Después del 26 de septiembre los oligarcas se alborotaron, al contrario de lo que se esperaba, ahora se dedican a la conspiración descarada. No dejan pasar oportunidad para crear la ficción de un gobierno en picada. Lo peor es que ellos se creen su misma patraña, y actúan en consecuencia. Se repite la esquizofrenia que precedió a Abril.
El triunfo del fascismo en los Estados Unidos aceleró la ofensiva sobre Venezuela, los lacayos recibieron la orden y rápidamente los poseyó la locura, cambiaron de ruta, ahora son conspiradores. Veamos.
La ofensiva mediática es internacional y nacional. Ahora se valen de las declaraciones de un General Patriota. Mueven sus voceros.
Arría brinca presto, y amenaza con la Corte Internacional. Ramos allup ataca con espada de cartón. Una caterva de jurisconsultos clama por renuncia y enjuiciamiento del Militar. El pusilánime teodoro agarra brío y declara, o mejor, resuella por la herida de la envidia, no pierde la oportunidad y se asimila al coro de puritanos, de tumbas blanqueadas, alarmados porque el General dijo lo que tenía que decir: “la Fuerza Armada es leal al proyecto, al pueblo y al Comandante.” Esas palabras, esa posición valiente, la subscribimos millones. (Se recogen firmas de adhesión y respaldo a la Fuerza Armada Bolivariana, Patriota).
Del exterior llueven manipulaciones, el coro es internacional, hasta insulza, el triste secretario de la triste OEA, se presta para hacer comparsa a la alharaca formada alrededor de esas declaraciones.
No hay dudas, el imperio cambió la receta, ahora pasó a segundo plano la vía electoral, se pusieron de nuevo la chaqueta de Abril: el golpe está caminando.
¿Que hacer?
No hay duda, el enemigo se vale de nuestra distracción, de la atención que prestamos a lo pequeño, del tiempo que perdemos atendiendo sombras en las paredes, persiguiendo brujas, pescando prebendas personales, revolviendo ríos.
Debemos focalizarnos en el enfrentamiento a la ofensiva oligarburguesa: unirnos alrededor del Comandante, en la retórica y en la práctica. Sólo esa unidad, sólo ese ritmo, esa velocidad, garantizan la fortaleza del proceso. No son tiempos de desesperos pequeños burgueses que pretendiendo avanzar más rápido solo consiguen debilitar a la Revolución.
Son tiempos de atender nuestras debilidades, es necesario afinar la ideología, corregir errores en la acción revolucionaria, también de consolidar los éxitos, reforzar las prácticas correctas, las socializaciones, la politización de las organizaciones sociales, revisar y fortalecer la organización política.
Pero sobre todo es tiempo de movilizar al pueblo, a los obreros, estudiantes, campesinos, en apoyo al proceso, al Comandante. Que el imperio, insulza, los oligarburgueses sientan el huracán del pueblo dispuesto a defender sus sueños. Esa es la única manera de parar la esquizofrenia de la derecha. Sabemos que los fascistas sólo se detienen frente a pueblos movilizados, dispuestos a presentar batalla. Que sientan en su contabilidad que es mal negocio lanzarse en una aventura que les saldrá muy cara. Demostrarles que si se atreven, del capitalismo no quedará piedra sobre piedra… ¡Nada!
¡Chávez es Garantía!
apoyoalgeneralpatriota@gmail.com (para adhesiones)
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