Suficiente fue que el Comandante hablara de Socialismo para que una maquinaria infame moviera sus desdentados engranajes en contra de esta hermosa posibilidad. Trabaja con paciencia, sabe lo que hace, es sibilina, no da batalla frontal, toda ella es oblicua. Veamos.
Primero, desvirtuaron la idea, fueron a sus bases conceptuales y contra ellas abrieron fuego:
A la Propiedad Social de los Medios de Producción opusieron una serie de disparates, que no por galimatías fueron menos eficaces en su objetivo de debilitar uno de los pilares del Socialismo.
Se ensañaron contra la Conciencia del Deber Social. Así se prestigiaron todas las formas de solución individual a los problemas de la vida, es decir, estimularon el egoísmo contra las soluciones sociales, que son la base del Socialismo. Se promocionaba la ficción de transformar a los pobres en empresarios, los valores capitalistas se afirmaron como ejemplos de éxito, el consumo suntuario se afirmó como signo de progreso, y los “empresarios socialistas”, las cooperativas, la cogestión, las empresas de producción social, sustituyeron el lugar que correspondía a la sociedad, que de esta manera sigue fragmentada en miles de añicos egoístas.
Mientras esto hacían no descuidaron la acumulación de capital, hoy declaran con desparpajo que el sector privado, que es una manera tímida de decir, el capitalismo, crece vigoroso cada año.
Debilitaron la causa socialista en la economía y en la espiritualidad de la Revolución y del Pueblo. Ahora, cuando se sienten pisando tierra firme, se unen en un artero frente político contra el Socialismo.
Olvidaron que ayer se atacaron a muerte, ahora abril fue un “pecadillo” y el paro petrolero no existió. Con desparpajo buscan unirse en el centro y declaran que los revolucionarios son extremistas y deben ser dejados de lado, porque impiden la marcha hacia el “equilibrio”, hacia el “consenso”.
Mientras los oligarcas atacan al Socialismo y al Comandante Chávez, los neoligarcas callan, inventan diez mil desvaríos para no defender al Socialismo. A lo sumo lo usan como un clisé.
La Revolución está frente a la más peligrosa agresión de toda su corta historia, y es necesario tomar medidas. Veamos.
El Pueblo tiene grandes reservas de altruismo, por lo tanto, tiene grandes reservas socialistas. Además contamos con la sólida conexión Comandante-Pueblo, que nos da una gran oportunidad de corregir el rumbo, de rectificar y enfrentar el pacto restaurador que se fragua en nuestras narices.
Es necesario romper la parsimonia, relanzar al Socialismo con todo su vigor, declararnos en campaña por la educación Socialista, el Pueblo debe estar conciente de la necesidad histórica y humana de construir el Socialismo ya, ahora, sin dilación. Conciente de la necesidad de superar al capitalismo, de que sólo el Socialismo salva a la humanidad, y el capitalismo, por más disfrazado que esté, nos hunde en la miseria espiritual y material. Es necesario dividir los campos.
¡Derrotemos el pacto restaurador!
¡Construyamos el Socialismo!
¡Ni Chávez ni el Socialismo son negociables!
¡Chávez y el Pueblo son Socialismo!
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes de la Humanidad!
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