El mundo corre grave peligro de hambrunas, las noticias internacionales son abundantes, y ya es difícil no percatarse del gran culpable del hambre que amenaza con desquiciar a la humanidad. Veamos.
Paradójicamente, ¡las hambrunas no tienen como causa la falta de alimento! Oigamos lo que nos dice Jean Ziegler Relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, en entrevista realizada en Televisión Española.
“Cada día 100.000 personas mueren de hambre o por sus consecuencias inmediatas. Cada cinco segundos el pasado año murió de hambre un niño de menos de 10 años y 856 millones de personas, uno de cada seis habitantes del planeta, viven grave y permanentemente desnutridas. Sin embargo el propio informe mundial sobre alimentos de la FAO que nos facilita esas cifras sin que nadie las cuestione asegura que la agricultura mundial, con el actual desarrollo de su fuerza de producción, podría alimentar sin problemas, es decir con 2.700 calorías por día y adulto, a 12.000 millones de seres humanos, es decir, prácticamente el doble de la humanidad. En otras palabras, no hay fatalidad alguna, un niño que muere de hambre es asesinado. El orden del mundo tal como está en la actualidad no sólo es mortífero sino también absurdo ya que mata sin necesidad”
Y más adelante añade:
¿Cómo se establece el precio de los alimentos en el mundo? Lo fija el “Commodity Stock Exchange” de Chicago, la bolsa de las materias primas agrícolas de Chicago, conforme a las técnicas bursátiles, según los criterios del capitalismo financiero de la bolsa, con contratos a término, con especulaciones, etc… Hay siete grandes bancos que prácticamente dominan el comercio mundial del trigo, de los cereales, del arroz, de los alimentos del mundo. (…) La gente muere de hambre por culpa de las cotizaciones bursátiles”
Esta claro que el gran culpable de las hambrunas es el capitalismo mundial. Estamos de acuerdo con Alejandro Mena, columnista del semanario Debate Socialista nos dice:
“No habrá soluciones a los problemas de la energía, la alimentación o la ecología, si no hay soluciones estructurales que permitan superar el sistema social vigente. La batalla por la sostenibilidad alimentaria en el mundo no puede ser otra que la lucha por un nuevo orden mundial”.
Por supuesto que ese nuevo orden mundial es el Socialismo, y en su construcción la responsabilidad histórica de la Revolución Bolivariana es determinante.
Vivimos momentos de grave crisis del sistema capitalista, los problemas que él produce estallan por todos lados anunciando que se corre peligro de la desaparición de la humanidad, de la extinción de la vida. Estamos viviendo los pasos postreros del camino hacia el infierno que tantos pensadores habían pronosticado.
Nosotros tenemos como reto avanzar, por sobre todas los obstáculos y distracciones. Este pueblo que siguió a Bolívar porque comprendió la grandeza de liberar a un continente, debe ahora entender la grandeza de liberar a la humanidad y acompañar la batalla por la construcción del Socialismo.
¡Chávez es Socialismo!
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