Los Revolucionarios luchamos contra nuestra época, no hay sendas milagrosas.
Si la batalla es contra la época, es contra nosotros mismos.
Se trata de desarraigarnos, cortar las raíces que nos atan a la realidad, al sentido común, y fundar nuevas realidades, nuevas raíces, nuevos sentidos.
Sólo los dioses y los humanos son capaces de esta hazaña.
Es este atributo del humano el que transforma al simple animal que somos, en creador y a la vez destructor de mundos.
Capaz de construir la bomba atómica, y también de crear Unicornios Azules.
De construir Babilonias, y también desaparecer Hiroshimas.
Las épocas fundacionales se presentan poquísimas veces en la vida de los pueblos escogidos.
La mayoría de las naciones no conocen la oportunidad y se extinguen poco a poco en una vida fastidiada, sin más emociones que la que se desprenden de lo habitual.
Nosotros estamos en oportunidad de cortar raíces y fundar realidades, los signos de la Era son claros:
¡Los próceres han regresado!
A esculpir la roca que impidió el camino. Ya es hora de acudir al llamado profundo que nos llega desde siglos de extravío.
Que nadie se ate a anclas herrumbrosas,
Alcemos vuelo buscando el horizonte amplio de los grandes, dejemos atrás la nimiedad que construyeron en nosotros espíritus dolientes de mezquindad, de inmediatez.
Vamos a lo grande, que sólo es grande cuando dejamos la seguridad de lo conocido, cuando nos lanzamos sin red.
Marchemos a fundar la vida, no nos conformemos con lo poco, con pulir el pasado.
No nos regodeemos con triunfo de bufón. Intentemos lo inmenso, rasguemos el presente para ir al futuro.
¡El Pueblo de Bolívar ha regresado! Ahora cabalga junto a su espada para cumplir con el Monte Sacro y el Samán.
El espíritu de la Marcha a Oriente está de nuevo aquí, protejámoslo del interés mezquino que perdió a la Gran Colombia.
Allí en el amanecer, están esperando los pueblos por nosotros.
El Che nos aguarda, con su adarga al brazo.
Rocinante relincha por volver al camino.
Fabricio y Américo Silva se yerguen desde el campamento Venus, por todas partes sentimos el resplandor de la hoguera revolucionaria.
Los signos son claros, estamos en Era de milagros,
saltemos a las nubes, atrapemos la estrella.
Seamos humanos.
Hagamos la Revolución Socialista.
¡Orden del Libertador para los Cinco Héroes Defensores de la Humanidad!
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