos frentes, es
necesario ganar las elecciones con amplia mayoría, y simultáneamente prepararnos
para la inevitable embestida de la burguesía en su versión fascista. La
movilización debe ser constante y vigorosa, decididas las muestras de
disciplina y de voluntad de defender al Comandante y profundizar el Socialismo
¡Con Chávez seremos Socialistas!
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