La Moral Socialista es indispensable para vencer el asedio capitalista y para crear al Socialismo. Ahora bien ¿cómo imbuir al pueblo de esa nueva moral, cómo educarlo y derrotar la moral, la ética del capitalismo?
La base material de la Moral Socialista es la hegemonía de la Propiedad Social de los Medios de Producción administrados por el Estado, sólo esta forma de propiedad puede soportarla.
El proceso ha avanzado en la fundación de esta hegemonía material: las nacionalizaciones de tierras, de empresas, el control de cambio, todos son pasos importantes en este camino. Ahora debemos completar el cuadro con la consolidación espiritual, es decir, el establecimiento de la nueva moral, de la nueva cultura.
La generalización, la Socialización de la Moral Socialista , es una batalla frontal contra la moral egoísta con siglos de colonización del alma colectiva. Dependerá de muchos factores, algunos, y no en orden de importancia, serían:
Uno, el ejemplo de los dirigentes. Los dirigentes lo son, principalmente, porque son creadores de opinión, paradigmas morales, ejemplos a imitar. De allí que su conducta tiene un papel importantísimo en la educación de la masa. Lo que ellos hagan será visto como guía.
Lo mismo vale para las instituciones: lo que ellas avalen, como se comporten, influirá en el espíritu de las masas.
Dos, los medios, televisión, prensa, cine, etc., son poderosísimos instrumentos de educación, llegan a rincones del alma colectiva que difícilmente son tocados por otras vías. Tienen la capacidad de crear ficciones que sustituyen a la realidad. Los medios tienen tanto poder que no pueden ser frente de batalla dejado a la improvisación, al descuido, la Revolución debe usarlos con mucho rigor.
Lo anterior es muy importante para la formación de la nueva moral, pero por sobre todo está la educación del hombre. Ésta sólo se consigue haciendo, construyendo, transformando su entorno. Aquí cobra importancia fundamental la movilización alrededor de objetivos políticos altruistas.
De la masa así movilizada, en la calle, juntos, alegres, brota desde lo hondo un espíritu de fraternidad inexplorado en situaciones normales. El hombre y la masa reconocen su verdadera esencia amorosa, se abren vías para el encuentro, los desconocidos se hermanan, se olvidan rencillas pequeñas, se esfuman rencores sin sentido. Se prefiguran las relaciones de la nueva sociedad. La movilización es una incomparable escuela.
El Trabajo Colectivo Voluntario es el otro pilar de la formación de la nueva moral, del nuevo espíritu, de la nueva relación entre los humanos.
Es el Trabajo Colectivo Voluntario el ejercicio de la nueva relación entre los humanos, allí la labor común es terreno para la realización plena de la individualidad. Es el reencuentro del hombre con el fruto de su trabajo, es la superación de la enajenación. El producto del trabajo colectivo voluntario es utilidad social y no mercancía.
La labor de elevar la Moral Socialista es de vida o muerte, sólo con ella podremos enfrentar con éxito los formidables embates del capitalismo.
¡Sin Chávez no hay Socialismo!
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