Los errores, los fracasos, las derrotas, son inmanentes al proceso revolucionario, propios de la actividad humana y, con más razón, de los procesos que fundan sociedades. Podemos afirmar que toda Revolución es precedida por derrotas que la aceran. El asunto está en qué área se cometen y cómo procesarlos. Veamos.
Los errores no se deben ocultar, deben ser el centro de la crítica imprescindible para avanzar, al contrario, debemos sospechar del que nunca se equivoca, de aquel que no yerra.
Un proceso revolucionario, por definición, cometerá muchos errores, así lo dicta la experiencia histórica y el buen pensar. Ahora bien, donde el error causa estragos irreparables es en la ideología, desde allí se distorsiona la práctica y se extravía el rumbo, los procesos se devuelven a lo viejo.
Los errores que no lesionan la esencia ideológica de la Revolución, se pueden corregir, no tuercen el rumbo, mantienen la posibilidad del proceso.
Un ejemplo a estudiar es la Unión Soviética, que estableció el Capitalismo de Estado, buscando resolver dificultades económicas. En el retroceso impuesto por la realidad cometieron error en la ideología. El Che, agudo crítico de ese proceso, dice:
“..el proceso de nacionalización es dinámico y debe contar con la oposición de las clases dominantes, en cierto momento se impone una tregua, pero lo que aquí se está expresando no es una tregua sino una retirada
…No se toma en cuenta el hecho de que cada sistema económico conlleva una moral propia. (SN) Navegar en las difíciles aguas del capitalismo de estado para crear el socialismo exige una escrupulosa vigilancia moral sobre los cuadros. Por el contrario, el resultado ha sido que los cuadros se aliaron al sistema, constituyeron una casta privilegiada...”
Más adelante el Che reflexiona y dice:
“… aquí se podía preguntar si no se puede hacer valer lo que Lenin decía para los pueblos atrasados de si ¿no se podrá saltar completa una etapa?”
La discusión del Capitalismo de Estado que hace el Che es muy importante en la definición del rumbo de la Revolución Bolivariana. Debemos preguntarnos ¿Cuál es la esencia del asunto, en qué debemos pensar para tomar las decisiones?
El Che responde la interrogante:
“No hay nada económicamente imposible, lo que se debe averiguar es si algo es compatible con el desarrollo de la conciencia socialista.”
Las conclusiones están claras:
No se puede superar el Capitalismo de Estado usando las armas melladas del capitalismo, estimulando capitalismo, conciencia egoísta, eso sería un retroceso descomunal frente a las dificultades, suicidarse en primavera…
Segundo, el Capitalismo de Estado se puede saltar, como pensaba el Che, pero debe ser un salto adelante, esto es, con más Socialismo, más conciencia, estímulos morales, por sobre los estímulos materiales directos, nunca, un salto atrás, con más capitalismo.
Estos asuntos tienen un fondo ideológico que es imprescindible que se discuta, esa es la manera de mantener el rumbo. Recordemos que un extravío en lo ideológico lleva a errores graves.
¡Chávez es Socialismo!
¡Venceremos en Septiembre!
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