27.1.09

EL JUICIO

La Enmienda se ha planteado como una comparecencia de Chávez frente al pueblo que decidirá su posibilidad de presentarse a candidato en las próximas elecciones presidenciales. Esta puede ser parte de la verdad, pero no es la importante.
La más importante es que nosotros, el pueblo venezolano, su dirigencia, Chávez, la Revolución, compareceremos todos frente a la historia para declarar qué tipo de pueblo somos: si estamos preparados para lo grande, para lo trascendente, o por el contrario nos quedamos encallados en la pequeñez de millones de mezquindades, incapaces de decidir nuestro propio destino, incapaces realmente de ser pueblo, de integrarnos en sociedad.
Estos escasos veinte días dirán cómo pasaremos a la historia, cómo nos conocerán nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos:
Como el pueblo que desperdició la oportunidad de construir un mundo feliz, ejemplo para la humanidad entera, o el pueblo ingenuo que cayó víctima de las manipulaciones de los oligarcas que lo hicieron ponerse al lado de sus propios verdugos.
O como el pueblo grande que acompañó a los libertadores en hazañas que aún retumban en las páginas más gloriosas de la historia, como el pueblo generoso que fue ejemplo de desprendimiento solidario, el pueblo de abril y diciembre.
Este pueblo heredero de Bolívar, no puede dejarse envilecer por quienes lo desprecian, debemos demostrarles que somos un pueblo valiente que se coloca al lado de la dignidad, del decoro, que no vende a su líder, que no cambia su futuro por un plato de lentejas.
Entonces, no se trata de un juicio al Comandante, se trata de un juicio a todos nosotros, con la Enmienda decidimos no sólo la suerte del Comandante, decidimos la de cada uno de nosotros, de los desposeídos, la suerte del continente y la suerte de la humanidad.
El voto del 15 de febrero no es un voto ajeno, los resultados de las elecciones del 15 afectarán nuestras vidas, su resultado no es trivial, nos compete y tiene relación con nuestro futuro.
Si aprobamos la Enmienda, la Revolución, el Comandante seguirán adelante, la Esperanza que significa el camino al Socialismo, seguirá transitándose.
Si por el contrario la Enmienda no es aprobada, están equivocados los que piensan que la consecuencia será simplemente que Chávez perderá la oportunidad de presentarse como candidato.
En ese supuesto, que nosotros haremos irrealizable, la vida nacional sufriría una fuerte conmoción, los oligarcas envalentonados arremeterían contra el pueblo desposeído, irían -ya lo han dicho- por el Comandante, presionarían como nunca para truncar a la Revolución.
Unos intentarán derrocamiento, otros pacto, ningún oligarca se quedará tranquilo, volverá la cacería de abril. Y el pueblo desposeído, los humildes, no tendrán derecho a la protesta, sólo los sifrinos podrán salir a la calle.
Si aprobamos la Enmienda, el Comandante, la Revolución, la Esperanza, se quedan, y estaremos probándonos dignos herederos de los próceres.
Si la Enmienda es reprobada, el Comandante, la Revolución, la Esperanza se pierden, y seremos un pueblo con poderosas razones para avergonzarse.
!Con la Enmienda todo, contra la Enmienda nada!

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