Una Revolución debe en cada etapa fijarse sus grandes objetivos, de no hacerlo corre el peligro de perderse en ejercicios fallidos, en brazadas sin rumbo.
Intentemos algunos posibles objetivos para la Revolución Bolivariana en este trimestre que se avecina.
El primero y vital, se desprende de la necesidad primera de una Revolución: existir, permanecer, ser.
Es la aprobación de la enmienda que nos permita la permanencia del Comandante. Una Revolución tiene componentes vitales, que pueden variar de acuerdo a las condiciones propias de la sociedad donde ocurra. En los países del Sur, la historia así lo indica, la presencia de un líder enclavado en lo más noble del alma popular es imprescindible. Pensemos en la Revolución Soviética sin Lenin, o la China sin Mao, o la Cubana sin Fidel, y nos daremos cuenta de lo imprescindible del líder.
Entonces, la permanencia del Comandante es condición primera para la marcha del Socialismo en Venezuela. Quien no entienda esto, quien regatee el apoyo al Comandante, está haciendo contorsiones mentales, haciendo política como quien pelea con el vecino que pone la música a mucho volumen.
Por encima de todo hay que tener irreverencia en la discusión, pero, óigase bien, fidelidad en la acción, no hacerlo así es correr el riesgo de asesinar a la Revolución, y quedarnos criticando con las manos y la esperanza vacía.
El segundo grupo de objetivos fortalecen a la Revolución. El primero de este segundo grupo es el fortalecimiento ideológico, el rigor teórico.
La Revolución necesita con urgencia que la ideología revolucionaria entre en combate político. Hasta ahora la hegemonía ideológica, la ha llevado la ideología pequeño burguesa, que es incapaz de superar al capitalismo y de construir el Socialismo, por eso da vueltas y vueltas, despilfarra el tiempo revolucionario en ensayos organizativos, económicos, políticos, que tienen como fondo entregar la Revolución a la oligarquía.
Sólo la Revolución avanzará si construye un poderoso núcleo teórico que sea capaz, por varios canales, de socializar la teoría revolucionaria, de sembrarla en el corazón de las masas, sólo así estaremos preparados para tomar las decisiones correctas y necesarias en los tiempos que vendrán.
El segundo objetivo, es la organización: Sin organización política y social es impensable la Revolución , o mejor, la calidad de la organización nos dará la calidad de la Revolución.
Por eso es imprescindible transformar a la organización política que tenemos, que más es una maquinaria electoral, muy eficaz es verdad, por una verdadera organización revolucionaria, que prefigure a la sociedad del futuro, que sea capaz de guiar al pueblo en las elecciones, pero también en las grandes turbulencias que trae consigo una Revolución.
El tercer objetivo que proponemos es volcarse sobre las masas, con el ejemplo, en una gran ofensiva de acercamiento, de comunicación, que permita establecer nexos distintos a los meramente electorales, entre la base y su dirigencia, establecer territorios para el combate a las manipulaciones del enemigo.
¡Chávez es Socialismo!
¡ La Enmienda es defensa de la Revolución !
No hay comentarios.:
Publicar un comentario