13.4.12

LA CONSPIRACIÓN DE LOS MANTUANOS (Viernes 13-04-2012)

La oligarquía no ha dejado de conspirar nunca, lo hace desde la Independencia y ha tenido éxito en su cometido de engañar al pueblo. Llevó al Libertador a San Pedro Alejandrino, captó a Páez, el vencedor de mil batallas no resistió la seducción de los mantuanos, asesinó a Zamora, ahorcó a Fabricio, ajustició a Américo Silva, sedujo a la dirección de los sesenta.

La dominación oligarca oscila entre el asesinato y la seducción, entre el engaño y la compra de los protodirigentes, siempre solapada, actuando a la sombra, manejando los hilos de lo evidente. Así fue el 23 de Enero, mientras las masas mal dirigidas se regodeaban soltando los presos de la Seguridad Nacional , la oligarquía formaba gobierno con sus mejores fichas, cuando la masa mal dirigida hacía fiesta por el triunfo contra la dictadura, la oligarquía "pisa pasito" imponía las bases de la dominación, la euforia popular fue neutralizada con las elecciones burguesas, el fraude sustituyó a la voluntad popular, y siguió el mandato de la oligarquía que sin interrupción viene desde la Independencia.

En Venezuela estamos en época de Revolución, son momentos en los que la oligarquía aplica sus mejores trucos, las artimañas aprendidas en siglos. Es importante estudiar las estrategias de los mantuanos para poder defender esta esperanza de Revolución. Veamos.

Debemos diferenciar oligarcas de oligarquía, los primeros son humanos, lo segundo es un sistema. La sustitución de los humanos oligarcas no significa el cambio del sistema oligarca. Es lo que denunciaba Fabricio cuando decía en su carta de despedida del Congreso: “El 23 de enero, lo digo de manera autocrítica y creadora, sólo hubo en Venezuela un cambio de hombres, para que todo siguiera igual"...

La Revolución implica el cambio de hombres y el cambio del sistema, de las bases éticas de lo viejo. O como lo refiere Chávez cuando recuerda las palabras del anciano moribundo de Los Miserables, que reflexiona sobre la Revolución Francesa : “destruimos los molinos, pero el viento que los movía seguía soplando."

Es así, un cambio sólo de los hombres es camino expedito para la restauración, la única garantía de Revolución es el cambio hondo, absoluto, en su esencia, del sistema capitalista.

Siendo así, la conspiración oligarca tiene dos componentes: Uno, explícito, es la conspiración de los hombres desplazados, de los oligarcas y de sus adláteres. El otro, el más peligroso, el más sutil, el "viento que mueve los molinos", es la conspiración de la ideología.

La primera, la conspiración de los desplazados, es visible, fácil de detectar, de enfrentar, es carmona. La segunda, la ideológica, es similar a una serpiente que corroe las entrañas de la Revolución , es la tradición de mil años de costumbre, de mandar unos y servir los más. Se manifiesta en los individuos, dirige sus acciones, sus miedos al salto, tiene diez mil formas de encadenarlos. Restaura con pactos.

La Revolución debe enfrentar las dos conspiraciones: una significa la restauración por la fuerza, la otra la restauración por el agotamiento de la Fe.

¡Con Chávez!

3 comentarios:

Miguel Gonzalez dijo...

Solo el cambio de la conciencia hacia una revolucionaria el hombre nuevo que no hemos logrado seguimos luchando por el cambio hacia ese realismo que llamaba el che por eso y por todo este proceso hay que ser paciente en la lucha. Necesario es Vencer. Excelente artículo. Siempre a la izquierda

Miguel Gonzalez dijo...

Solo el cambio de la conciencia hacia una revolucionaria el hombre nuevo que no hemos logrado seguimos luchando por el cambio hacia ese realismo que llamaba el che por eso y por todo este proceso hay que ser paciente en la lucha. Necesario es Vencer. Excelente artículo. Siempre a la izquierda

Miguel Gonzalez dijo...

Solo el cambio de la conciencia hacia una revolucionaria el hombre nuevo que no hemos logrado seguimos luchando por el cambio hacia ese realismo que llamaba el che por eso y por todo este proceso hay que ser paciente en la lucha. Necesario es Vencer. Excelente artículo. Siempre a la izquierda