La Revolución se encuentra sumergida en una feroz
guerra mediática, nos enfrentamos a los tanques pensantes gringos que preparan
a su opinión pública para que acepte, o mejor, para que clame por una salida
cruel en Venezuela. Le siembran el miedo, crean la imagen de que tenemos un
gobierno forajido, narco. Es la misma receta que le aplicaron a Libia, a
Panamá, a Irak…
En Venezuela sus
agentes intentan manipular a la opinión pública nuestra, confundir con mentiras
inteligentes, intentan llevarnos al terreno de la fantasía, del olvido, de la
trivialidad y la superficialidad, temen la seriedad, la profundidad de la
discusión de temas trascendentes.
La Revolución debe
pelear donde es fuerte, es decir, en el Socialismo, nunca presentar batallas
aisladas, analizando hechos fuera del ambiente capitalista donde se producen.
En la campaña
electoral no podemos dar pelea en el terreno oligarca, trivial, engañador, que
oculta la realidad y evita responsabilidades, es necesario analizar todo a la
luz de los sistemas donde se producen.
Pelear en el
terreno oligarca significa dar al debate electoral un carácter superficial, de
juego de palabras, mentirillas oportunas, efectismos, es desarmar al pueblo
humilde, llevarlo a territorios de estulticia y abonar para la siembra de los
valores capitalistas.
Los temas que
surjan deben ser relacionados con el sistema que los produce. Por ejemplo, el
asunto de la contaminación de las aguas en Monagas se debe enmarcar en la
contaminación que produce el capitalismo en el mundo: un buen ejemplo es el
llamado séptimo continente, esta agrupación de residuos flotantes de origen
humano flota en el océano pacífico, arroja una superficie de 3,4 millones de
kilómetros cuadrados y pesa más de 3,5 millones de toneladas, obvio que no va a
desaparecer de la mañana a la noche. Su tamaño es tal que limpiarla simplemente
no es una opción.
Comprendiendo la
brutal contaminación que el capitalismo produce en el mundo, entenderemos mejor
la necesidad del Socialismo como superación de la manera de vivir derrochadora,
contaminante. Entenderemos lo de Monagas como consecuencia del capitalismo y
será alerta de la urgencia de seguir por el sendero socialista, nunca para que
retrocedamos en esa construcción.
Lo mismo sucede con
aponte, el magistrado traidor, se debe estudiar en el ambiente de la justicia
capitalista, cuyo magno ejemplo es la canallesca justicia gringa, la que
condena a los Cinco Héroes Cubanos, libera a posada carriles y permite que allá
se conspire contra los movimientos insurgentes latinoamericanos, considera
legal la tortura, alcahuetea las cárceles clandestinas y a esa vergüenza
mundial que es Guantánamo. Así se comprenderá el reto que tiene el Socialismo
de superar los valores capitalistas que lo contaminan todo, nunca será excusa
para el retroceso.
Demostrar que los
oligarcas, serviles al capitalismo, no tienen autonomía en sus decisiones, lo
que hacen, lo que hagan, son directivas del norte, con ellos se esclaviza a la
Patria.
¡Con Chávez Resteaos!
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