Con el caso del
juez aponte la oligarquía ha hecho fiesta, todos han declarado, los periódicos
lo sacan en las primeras páginas. Pero es capriles el que ha exagerado la nota,
claro, es muy escaso de mente y no percibe cuándo se mete en terrenos movedizos:
intenta juzgar la justicia del Gobierno Revolucionario.
Hablemos de justicia si eso es lo que está en juego,
pero hablemos a fondo, estudiemos el caso aponte a la luz de la justicia gringa
que hoy lo alberga, la que capriles defiende.
Aquel país devino en fascista, allá la justicia está
sujeta a las bajas pasiones de una población manipulada en el odio a todo lo
que sea divergencia.
Veamos el caso Guillen: es impactante la cara del
pelotero llorando, pidiendo perdón por haber dicho que admiraba a Fidel.
Imaginemos a partir de allí cómo fue el juicio a los Cinco héroes Cubanos,
imaginemos la injusticia con esos luchadores contra el terrorismo que amenaza a
su Patria ¿Qué justicia pudo haber allí, de cuál justicia hablan los gritos de
capriles y de la mesa?
Recordemos que posada, un prófugo de la justicia
venezolana, convicto y confeso de la explosión de un avión comercial con
deportistas, aquel que dijo "puse la bomba y qué", está libre en las
calles, mientras los cinco están condenados a varias cadenas perpetuas por el
único delito de defender al Socialismo. Pensemos qué puede salir del caso
aponte, si lo que tratan es de juzgar al Gobierno Revolucionario de Chávez.
Es
así, la polémica sobre la justicia, más que el caso de un juez que fue seducido
por los valores capitalistas, contrarrevolucionarios, es un asunto de sistemas.
Aquí se trata de juzgar al sistema capitalista, el de las cárceles
clandestinas, las bombas atómicas, los asesinatos a líderes y presidentes que
en el mundo no aceptan su dominio, como Torrijos, Sandino, Allende, Sadam,
Kadafi…
El candidato del imperio, torpe como es, "invita
a ir a las cárceles para que vean que allí no hay ricos". Es verdad, este
sifrinito acaba de descubrir que el sistema capitalista que él defiende, al
cual él pertenece, es creador de una brutal diferencia entre los seres humanos:
unos pocos privilegiados oligarcas, y grandes masas depauperadas, marginadas.
Esta situación no es invento de la Revolución , la padecen todos los países
capitalistas, desde los más desarrollados hasta los de la periferia del
imperio, desde los gringos, hasta Haití.
El muy cínico invita a la población a ver la
injusticia que su sistema capitalista produce en las cárceles. No dice que la
Revolución es la solución a esta injusticia, que es el Socialismo la única
manera de resolver la exclusión, que el gobierno de Chávez trabaja para pagar
la deuda social y dignificar a los excluidos.
El incidente es una lección para la Revolución ,
debemos presentar batalla a los oligarcas en el campo donde somos fuertes,
nunca perdernos discutiendo los hechos aislados, discutir las bondades del
Socialismo, enfrentar con decisión al capitalismo.
¡Con Chávez Resteaos!
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