11.9.08

UNIDAD Y GOLPE

La oligarquía no cesa en su afán de truncar la Esperanza Socialista , ensayan y combinan todas las vías, desde la manipulación del pueblo para ganar algunas gobernaciones, hasta el magnicidio. Siguen las órdenes del imperio.
La opción golpista oligarca se presenta con fuerza, las razones de este repunte golpista debemos buscarlas aquí en el país, pero también en el centro imperial.
En los últimos días recrudecen los ataques de los voceros gringos, las declaraciones del llamado Zar de las drogas son un ejemplo, intenta ligar al gobierno con las FARC, y a éstas las coloca como las mayores productoras de drogas del mundo. De esta manera, justifica frente a su cándida opinión pública cualquier ataque contra el “monstruo” Chávez.
Las revoluciones bolivariana y boliviana están en el centro de las discusiones de los candidatos presidenciales yanquis: el petróleo es una vital preocupación para ellos. Necesitan darle una respuesta al oscilante electorado norteamericano, y la cabeza de la Revolución Bolivariana sería un buen trofeo que mostrar, una forma de tranquilizar e influir en el voto de aquellas masas manipuladas.
Aquí en Venezuela, la franquicia de los pichones de gringos, primero justicia, rosalito y demás secuaces, trabajan para cumplir la orden del imperio, ese es su objetivo: “Salir de Chávez lo más rápido que se pueda”, causarle daño, debilitarlo. La Revolución Bolivariana es un factor que inclina la balanza electoral norteamericana.
¿Cuál debe ser la actitud de los revolucionarios?
Lamentablemente los revolucionarios no hemos podido dar muestras de unidad. Hoy, cuando más se necesita mostrar cohesión revolucionaria, nosotros nos comportamos inconcientes, desubicados, desunidos, mezquinos, insensatos, como si las elecciones regionales fuesen elecciones de la reina de carnaval de alguna parroquia, donde acaso lo que se disputa es un cetro de cartón.
Llueven las intrigas, las declaraciones destempladas de “dirigentes” revolucionarios, la miopía de las direcciones.
No hemos entendido la verdadera esencia de la lucha, que no es de índole local, se trata de un enfrentamiento definitivo entre el Socialismo y la nada, entre la posibilidad de sobrevivencia de la vida planetaria y la extinción. Por lo tanto, no podemos desarrollar la política teniendo como eje la alcaldía de algún pueblito o alguna gobernación.
No entendemos que el enemigo oligarca montó una operación psicológica para atacar a la Revolución y al Comandante con cualquier excusa. De allí que lo que debemos defender es a la Revolución y al Comandante, ese es el terreno de la disputa, lo demás es secundario.
No se ha comprendido, por ejemplo, la defensa del Comandante y de las leyes habilitantes, algunos andan con lupa buscando errorcitos, otros se equivocan pensando que la defensa está en el contenido.
El pueblo debe sentir que la Revolución y el Comandante nunca propondrán unas leyes que vayan a perjudicarlo, eso deben sentirlo en el alma, más que comprenderlo por las explicaciones de última hora.
Los revolucionarios debemos unirnos, sin tonterías, alrededor de la Revolución y el Comandante. Derrotar las voces mezquinas que sabotean la unidad, y dar muestras al pueblo de que somos verdadera alternativa.
¡Chávez es Esperanza Socialista!

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