Venezuela desde hace cien años sustenta su economía en la renta petrolera, esta condición nos hizo un Pueblo con una relación muy especial con el trabajo. Aquí es más importante la lucha por una gota de petróleo, que la lucha contra la explotación, es más importante disputar la renta, que evitar la plusvalía.
Esta característica de la economía ha impactado fuertemente a la sociedad y al comportamiento de las clases sociales que al cubierto del petróleo se han formado.
De esta relación con el trabajo y con la renta surgió una conducta social indisciplinada, inconstante, pero también rebelde, individualista y egoísta, pero también sentimental.
Durante cien años la oligarquía y el imperio estimularon estas características, conspiraron contra la concientización del Pueblo: un Pueblo desunido, egoísta, indisciplinado, es más fácil de dominar.
Se limitaron a repartir las migajas cada vez más exiguas del banquete petrolero, y difundir la cultura de la dominación.
En estas condiciones el primer paso para hacer revolución era tocar la reserva moral del Pueblo, la herencia Bolivariana , y colocarlo en caminos de redención. Ese paso lo dimos, y se hizo el milagro.
El segundo paso, y este es el gran reto de la Revolución Bolivariana , es rescatar la condición humana de la sociedad. Para lograr esto es indispensable restablecer una cultura de trabajo que sustente una nueva relación humana, una ética, una conducta nueva: la Conciencia del Deber Social.
Una relación donde el trabajo no sea una imposición, una explotación, sino un deber que beneficie a la sociedad toda y al individuo que la constituye.
El milagro de conseguir tocar las reservas morales del Pueblo debe abrir paso a la organización de la marcha hacia la redención, hacia el Socialismo. Y los pilares de esta marcha que necesitamos emprender son el Partido Revolucionario y el Trabajo Voluntario. Esos dos pilares, donde se sustentó la Revolución Cubana , son la escuela para construir Revolución en países como el nuestro.
El partido y sus militantes tienen la inmensa tarea de servir de ejemplo, tal como exigía el Che, de la nueva ética y de la conducta revolucionaria.
El partido debe prefigurar las relaciones de la sociedad que queremos construir, agrupar a los más concientes del Deber Social, a los más desprendidos, a los mejores.
Tiene como objetivo llevarle al resto de la sociedad la ideología y la conciencia revolucionaria, fiscalizar y facilitar la construcción del Socialismo.
Sus militantes deben ser los primeros a la hora del sacrificio y los últimos a la hora de los privilegios. Su mayor capital debe ser la satisfacción del deber cumplido.
Por medio del trabajo voluntario el revolucionario dona un esfuerzo extra a toda la sociedad, y en esa acción se educa y educa en la construcción de la Conciencia del Deber Social. Se realiza fuera de las horas normales de trabajo. Y, necesariamente, para tener sentido, necesita de un fuerte estímulo a la Propiedad Social administrada por el Estado, otra forma de propiedad lo transforma en ironía.
¡Chávez es Socialismo!
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