El capitalismo produjo una inmensa deuda social, sumió a la sociedad en la miseria material y espiritual: el hambre, la exclusión de todos los beneficios y de oportunidades arropó a las mayorías.
El Socialismo debe pagar esa deuda, es un deber y una necesidad. No obstante, es imposible pagar la deuda social sólo en lo material, es indispensable, so riesgo de que todo se derrumbe, construir nuevas relaciones sociales, ahora amorosas, entre los hombres y de estos con la naturaleza, construir un nuevo mundo, en el que no exista la apropiación del trabajo ajeno, donde, como dijo Martí, "todos luchen por el bien de todos".
Todos por el bien de todos, he allí una síntesis genial de lo que es el Socialismo. ¿Pero, cómo llevarlo a la práctica, cuáles son las grandes líneas que rigen su construcción?
Los clásicos nos dejaron un pilar de la teoría, indispensable para la construcción socialista: "de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad". Este precepto tiene sus raíces en el cristianismo primitivo, el que nos dejó Cristo en sus sermones, el de la vida en comunidad.
La Revolución Bolivariana en su camino hacia el Socialismo debe adecuar a su realidad la teoría socialista universal, que es producto de siglos de lucha del hombre por liberarse del monstruo egoísta que él mismo creó.
La Revolución debe partir de nuestra realidad de país rentista, con distorsiones en nuestra economía y en nuestra conducta social, donde la riqueza proviene de la renta más que del trabajo. La política en estos cien años de renta petrolera ha estado signada por esta situación. La compensación petrolera, la repartición de la renta, califica a los gobiernos: “quien más reparta mejor es”. En época de bonanza el gobierno es simpático, cuando baja la renta el gobierno tiene dificultades.
Las migajas de la renta petrolera daban estabilidad a los gobiernos, el pueblo narcotizado de consumismo se iba sumiendo en la miseria espiritual y material. El clientelismo era el opio del pueblo, las dádivas embozaban cualquier protesta.
Esta estructura material y espiritual debe ser demolida, para eso es necesario subsanar las carencias materiales, pero sobre todo sustituir la espiritualidad que sostenía a toda esa armazón perversa. Es aquí donde se hace importante el pilar teórico del Socialismo. Veamos.
Al dar a cada uno según su necesidad, una casa, acceso a la salud, la educación, etc., estamos saldando la deuda social en lo material.
Al exigir de cada uno según su capacidad, que retribuya lo recibido, que compense a la sociedad el beneficio que ésta le otorga, estamos formando conciencia de sociedad, creando Conciencia del Deber Social.
Todo beneficio que la sociedad a través del Estado da al individuo, éste debe compensarlo con trabajo de acuerdo a su capacidad. Los beneficios que la sociedad otorga no son una transacción económica, son un intercambio de afectos, de amor.
¡Chávez es la Paz!
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