El hombre de la dominación es un ser fragmentado. La dominación se sustenta en la disgregación espíritual y material del humano, la visión disociada del mundo material y del mundo de las ideas es el soporte del capitalismo.
Un ser fraccionado es incapaz de una comprensión del mundo que le permita entender los procesos de la dominación, está destinado a la esclavitud, víctima de cadenas mentales que lo distraen, que lo manipulan.
Es un ser confinado a su entorno más inmediato y al universo que le crean los medios de deformación al servicio de la fragmentación dominadora.
Este humano del capitalismo es incapaz de relacionar los problemas de su existencia con el origen de esos problemas, así pasará toda su vida luchando con los efectos y no con la causa.
De esta manera el capitalismo, su esencia, estará a salvo: la multitud apunta su rechazo hacia la superficie, hacia la apariencia, así no hay cambio en el fondo. Veamos.
Le preocupa la inseguridad, pero es incapaz de relacionarla con el capitalismo y sus valores, se limita al aspecto policial del problema.
Le preocupa la basura, pero es incapaz de relacionarla con la forma de vida que nos propone el capitalismo, que no sólo llena de basura a las ciudades, sino al planeta entero. Los mares se mueren, el planeta agoniza intoxicado de basura que produce el capitalismo.
Le preocupa la salud, pero es incapaz de relacionar la falta de atención médica con el capitalismo que ha convertido al enfermo en una mercancía.
La función principal de la Revolución es integrar al hombre, enseñarlo a entender las relaciones, a relacionarlo, ir a las fuentes originarias de los problemas, demostrar que es el capitalismo. Relacionemos.
El capitalismo se basa en un robo inmenso: el apropiamiento del trabajo y la riqueza social por una minoría de privilegiados, los capitalistas y sus asociados. Este robo condiciona el funcionamiento de toda la sociedad, la transforma en una guerra de todos contra todos. Cada uno se procura sus bienes, su bienestar, de la manera que la sociedad le permite: unos son mercachifles de la salud, hacen de la enfermedad un lucro, otros contrabandean mercancías, unos compran barato y venden caro, y los más se venden a ellos mismos, venden su mejor tiempo para medio subsistir.
No es posible resolver los problemas de la sociedad sin superar al capitalismo, fuente de todos los males. Hay que construir el Socialismo, el reto es inmenso, se trata de zafarse del opio y despertar, comenzar a pensar como humano que relaciona y dejar atrás al hombre fragmentado que sólo vive en lo inmediato.
Con la Revolución Bolivariana hay oportunidad de integración social, para eso es necesario derrotar a la manipulación que pretende que cambiemos lo pequeño, lo mezquino, por lo grande, por lo trascendente.
Hoy nada es más importante que la existencia de la Revolución, que la permanencia del Comandante en la dirección de la sociedad.
¡Nada es más importante que la Enmienda !
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
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