La crisis que azota al mundo nadie la niega, la maquinaria capitalista dejó de girar, los crujidos del frenazo se escuchan en todo el planeta, las consecuencias son dramáticas e inevitables.
En Venezuela la Revolución Bolivariana hace esfuerzos por minimizar el impacto de la crisis sobre la sociedad. Hasta ahora hemos tenido éxito, el impacto es pequeño.
Hace poco el Comandante le comunicó al país una serie de medidas de ajustes que tienen como filosofía respetar el llamado gasto social y proteger a los humildes, esta actitud contrasta con la de los gobiernos oligarcas que ante las crisis transferían las cargas a los humildes y protegían los intereses burgueses y de sus amos del norte.
Las medidas marcan, sin duda, un rumbo y una intención: la Revolución en cualquier circunstancia estará al lado de la sociedad desposeída, esa es su naturaleza.
Las medidas son un paso muy importante, por allí se debe seguir y se debe profundizar. Veamos.
La crisis del capitalismo es global, abarca todos los aspectos de la vida: desde lo social hasta lo económico, pasando por lo ecológico. Pero su eje es el espíritu, y es desde allí que debe buscarse su solución. En otras palabras, si la solución no transforma el espíritu de la humanidad, si nos sigue guiando el paradigma, la cultura del capitalismo, esa solución será ficticia, simple quimera.
Siendo así, las soluciones no serán soluciones reales, serán meros paliativos efímeros. Si se mantienen dentro de los paradigmas y cultura del capitalismo, si tienden a mantener la misma visión del mundo que nos propone el capitalismo, esto es, si tienen la intención de mantener los niveles y la calidad de consumo y producción capitalista, por ese camino, temprano nos tropezaremos con una terrible crisis, porque las crisis son de la cultura capitalista.
El mundo tiene suficiente alimento para alimentar a toda la humanidad, hay suficiente riqueza para resolver el problema de la vivienda, fábricas para vestir a todos, medicinas, universidades para formar médicos. ¿Entonces, dónde está la crisis? La crisis es del modo de vida capitalista, es una crisis de distribución y de relación de los humanos entre sí y con la naturaleza. Ya es hora de fundar una nueva manera de ver el mundo, dejar atrás al capitalismo y construir el Socialismo. Sólo si conseguimos cambiar profundamente la espiritualidad solucionaremos la crisis.
Ahora bien, el Socialismo se construye con sacrificio, y el principal sacrificio es que la sociedad renuncie a vivir cada uno buscando soluciones individuales, egoístas, y se convenza de las soluciones sociales. De esta manera la producción social deja de ser un medio para enriquecer a unos pocos y pasa a ser fuente de satisfacción de todos.
Un pueblo que cambie su espiritualidad será el único capaz de enfrentar las crisis del capitalismo, de servir de guía para otros pueblos, de marcar el rumbo de la salvación de la humanidad. Hacia allá debemos ir con Chávez y el Estado Revolucionario.
¡Con Chávez profundizaremos!
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