15.5.11

OTRA CARACAS DENTRO DE CARACAS (Domingo 15-05-2011)

A veces perdemos el rumbo, o mejor, a veces nos encandilamos, claudicamos al éxito fácil, perdemos de vista la estrategia, nos confundimos con el enemigo, y así no nos diferenciamos, nos debilitamos.

Revolución es un cambio de visión del mundo, de cultura. No es un paliativo a los problemas locales, es un salto radical de la humanidad, por eso precisa de mucha valentía: romper con la parsimonia de siglos y la costumbre de milenios. El esfuerzo revolucionario no se justifica sin esa voluntad de cambio drástico de la manera de vivir.

Todo comienza por decir la verdad a la sociedad, única manera de prepararla para que emprenda y construya el camino hacia su salvación. Las conductas permisivas del capitalismo y los coqueteos populistas de la cuarta ya no tienen cabida, el tiempo se agota, es urgente fundar otra manera de vivir, de eso depende la sobrevivencia de la especie. Las señales son claras. Veamos.

Las fallas eléctricas son diarias, el Metro está abarrotado, para no decir colapsado y herir sensibilidades necias, la lluvia no cesa, hay crisis de alimentos en el mundo, escasea el agua, el recalentamiento continúa, el consumismo aumenta, los bosques desaparecen, no hay forma de ahorrar gasolina, el número de carros es cada día mayor, las carreteras y autopistas colapsan, etc…

Lo anterior tiene un hilo conductor: en un extremo está la descomunal agresión del capitalismo a la naturaleza, en el otro el sistema de vida despilfarrador del capitalismo. Si no cambiamos esta ecuación que se repite en todo el planeta, la humanidad perece.

¿Cuál es la responsabilidad nuestra en este reto definitivo?

El mundo camina inconsciente hacia su destrucción, más importa la deuda griega que los altos grados de contaminación en los océanos o el descontrol climático. Son poquísimos los países con la intención verdadera de corregir ese rumbo, nosotros somos uno de ellos, Cuba, Bolivia son otros, y paremos de contar.

La manera como resolvamos los problemas será ejemplo para el mundo, marcará una ruta y le dirá que el rumbo suicida se puede corregir. Somos la esperanza, esa es nuestra responsabilidad, sólo eso nos justifica. Si olvidamos ese compromiso, la Revolución no tendría razón de ser.

Nadie, sólo la Revolución Bolivariana puede cambiar el rumbo de esta sociedad y ser ejemplo para la humanidad, esa es nuestra fortaleza.

Cuando queremos resolver el problema de la vivienda atapuzando una mega ciudad en otra, si no decimos con claridad que el problema de la electricidad no está en la generación sino en disminuir, racionalizar el consumo, y que o lo hacemos nosotros o la naturaleza en su defensa lo hará de manera traumática, entonces, estamos fallando en nuestro papel histórico.

Si exhibimos el aumento del número de carros como un logro, si seguimos despilfarrando gasolina, si continuamos comportándonos como una sociedad malcriada, rindiendo pleitesía a la lógica heredada de la cuarta capitalista, entonces, no estaremos cumpliendo nuestro papel. Así no educamos, no alertamos, cavamos la sepultura y creamos a los sepultureros de la humanidad.

¡Con Chávez resteaos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Lei su columna y recordé a mi padre. Mi papá me dió mucho amor, yo lo sentí. Él trataba de comprar mis libros, las cosas que necesitaba y las que no también, para que yo fuera felíz. Muchas veces cuando el necesitaba algo, yo dudaba o no le retribuía con igual atención a sus pedidos. El me decía la verdad, y aunque era dolorosa tanto para él como para mi, el cumplía con su deber de padre y lo hacía. Después de muchos años entendí que era lo correcto y hoy en dia agradezco haber tenido un padre que me formó con criterio de austeridad, de compromiso y de logros a través de mis esfuerzos.
Los padres de ahora, y trato diariamente de no caer en ello, simplemente complacemos a nuestros hijos, no le decimnos lo difícil que significa lograr algo. Es poco lo que les informamos de las situaciones del mundo, de la naturaleza,del país y es por eso que pareciera que la juventud, con considerables excepciones, giraran en un mundo de fantasía.
Es necesaria la realidad como también es necesaria la esperanza, el deseo, los sueños. Pero considero mucho más importante el valor al trabajo, al esfuerzo para convertirlos en realidad. Y los padres estamos encargados de transmitir ese conocimiento aunque no lo entiendan nuestros hijos. Con la esperanza de que en la medida que logran sus sueños, comprendan mejor el mensaje.
Ser padre es dar a los hijos todas las herramientas para que puedan ser felices, incluyendo la responsabilidad.

PASEO VARGAS dijo...

www.paseovargas.wordpress.com Como en socialismo se cambia un arbol por concreto, la revolución te enseña a cuidar lo natural, pero como el fin justifica los medios de forma maquiavelica tenemos que meter una ciudad dentro de la mega ciudad.