3.8.07

100

Dicen que el barril de petróleo llegará a 100, varias son las fuentes que hacen este pronóstico, a nosotros que no somos expertos petroleros nos asusta el vaticinio.
Si vemos el asunto a la ligera, reducido sólo al ingreso nuestro, que aumentaría una barbaridad, podría el aumento darnos alegría, aparentemente tendríamos más riqueza.
Ahora bien, si observamos el aumento del petróleo como un factor de la economía globalizada, la cuestión cambia y es preocupante. Veamos.
El aumento del precio puede que sea soportado por la economía de los grandes países consumidores, los del norte. De ser así, sería un indicio de que la economía capitalista mundial está en período de alta producción y consumo, de “sanidad”. En este caso deberíamos estar prevenidos, preparados, porque en este sistema períodos de bonanzas son seguidos por crisis, así lo demuestra la historia. Puede ser que el aumento impacte de tal forma a esas economías del norte que precipite la crisis. En ese caso, también deberíamos estar prevenidos, preparados para esta eventualidad.
Estas dos posibilidades anuncian crisis que no sabemos que proporciones alcancen. Pero, lo que si es seguro, es que la mayoría de los pueblos del planeta, las naciones pobres, sufrirán las desastrosas consecuencias de este aumento: habrá más hambre en el mundo, menos riqueza para repartir, menos recursos para electricidad, salud, salubridad, por eso aumentarán las enfermedades, la calidad de la educación disminuirá, la situación será apocalíptica.
Reflexionado así, los cien dólares por barril son un indicio de que algo anda mal en el mundo. La humanidad está organizada de manera suicida, y el problema de la energía es sólo un síntoma de esta situación que no se resuelve con medidas focalizadas, con disminuir o aumentar la producción, construir más refinerías, por allí no encontraremos la solución, es necesario un cambio radical en la humanidad.
No podemos seguir con la matriz de consumo de energía, donde unos países consumen muchísimo, derrochan la energía: se habla de que una casa de un rico del Norte consume más energía que un pueblo del Sur, Haití no tiene energía para iluminar modestamente durante unas horas a su capital, mientras la energía gastada por los avisos de neón de Las Vegas serviría para satisfacer las necesidades de todo Haití.
No cabe duda que la humanidad necesita dar un vuelco en su organización, esa es la única manera de detener este consumo de energía demencial. El derroche ya no es sostenible, las desigualdades ya no son soportables y la posibilidad de colapso es inminente.
Sólo se duda en qué vendrá primero, si el colapso ecológico o el desplome económico. Si primero los rayos ultravioleta, el efecto invernadero, la contaminación de mares y ríos, la desertización, el deshielo de los polos, nos darán jaque mate, o si las crisis económicas harán inviable a la especie.
Vivimos en medio de señales de crisis profundas del capitalismo, que amenazan con destruir a la humanidad. Estamos a tiempo de dar un giro, de tomar el camino del Socialismo, única manera de recuperar la armonía perdida con la naturaleza.
¡Chávez es Socialismo!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!

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