Después de la derrota del referéndum han llovido entre nosotros las acusaciones y las evasivas. Es importante discutir con seriedad el asunto para poder recomponer nuestras filas y prepararnos para futuros combates. Veamos.
Lo primero que notamos es una gran confusión teórica, que llega hasta el absurdo de que algunos que llamaron a votar “no”, todavía se sienten chavistas y revolucionarios, pero esto es algo anecdótico.
Lo más importante, lo de fondo, es el laberinto teórico que nos llevó a la derrota de diciembre, extravío que debemos corregir so riesgo de ser golpeados nuevamente. Hagamos algunas precisiones.
Estamos en una guerra de cuarta generación, donde las armas son la información y la manipulación mediática, eso no lo entendimos, nadie lo entendió, tanto es así que llegamos al extremo de entregar una televisora potentísima a los devaneos de un “folklore” sin rumbo. Por eso debemos pedir disculpas ¡todos!... nosotros las pedimos.
Postulamos como modelo económico un híbrido, una mezcla absurda entre lo que hiere y lo que cura, entre lo que crea problemas y la solución, entre el capitalismo y el Socialismo.
Por supuesto que este modelo trae desconcierto, se imponen en la sociedad los valores del capitalismo: consumismo, egoísmo, salidas individuales, apego a lo material, miedo de perderlo, todo esto fácilmente manipulable por los medios de desinformación del enemigo, así sentamos las bases para un comportamiento como el del 2 de diciembre. Por eso debemos pedir disculpas ¡todos!... nosotros las pedimos.
Caímos en la trampa oligarca de fragmentar a la sociedad: por un lado los líderes, los conductores, y por otro el llamado “Pueblo”. De esta manera debilitamos a la Revolución.
Al separar a la masa de sus conductores, negamos la posibilidad a esa masa de hacerse conciente, truncamos el proceso de concientización, porque el concepto oligarca de “Pueblo” que adoptamos lleva implícito la ignorancia, el espontaneísmo.
Es así, cuando aparece gente que estudia, que se hace conciente, los llamamos dirigentes y los separamos de la masa, ya no son “Pueblo”.
Es un mecanismo perverso, separar a la masa de sus hijos más concientes, los que nos pueden guiar. Así dejamos la conducción al espontaneísmo, y el espontaneísmo reproduce al sistema imperante, nunca es revolucionario.
Tuvimos vergüenza de construir la dirigencia, y vergüenza de ser dirigentes. Hemos negado a la masa la posibilidad de construir su vanguardia, y que esa vanguardia asuma su papel de dirigente, de educadora, de guía de la masa. La respuesta de la masa el 2 tiene mucho que ver con esta desviación pequeño burguesa. Por eso debemos pedir disculpa ¡todos!... nosotros las pedimos.
Nos olvidamos del conocimiento revolucionario acumulado en siglos, en milenios de lucha. Nos aferramos a un incierto y mal entendido “o inventamos o erramos” que nos está llevando a recapitular la historia revolucionaria de la humanidad, pero no hay tiempo, el enemigo acecha, está aquí esperando nuestros errores para truncar el sueño. Por eso debemos pedir disculpa ¡todos! nosotros las pedimos.
¡MIERDA! ¡VIVA CHÁVEZ!
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