31.5.08

TEMBLAR DE INDIGNACIÓN

El 20 de febrero de 1964 el Che Guevara respondía una carta a María Rosario Guevara que lo interrogaba sobre la posibilidad de ser familia, allí le decía:
“No creo que seamos parientes muy cercanos, pero si Ud. es capaz de temblar de indignación cada vez que se comete una injusticia en el mundo, somos compañeros, que es más importante”
Pocas veces se dice tanto en un solo párrafo. Aquí el Che define con claridad el concepto central del revolucionario, el núcleo sin el cual no se puede ser revolucionario, el sentimiento básico del revolucionario, el sentimiento sin el cual la intención revolucionaría se transforma en sarcasmo:
“Ser sensible frente a la injusticia”.
Siguiendo a los clásicos del psicoanálisis nos damos cuenta que el Che nos hablaba del restablecimiento de la conexión entre el Núcleo Biológico del carácter, que representa lo mejor del humano, y la sociabilidad. Este Núcleo Biológico que había perdido expresión social, lo encuentra en la Revolución.
Es así, lo mejor del hombre, el amor y el odio racional, si es el caso, encuentran con la Revolución su expresión social. Podríamos resumir que el Hombre Nuevo del Che es aquel que tiembla de indignación frente a la injusticia. Ha conseguido que lo mejor de su carácter, su Núcleo Biológico, emerja, y aflore la belleza de la condición humana.
Lo anterior nos da base para tomar posición frente a la conducta de las farc con sus humanos secuestrados.
Tenerlos secuestrados durante años, en condiciones inhumanas, sin juicios, es un inmenso acto de injusticia que debe indignar a todo revolucionario. No tiene justificación y habla muy mal de la condición revolucionaria de ese ejército.
Decimos esto negándonos a caer en la trampa del falso dilema de que quien no esté con la farc está con uribe. Nosotros estamos con la Revolución en contra de cualquier chantaje.
Ese movimiento guerrillero debía simpatizarnos, porque debía ser revolucionario, pero lamentablemente no lo es. Al contrario, esa actitud es francamente contrarrevolucionaria y debe ser combatida con valentía. Porque aprobar esos métodos, nos iguala con las bases psíquicas del fascismo, con Guantánamo, con las cárceles de Irak.
Es muy importante para una Revolución cuidar sus sentimientos, mantener su Núcleo Biológico sano, con posibilidad de expresarse. Esa es sin duda la condición primaria y esencial para que una Revolución tenga éxito.
Así lo pregonó Martí, que hablaba de una guerra sin odios, lo hizo la Revolución Cubana, lo ha hecho la Revolución Bolivariana y el Comandante Chávez. Basta ver los esfuerzos y riesgos por una solución humanitaria en el conflicto Colombiano.
Los revolucionarios venezolanos estamos en el altísimo deber de cuidar a la Revolución Bolivariana, defenderla de las perversidades de los sentimientos, no dejar que crueldades se establezcan como ejemplos revolucionarios.
Una Revolución que pierde el camino del amor, que toma el de la pasividad y la aceptación de las injusticias, es una Revolución que se pierde irremediablemente.
¡Chávez es Amor!

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