En una sociedad la lucha de clases es infinita, se escenifica a distintos niveles, pero cuando adquiere características políticas es cuando las clases en su lucha disputan la dirección de la sociedad, la hegemonía.
Ahora bien esta disputa de la conducción de la sociedad no se puede hacer sin una clase organizada políticamente. O dicho en forma más directa, sólo una clase organizada políticamente puede hacer política, es decir, puede disputar el poder, la conducción de la sociedad.
Cuando una Revolución triunfa se le presentan requerimientos diferentes a los de la etapa precedente. En el poder la Revolución tiene que ampliar sus metas, su programa, y encarnarlo en toda la sociedad, incorporarla a la tarea de su propio cambio, a la tarea de la Revolución.
¿Cómo hacerlo, cómo conducir a la sociedad hacia su propio cambio?
Exploremos la respuesta.
Así como una clase no puede hacer política sin organización política, una sociedad no puede emprender los inmensos cambios sociales que significa una Revolución, sin organización de vanguardia nacional revolucionaria.
Esto que es una ley universal, toma más importancia en Venezuela, distorsionada por el opio petrolero, con una gran masa de excluidos, sin tradición de organización nacional revolucionaria. Aquí la tarea de construir el cambio cultural que es el Socialismo, requiere la construcción de organización de vanguardia nacional revolucionaria que le dé dirección a la sociedad, que rectifique las fallas, que supla las carencias de un desarrollo deformado, que conduzca a la sociedad, que la eduque, que la exprese.
Es urgente que sobre lo ya construido se edifique la organización social nacional revolucionaria y la organización política nacional revolucionaria.
Los Consejos Comunales son una buena base, un buen comienzo, pero es necesario darles contenido revolucionario, para eso deben tener visión local y también universal, de esta manera serán instrumentos revolucionarios. Capaces de entender cuando lo nacional está por encima de lo local, serán capaces de poner la estrategia por sobre la táctica, de combatir al egoísmo, sabrán diferenciar las acciones que favorecen al enemigo de los desposeídos, nunca se dejarán manipular, ni cambiaran su esperanza por unos espejitos.
En resumen serán instrumentos revolucionarios, territorios de construcción de las nuevas relaciones amorosas.
La Organización Política Revolucionaria Nacional, ha transitado caminos inéditos, su gran virtud ha sido la capacidad de transformación, de adaptación. El MBR200, dio paso al MVR, los dos cumplieron su papel con brillo. El MVR parió al PSUV, ensayo de organización revolucionaria que está en proceso de construcción, ha obtenido grandes éxitos.
Ahora debe evolucionar hacia una formación con la vertebración organizativa y teórica que le permita ser puntal de la conducción política de la sociedad. Es necesario que pase de la etapa de organización electoral, a la etapa de organización de vanguardia.
El proceso revolucionario ha llegado a su madurez, la confrontación entre los oligarcas y el pueblo desposeído es inevitable y definitiva, de la organización del pueblo depende el éxito en la contienda.
¡Chávez es Esperanza Socialista!
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