Nunca antes fue tan importante el Dedo Unitario. Expliquemos.
En momentos en que la Revolución atraviesa mares turbulentos, cuando las divergencias internas anuncian, más que problemas personales, profundas brechas ideológicas, cuando los dirigentes se trenzan en pugnas subalternas, cuando las opciones se baten en el caldero del egoísmo, cuando el enemigo oligarca sigue la dirección de la embajada gringa y nos ataca bajo una sola bandera, entonces, ha llegado la hora de la unidad, y esa unidad tiene sólo un camino.
Es necesario hacer cuadro cerrado alrededor del Comandante y del Socialismo, esos son los dos puntos para la unidad de los revolucionarios.
Quién atente contra la autoridad del Comandante está atentando contra el proceso y haciéndole el servicio a los oligarcas.
Las fórmulas ultrademocráticas nos debilitan y debilitan la autoridad del Comandante, hoy más que nunca es necesario fortalecer la autoridad de Chávez, todos debemos hacer un ejercicio de humildad y de disciplina, y sobre todo de comprensión del momento histórico y plegarnos a la autoridad de Chávez. Nosotros aquí lo declaramos sin dobleces: “los candidatos de Chávez son los candidatos nuestros”, lo demás no importa nada, no podemos por problemas tácticos tirar a la basura a la esperanza revolucionaria.
Las equivocaciones, los errores, los malos gobiernos locales, no pueden ser justificaciones para llevar al Comandante y a la Revolución al patíbulo. Que nadie se engañe, vienen por el Comandante y por los revolucionarios, matarán la esperanza.
En estas elecciones se decide el destino de este Pueblo. Decidiremos si somos capaces de ver el horizonte estratégico, el camino de la redención, o si aún somos capaces de cambiar el futuro por unos espejitos y promesas inmediatas.
Pensemos por un momento, qué pasará en Venezuela si la Revolución , si el Comandante Chávez es entregado a las fauces de la oligarquía.
¿Qué hará la oligarquía con el país?
¿Acabará con la inseguridad?
¡No! Porque la inseguridad brota de las entrañas del sistema capitalista y ellos lo impulsarán. Se limitarán a confinar a los humildes en los barrios, que transformarán en campos de concentración, protegerán sus urbanizaciones y sus centros comerciales, es decir, seguridad para ellos e inseguridad para nosotros.
¿Acabará con el desabastecimiento?
¡No! Porque el desabastecimiento es inherente al capitalismo, donde los humildes al no tener recursos padecen un desabastecimiento crónico que les produce desnutrición a sus hijos, hambre a todos. Los oligarcas no pueden acabar con el desabastecimiento, al contrario, lo llevarán a niveles de hambre.
¿Acabará la oligarquía con las Misiones?
¡Claro que sí! Porque la renta petrolera irá para las transnacionales y sólo sobrarán migajas para los humildes. Se acabarán las Misiones y también el amor por el Pueblo.
Los argumentos son abundantes y dramáticos. La situación es definitoria, no es hora de “sistemas tolerantes” es necesario tener sentido del momento histórico, la única solución es restituir la unidad de la única manera que es posible: con el DEDO UNITARIO.
¡Hoy más que nunca, con Chávez siempre resteados!
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