Es complicado el mundo de las ideologías, son vivas, se resisten a una definición simple. Podríamos decir que ideología es “la visión, las ideas que del mundo tenga un grupo humano, una clase social”, y estaríamos en lo cierto, pero esta definición sería mecánica, en la vida las ideologías se presentan de manera más dinámica. Veamos.
La ideología tiene estrecha relación con la existencia: la existencia determina la conciencia. Ahora bien, nos dice el psicólogo Wilhelm Reich que:
…“el hombre está sometido a sus condiciones de existencia por vía doble, directamente por el influjo inmediato de su condición económica y social, e indirectamente por la estructura ideológica de la sociedad”.
De esta manera, las clases dominadas viven una contradicción entre la ideología que emana de su existencia y la ideología de los dominantes, que las coloniza mentalmente, que es hegemónica, que conduce a la sociedad.
Así se explica que el alma de los dominados sea el principal soporte de la dominación, que los pobres de la tierra sostengan a sus verdugos, se mantengan sumisos frente a la dominación, se explica que sean los humildes los que libren las grandes guerras de las clases dominadas, y que los depauperados hayan votado durante medio siglo por el pacto de punto fijo.
La Revolución es la liberación de la ideología que emana de la existencia de los trabajadores, de los humildes, que pasa entonces a ser hegemónica, a ser dominante, a conducir a la sociedad.
La gran virtud de la Revolución Bolivariana, del Comandante Chávez, fue hacer que entrara en la batalla social, con altas posibilidades de éxito, la ideología proletaria, el Socialismo, la única que puede liberar a la humanidad del camino infernal del capitalismo. Expliquemos.
El capitalismo se sustenta en la propiedad nosocial de los medios de producción, que hace posible la condición de que unos trabajen y otros se apropien de ese trabajo. De allí emana la ideología dominante, la ideología capitalista, y también emana la ideología dominada, la de los trabajadores.
La contradicción que se expresa en la economía, se presenta también en el mundo de las ideologías.
Esta contradicción sólo es posible resolverla, sólo es posible liberar a la ideología dominada, si la sociedad trabaja para ella misma, si el trabajo deja de ser apropiado por los nosociales y pasa a ser propiedad de toda la sociedad, de cada uno de los individuos que la constituyen, haciendo posible el precepto cristiano: “de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad”.
La liberación del trabajo sólo pueden hacerla los que trabajan, los trabajadores.
La pequeña burguesía, que es una clase que existe guindando entre la capitalista y la trabajadora, tiene también una ideología oscilante: está contra el capitalismo, pero tiene terror al Socialismo, por eso inventa diez mil fórmulas para mantener el fundamento capitalista: la propiedad nosocial. De allí el fracaso para conducirnos al Socialismo, de la cogestión, de las eps, etc.
La pequeña burguesía, que es una clase que existe guindando entre la capitalista y la trabajadora, tiene también una ideología oscilante: está contra el capitalismo, pero tiene terror al Socialismo, por eso inventa diez mil fórmulas para mantener el fundamento capitalista: la propiedad nosocial. De allí el fracaso para conducirnos al Socialismo, de la cogestión, de las eps, etc.
¡Con Chávez es con lo que Chávez decida!
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