Todos los analistas revolucionarios serios coinciden en que la nación está sometida a un brutal asedio por las oligarquías capitalistas internacionales.
En lo interno, la oligarquía capitalista, aprovechando nuestras dudas y debilidades, nos ataca con desabastecimiento, que es manipulado por los medios de deformación creando necesidades falsas y exagerando las naturales.
Los revolucionarios caemos en la trampa y cometemos el error de atender sólo una parte del problema: el desabastecimiento real. Salimos desesperados a buscar los productos que faltan, eso está bien, demuestra la preocupación de los gobernantes, pero en ese empeño descuidamos lo más importante: la respuesta digna, política. No aclaramos al Pueblo que el desabastecimiento es parte del plan de ataque capitalista, que nos cobran querer construir una sociedad para los humildes.
Esa agresión debe ser respondida con dignidad: un Pueblo no se rinde porque le desaparecen la leche, o el azúcar, o el trigo, al contrario, sobre esa agresión se crece y contraataca, se une, se hace fuerte ¡resiste! El Pueblo de Bolívar no puede ser vencido tan fácilmente.
En lo externo, usan a Colombia como ariete de la agresión, nos amenazan con una intervención, con la guerra, con conflicto, y nos muestran al Comandante como el culpable.
El cuadro está claro: suponen al Pueblo débil, incapaz de resistir un desabastecimiento parcial y una amenaza de guerra. Piensan que el Pueblo aguerrido de Bolívar, el del Paso de Los Andes, de Zamora, el de Santa Inés, de Chávez, el de abril y el que derrotó a la meritocracia petrolera en diciembre, se rendirá ante la amenaza, negociará a Chávez y volverá al pasado de exclusión, de miseria, de inseguridad, de desesperanza. Piensan que entregaremos la patria sin luchar. Se equivocan, encontrarán a un Pueblo que se crece ante las dificultades.
Frente a la agresión de que somos víctimas, derrotemos a los agresores y también a los que frente al ataque proponen debilidades.
Aquí no hay otra salida que enfrentar esta embestida con fuerza Socialista. Es necesario defender la dignidad de la patria y nuestro derecho a escoger nuestro futuro.
En esta hora, cuando la patria es asaltada por el imperio y los traidores lacayos, se deben tomar medidas. Algunas serían:
Absoluta fidelidad con el Comandante ¡Con Chávez todo sin Chávez nada! Esa debe ser la consigna.
Formar un Estado Mayor Político que apoye al Comandante en la coyuntura que vivimos.
Suspender los motivos de discordias y divisiones electorales: en la emergencia, que sea el Comandante quien decida las candidaturas.
Iniciar una ofensiva de preparación de la sociedad, que explique la agresión, que la devele.
Iniciar una ofensiva mediática que de respuestas a la agresión capitalista, que demuestre que los problemas que hoy confrontamos son causados por el capitalismo y que sólo se pueden resolver con el Socialismo verdadero: el de la HEGEMONÍA , LÉASE BIEN ¡HEGEMONIA! de la Propiedad Social de los medios de producción y el de la Conciencia Social.
¡Siempre con Chávez!
¡Aquí no se rinde nadie!
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