El problema de fondo, el que da origen a otros problemas, ese es el que hay que resolver en época de crisis. Cuando las dificultades abundan, prosperan y retoñan, cuando las tareas se complican más de lo normal, entonces es hora de buscar el problema de fondo.
Si pretendemos solucionar sólo las consecuencias y no la causa, entonces, los inconvenientes, contrariedades, complicaciones, incumplimientos, errores, superarán nuestra capacidad de solución. Por ese camino inevitablemente la Revolución y sus dirigentes se desgastarán.
¿Cuál es el problema de fondo?
El proyecto hegemónico en esta etapa de la Revolución Bolivariana , postula en lo económico un hibrido entre el capitalismo y el Socialismo, una suerte de capitalsocialismo, donde el Estado administrador de la renta petrolera estimularía la formación de capitalismo, y controlaría su voracidad, es decir, se encargaría de hacer un capitalismo humano, bien comportado. Simultáneamente el Estado crearía empresas de propiedad social que competirían en el mercado capitalista, y se encargarían de la beneficencia social.
Ese modelo tiene su correspondiente político en la búsqueda de un pacto con la oligarquía, y su correspondiente social en el aumento de la fragmentación de la sociedad en consejos comunales aislados.
¿Cómo se ha comportado el modelo en la realidad?
El hibrido “capitalsocialismo” tiene una dinámica de enfrentamiento, el capitalismo es imposible de controlar, necesita ampliar cada vez más su espacio y sus ganancias. Esa es fuente principal de enfrentamiento.
En este forcejeo contra el “Estado Controlador” las formas capitalistas esconden los alimentos, escamotean la calidad, desvían productos para donde les de más ganancia, siembran lo que les conviene, explotan lo que les de ganancia, fabrican lo que de más dinero, la renta es su divisa.
Otra fuente de conflicto es la necesidad del capitalismo de ahogar económicamente a las formas socialistas incipientes. Con ellas choca en la disputa de espacios de ganancias, las sienten como una amenaza y las ataca desde temprano.
Pero el enfrentamiento más importante y dañino es en el campo de la conciencia, allí las debilidades con el capitalismo, las ambigüedades en la relación capitalismo y Socialismo estimulan enormemente la conciencia capitalista, en la masa, en el gobierno y en los dirigentes. Se arraiga así una ética y una moral capitalista que es mortal para el Socialismo.
Este enfrentamiento entre el capitalismo con el incipiente Socialismo origina los problemas sin solución que hoy confrontamos y son prueba irrefutable del fracaso de la propuesta de “capitalsocialismo”.
Las dificultades sólo se resolverán si desechamos la ilusión de convivencia estratégica con el capitalismo y aceleramos la marcha al Socialismo, porque Sólo la Conciencia Socialista nos hará suficientemente fuertes para afrontar los problemas de su construcción.
El Pueblo sólo tendrá comprensión de los problemas que confrontamos y acompañará su solución si toma conciencia de que con el capitalismo no es posible pacto estratégico, sino sólo una coexistencia necesaria en el período de transición caracterizada por un feroz enfrentamiento entre los dos sistemas.
¡Aquí no cabe ni sucesión ni restauración, sólo Chávez!
¡Aquí no se rinde nadie!
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