La abstención preocupa a los revolucionarios, ella puede traer descalabro en unas elecciones, y significa fallas en la política desarrollada. Veamos.
Antes de estudiar el fenómeno de la abstención, debemos revisar los diferentes niveles de participación de las masas.
Lo primero que salta a la vista es que en el pueblo existen diferentes niveles de conciencia revolucionaria, por lo tanto, diferentes niveles de compromiso y de participación.
Existen los revolucionarios de vanguardia, los que poseen altos niveles de conciencia, de compromiso, de participación. La conducta de estos es ejemplo: primeros a la hora de los sacrificios, últimos a la hora de los privilegios, su vida es una cátedra de ética revolucionaria, son guías y estímulo para el resto de la masa.
Participan en las acciones de vanguardia. Los encontramos en el Granma, y también en los campamentos guerrilleros del 60, acompañaron a Chávez el 4 y también en abril. No piden nada a cambio, sólo la gloria y el privilegio de servir a la causa más noble de la humanidad: La Revolución Socialista. No se cambian de bando, tienen alto grado de lealtad.
También existen revolucionarios en formación, interesados en aprender, inquietos por participar en acciones revolucionarias. Son los llamados cuadros medios, conectan a la direccion revolucionaria con la gran masa, la organizan, a ella llevan las ideas revolucionarias.
En la guerra de cuarta generación son la primera línea del enfrentamiento con la desinformación enemiga, puntales en la derrota de rumores y matrices de opinión. Forman los Destacamentos de Vanguardia.
Al lado de este sector existen los que intuitivamente sienten a la Revolución, la apoyan en el sentimiento. Son muy valiosos, constituyen la fuerza de la Revolución, en número y en vigor, son los llamados duros. Comprenden las dificultades, las tratan de resolver, son impermeables a rumores y matrices de opinión, conservan el espíritu de la solidaridad. Participan en acciones cuando la emoción los convoca.
Finalmente encontramos a la gran masa, oscilante, la que a la música del momento se coloca en uno u otro lado de la trinchera de lucha. Es el sector menos conciente de la sociedad, no corre riesgos, es fácil presa de la ponzoña oligarca, es temerosa, duda, es débil.
Son convocados a la acción siempre que no exista peligro, que no pongan en juego a sus intereses, participan con comodidad.
Sólo un gran latigazo al alma los conmueve y los mueve a la participación. Son susceptibles a votar, pero también proclives a la abstención.
En resumen, existen sectores importantes que van a votar movidos por la conciencia revolucionaria, y existen los que van a votar llevados por los sentimientos y la emoción.
La fuerza de la Revolución está en el espíritu, es allí donde nos diferenciamos radicalmente de los oligarcas, es allí donde le podemos dar al pueblo razones sagradas por las cuales luchar, esa es nuestra fuerza.
Por sobre errores y pequeñeces está el apoyo a los que por el pueblo dan su vida.
¡Chávez es entrega a la causa de los humildes, apoyándolo nos apoyamos!
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